Por Natalie García
El embalse de Guri llegó esta
semana a su cota más baja: 242,88 metros sobre el nivel del mar. La Corporación
Eléctrica Nacional (Corpoelec) publicó el dato en su portal luego de 11 días de
mutismo, comprobando que pese a las medidas tomadas aún siguen explotando a la
central Simón Bolívar como la principal fuente de generación para atender la
demanda eléctrica nacional.
La central hidroeléctrica más
importante del país está a 2 metros 88 centímetros de la zona de colapso,
establecida en la cota 240 msnm. Los expertos han alertado desde hace meses lo
que podría acontecer por el errado manejo de los embalses y la indisponibilidad
térmica, pero las autoridades han tomado otras decisiones; entre ellas,
racionar duramente a los estados del interior, con énfasis en los poblados más
alejados donde la luz se ausenta hasta 6 horas al día.
De acuerdo con el ministro
eléctrico, el mayor general Luis Motta Domínguez, las causas de la actual
situación la tiene el fenómeno meteorológico El Niño. Pero sin dejar a un
lado la sequía, que lleva 23 meses y medio, y su crueldad, los entretelones de
la crisis eléctrica muestran una consecución de errores.
Para Natalio Valery, experto
eléctrico, la realidad actual obedece a tres causas: la gran improvisación que
apartó a un lado el modelo de gestión del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), la
centralización del sector en una sola empresa (Corpoelec) que trajo consigo la
descapitalización del personal capacitado y el decreto de una crisis eléctrica
que favoreció el manejo turbio de los recursos, a juzgar por los resultados y
el estado actual del sistema que incluye 63% de indisponibilidad térmica.
Destaca además que en el caso
de Guayana es preocupante cómo han apagado a las empresas básicas, cosa que
tiene repercusiones en el presente y a futuro. “Va a costar mucho recuperar lo
que se ha perdido, tenemos una Sidor apagada, un aparato económico severamente
afectado. Con sus ventas antes Guayana era la segunda fuente de divisas y a su
vez era la alternativa distinta al petróleo. Todo pasa por el mal manejo de las
instalaciones termoeléctricas”.
Reiteró que achacarle la culpa
al fenómeno de El Niño es escurrir el bulto en cuanto a
responsabilidades. “No es El Niño, sino no haber puesto en funcionamiento
las térmicas, que fueron compradas en 2010 con el pretexto de la crisis. El
gobierno dice mentiras cuando se lo achaca a El Niño. Han pasado seis años
desde la crisis del 2010 y lamentablemente a Guayana le endosan el mayor
racionamiento porque tenemos las grandes empresas, y nos aplicaron a nosotros
el alicate”.
El consumo eléctrico ha
retrocedido producto del mal manejo del SEN / Infografía cortesía
José Aguilar
Indolencia eléctrica
Pero ¿Era necesario llegar a
la crisis actual habiendo un precedente tan cercano como la sequía de 2010? ¿Es
realmente el fenómeno de El Niño tan cruento que secó los embalses?
La respuesta a ambas interrogantes es no, y lo afirma con números en mano el ingeniero
José Aguilar, experto eléctrico, consultor internacional e investigador.
Con más de seis años de
trabajo sostenido sobre el SEN y la hidrología del Caroní, Aguilar sostuvo que
la realidad criolla es el resultado de una “negligencia deliberada” ¿Cómo llega
a esa conclusión?, con la revisión de los datos.
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“A pesar de seis años, los
decretos de emergencia eléctrica, la misión eléctrica, multas, el
establecimiento de una banda de consumo y millones de luminarias LED y
ahorradoras, esto no ha servido. Lo único que han hecho es dañar la calidad
de vida del venezolano… y demoler su aparato productivo no
petrolero”. José Aguilar
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“La sequía lleva dos años y no
tres (de mayo 2014 al presente). El gobierno tuvo previo a eso 48 meses de
período favorable de lluvias (abril 2010 hasta abril 2014). Mientras eso
pasaba, las empresas de Guayana fueron aminoradas y se desperdició una ventana
de tiempo suficiente para poner en condiciones óptimas el parque térmico, que
ha sido la principal causa de la debacle de Guri por sobre exigencia del
embalse para cubrir la falta de energía térmica”, señaló.
Reitera el ingeniero que la
sequía era predecible y recordó que Corpoelec tiene a su disposición
herramientas predictivas para el manejo de los embalses. Guri fue diseñado para
soportar 32 meses de estiaje, la actual sequía lleva apenas 23 meses.
Haber permitido un descenso
acelerado del Guri, que tendría 22 metros más si las térmicas hubiesen
funcionado en ese período, podría comprometer al país a futuro.
“De no llover lo suficiente
por el resto del 2016, Guri no se recupera lo requerido y por lo tanto el drama
seguirá. Aún con un diluvio, en pocos días, la crisis sólo se aliviaría, pero
seguirá por su naturaleza estructural. Si hay un diluvio podrían reactivar la
región Guayana esta vez, pero el no activarlas llenaría el embalse más rápido y
ocasionaría un colosal derroche energético”, advirtió.
El Plan de Desarrollo del
Sistema Eléctrico Nacional 2013-2019 del Ministerio del Poder Popular para la
Energía Eléctrica prevé que para el 2016 el país debió tener una demanda de 25
mil 700 megavatios.
Entre la demanda actual y lo
que debería haber hay una brecha de 9 mil megavatios, equivalentes al 53% del
consumo energético del país o lo que es igual a 1,5 veces la demanda de Guayana
con las empresas básicas activas a toda potencia. El país tiene un atraso de
tres años en su consumo.
La inexistencia de energía
disponible para activar al país puede hacer retroceder a la nación una década,
afectando la economía ya ruinosa e hiperinflacionaria. La electricidad es un
factor fundamental para el desarrollo, sin energía hay menos calidad de vida,
menos empresas, menos posibilidades de reconstrucción del país.
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Atraso energético
José Aguilar reiteró que la
campaña de ahorro energético impulsada por el gobierno favorece la reducción
de la demanda y en consecuencia genera un atraso eléctrico.
La demanda (el consumo)
máximo histórico del país llegó a 18.696 megavatios el 15 de mayo 2013. En la
actualidad esa misma demanda está en 16.700 megavatios, de los cuales se
racionan por 12 horas 1.900 megavatios por la situación de los embalses y la
termoelectricidad. Es decir, sólo se suministran 14 mil 800 megavatios.
Nótese que hay mil 996
megavatios menos de consumo (demanda) entre 2013 y 2016, lo que se traduce en
un retroceso en la calidad de vida del venezolano y
la desenergización del país. También da cuenta de la paralización
de las industrias de Guayana y del aparato productivo nacional.
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De acuerdo a los criterios
técnicos de manejo del embalse, si las empresas de Guayana estuvieran
funcionando, ya el Guri hubiese llegado a la cota 240 msnm. Sin el parque
térmico activo las empresas básicas no pueden ser reactivadas/ Infografía José
Aguilar
El ingeniero José Aguilar
explica a través de esta infografía los posibles escenarios en la cuenca del
río Caroní teniendo en cuenta la hidrología, y si esta es favorable o no
15-04-16
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