Por Soledad Morillo Belloso, 25/04/2016
Los voceros del régimen sufren de ecolalia. Empero, a pesar de la
reiteración y redundancia y la destrucción de la lengua de Cervantes, nadie
consigue descifrar lo que dicen. Ello no es casual. Es adrede. Generar
confusión produce sumisión. Y un pueblo sometido da poder al régimen y se
rinde.
Es cierto que el régimen es notoria y notablemente incompetente en los
asuntos de gestión pública. Pero ha sido y es extraordinariamente eficiente en
producir un estado general de confusión. A pesar de todos los esfuerzos para
aclarar entuertos, no hemos conseguido explicar a la población asuntos claves.
Por ejemplo, hubo una denuncia sobre una cifra acromegálica de dólares
invertidos para atender la emergencia eléctrica. 60 mil millones de dólares. La
gente del común no puede hacerse un idea real del monto. 60 mil millones de
dólares es una inmensa cantidad de dinero, pero hemos fracasado
estrepitosamente en dibujarlo para la debida comprensión de los ciudadanos. Se
trata de traducir. Hagamos un ejercicio pedestre. Un billete de un dólar mide
aproximadamente 15.5 cms de largo. Si con los 60 mil millones de dólares
confeccionáramos una cinta, esa tira mediría 9.300.000.000 mts. La
circunferencia de nuestro planeta mide 12.756.000 mts. La cinta de 60 mil
millones de dólares le daría 729 vueltas a la circunferencia de la Tierra.
Puede hacerse 24 veces el viaje de la Tierra a la luna. Y no tenemos un sistema
eléctrico que sirva. Y a todas éstas, ¿qué dicen la Contraloría y la
Fiscalía? ¡Chitón!
Hagamos otro ejercicio. Dice el gobierno que en estos 17 años de
"revolución bonita", se ha invertido 700 mil millones de dólares en
" lo social". O más, pero usemos números redondos para facilitar el
ejercicio. A mismo fin, redondeemos la cifra de población en 30 millones de
habitantes. Una simple operación aritmética da como resultado que el gobierno
ha "invertido" en cada uno de nosotros la cantidad de 23.333,33
dólares. Per capita. Párese el lector frente a su casa, su vecindario, su
barrio, la escuela que le queda cerca, el dispensario o el Hospital. Mire las
calles. Vea el alumbrado público, los espacios comunes, los parques, las
plazas. Haga un alto en su rutina de vértigo diario y mire a su alrededor. Mire
el transporte público, los potes de basura, las alcantarillas, las escalinatas.
Y dígame dónde están esos 24 mil dólares por persona. Porque yo no los veo por
ninguna parte. Yo lo que veo es ruina, miseria, militarismo, templete,
despilfarro, malandraje. No hay agua ni electricidad. La vialidad es un horror.
La inseguridad es un decreto de muerte. Los pranes gobiernan a su antojo y
Miraflores no tiene el arrojo para tan siquiera cortarles los celulares. El
costo de la vida, estrafalario. De escena de película de Almodóvar. Hay mucho
más subempleo y empleo informal que empleo formal digno y decentemente
remunerado. El sistema de salud da espasmos. No hay medicinas. Si usted se
enferma, vaya a actualizar su seguro funerario. El sistema educativo es una oda
a la mediocridad y el pobrecitismo. Nos hemos convertido en una población con
maestría en colas. Pero el gobierno le declaró la guerra a Polar. No puede
soportar que algo funcione. Tiene que apagarle el motor.
Pero, aun con todo eso, y mucho más, el régimen consigue engañar al
pueblo, disfrazar las penurias, drogar con canciones y, para millones, el
"ya me va a tocar" es plegaria de fe. ¿Cómo desnudar al rey, cómo
quitarle la careta a un sistema que nos convirtió de país emproblemado pero
emprendedor en nación de miserias? Entre las palabras "mendacidad" y "mendicidad"
hay apenas una letra de diferencia. De las pesadillas sólo se sale despertando.
¡Despierta Venezuela! Oye a tus diputados. Te están hablando. No te suicides
por los trinos de falsos profetas.
@solmorillob
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