Entre 2008 y 2009, la Asamblea
Nacional (AN) aprobó recursos por más de 36 mil millones de dólares para
la inversión de maquinarias que fortalecerían la generación
termoeléctrica del país, esto a consecuencia de la crisis que afrontaba el
Sistema Eléctrico Nacional (SEN), situación que aún se mantiene. A pesar de la
inversión realizada por el Ejecutivo que en gran medida, según el ingeniero
eléctrico Manuel Guevara, se destinó a equipos de generación térmica que
no requería el SEN, “el dinero se debió haber invertido en mejores plantas y
no, como es el caso de algunas de ellas, en plantas de dudosa calidad y con
adquisición a sobreprecios”.
El 8 de febrero de 2010, el
entonces presidente Hugo Chávez declaró la emergencia eléctrica bajo el decreto
Nº 7.228. Esta medida se planteó para hacer frente a la crisis que presentaba
el sistema eléctrico venezolano. Sin embargo, seis años después de la
compra masiva de plantas térmicas en el marco de la emergencia, Venezuela aún
depende en un 60% de la energía hidráulica, según Guevara.
El sistema eléctrico fue
concebido para que en la época lluviosa del año, la mayor parte de la energía
que se produjera en el país fuera hidráulica, y en la estación seca, cuando no
llueve o llueve poco, las plantas térmicas aumentaran su producción y de esa
manera cubrir la demanda de alrededor de 16 mil Mw.
A pesar de que el parque
eléctrico tiene una capacidad instalada de alrededor de 30.980 Mw, donde la
térmoeléctrica abarca 52% y la hidroeléctrica a 48% restante, en Venezuela,
actualmente alrededor de 30% de la energía que consumimos es generada por
las plantas que funcionan con combustible, según estimaciones de Guevara.
El Guri cuenta con 20
máquinas, distribuidas entre casa de Máquinas I y II. En 2003, los fabricantes
de las máquinas 13 y 14 del Guri, explicaron a la empresa Electrificación del
Caroní (Edelca), encargada del sector hidroeléctrico en la región Guayana en
ese entonces, que la cota mínima para evitar daños severos a las turbinas
del cuarto de Máquina II era mantenerlo en la barrera de los 240 metros sobre
el nivel del mar (msnm), indicó Miguel Lara, ingeniero eléctrico.
En la casa de Máquinas II,
ubicada aproximadamente a 236 msnm, donde se encuentra el punto de extracción
de agua, están localizados ocho equipos, dos de ellas se mantienen inoperativas
y las seis restantes trabajan con normalidad. Si el nivel del agua del
Guri llega a descender a 240 metros, se deberían detener todas las máquinas
ubicadas en casa de Máquinas II, por razones de seguridad. “Eso significa que
se perderían alrededor de 3.500 Mw de generación; eso es equivalente
al 20% de la demanda nacional que se tendría que racionar”, expresó
Lara.
El embalse se encuentra a 249
msnm, según informó el miércoles el ministro de Energía
Eléctrica, Luis Motta Domínguez, a menos de 9 metros del
colapso del embalse.
El ingeniero José Aguilar
calculó que a la represa le quedan alrededor de 60 días para llegar al
punto mínimo y faltan 115 días de sequía. Esto quiere decir que si no se toman
medidas apresuradas para contrarrestar los efectos del fenómeno “El Niño”, el
embalse puede alcanzar los 240 msnm, y a consideración de Antonio Patiño,
miembro de la Comisión Eléctrica del Colegio de Ingenieros de Venezuela, podría
haber “un inminente colapso eléctrico”.
Manuel Guevara califica esa
consideración como catastrofista, porque antes de que suceda un colapso
eléctrico el Gobierno debería tratar de tomar decisiones concretas para evitar
esa situación. Según Guevara, la medida más efectiva a corto plazo es
racionamiento, por lo que teme que no es suficiente la disminución de servicio
en los centros comerciales, oficinas públicas y el interior del país. En
consecuencia, deberá extenderse con mayor frecuencia a Caracas, aunque duda que
se tome la medida por el costo político que esto podría implicar.
Medidas que se aplican vs. las
que se deben tomar
El Gobierno ha aplicado una
serie de medidas para disminuir la demanda de energía eléctrica que actualmente
se ubica en un promedio de 16.000 Mw. Como primera medida se ordenó a los centros comerciales instaurar un horario
especial para reducir el consumo eléctrico de energía,
amparada por la resolución 035 publicada en Gaceta Oficial N°40.236.
Como segunda decisión, el
pasado miércoles 24 de febrero, mediante el decreto 2.241, Gaceta Nº 40.855, se
conoció que las oficinas públicas trabajarían desde las 7:30 de la
mañana, hasta la 1:00 de la tarde; de esa manera, las
autoridades estiman que se disminuiría, aproximadamente, un 30% de su consumo.
Las medidas aplicadas hasta
ahora por el también presidente de la Corporación Eléctrica Nacional
(Corpoelec), Luis Motta Domínguez, son muy parecidas en la práctica a las
resoluciones tomadas en el marco de la emergencia eléctrica en los años
2009-2010.
A pesar de estos paliativos,
el ingeniero Miguel Lara sugiere al Ejecutivo explicar la realidad de la
situación del sistema eléctrico, para que los ciudadanos se mantengan
informados mientras se cumplen las labores para resolver la crisis. “Lo otro
es presentar un plan de racionamiento que estipule por cuántos días
se va a extender, qué tiene que hacer el venezolano y cómo será la coordinación
que va a tener con las autoridades municipales y regionales”, dijo.
El martes de esta semana, el
ministro Motta Domín fue invitado a comparecer ante la Comisión de Energía y
Petróleo de la Asamblea Nacional para hablar de la crisis eléctrica, pero el
también presidente de Corpoelec no asistió.
03-03-16
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