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martes, 3 de mayo de 2016

¿Habrá referendo revocatorio? Por @victoralvarezr


Por Víctor Álvarez


El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro Moros se encuentra en la peor encrucijada política desde el inicio de su mandato; con casi el 70% de impopularidad -según las encuestas- se enfrenta a un probable referendo revocatorio

Desde que se juramentó, la mayoría opositora en la AN se propuso “un plazo de seis meses para definir la salida constitucional, democrática, pacífica y electoral” del Gobierno de Nicolás Maduro. Al comienzo, las opciones eran las siguientes:


Presionar la renuncia del Presidente

Enmienda Constitucional para recortar el período presidencial

Referendo Revocatorio

Convocar Asamblea Constituyente

La violencia política para forzar la renuncia del Presidente fracasó en el año 2014 y quedó descartada. La renuncia es un acto voluntario y no puede resultar de la presión ejercida por grupos violentos al margen de la ley. Por otra parte, la tesis del abandono del cargo que intentó promover la directiva de la AN tampoco prosperó, toda vez que el Presidente está en funciones y lo que se critica es la improvisación de su gestión. La Enmienda Constitucional para recortar el período presidencial acaba de ser negada por el TSJ, argumentando que no se puede aplicar con efecto retroactivo y que se trata de un mecanismo válido únicamente para añadir o modificar artículos que no alteren los principios rectores de la CRBV.

Descartados los mecanismos de la renuncia y la enmienda para recortar el período presidencial, el propio Gobierno ha contribuido a que la Oposición finalmente cierre filas y concentre todas sus energías en torno a la convocatoria del Referendo Revocatorio. Esta es la solución prevista en la CRBV para abordar las grandes crisis de gobernabilidad y como mecanismo para evaluar la gestión de un gobierno y dejar en manos de la ciudadanía la decisión democrática sobre su revocatoria o ratificación no puede ser objetada por el TSJ. Sin embargo, el Referendo Revocatorio se puede retrasar si el CNE obstaculiza el proceso atravesando trámites innecesarios, tal como ocurrió con el requisito adicional de recoger el 1 % de las firmas para solicitar el Referendo, cuando la CRBV paraconvocarlo lo que establece es una sola colecta del 20 % del Registro Electoral. Recordemos que el artículo 72 de la CRBV establece que:

"Transcurrida la mitad del período para el cual fue elegido el funcionario o funcionaria, un número no menor del veinte por ciento de los electores o electoras inscritos en la correspondiente circunscripción podrá solicitar la convocatoria de un referendo para revocar su mandato.

Cuando igual o mayor número de electores o electoras que eligieron al funcionario o funcionaria hubieren votado a favor de la revocación, siempre que haya concurrido al referendo un número de electores o electoras igual o superior al veinticinco por ciento de los electores o electoras inscritos o inscritas, se considerará revocado su mandato y se procederá de inmediato a cubrir la falta absoluta conforme a lo dispuesto en esta Constitución y en la ley."

Todo esto se traduce en un largo viacrucis que comienza por recaudar el 1% del padrón electoral de 19.572.144 votantes, lo cual equivalente a 195.721 firmas. Luego de solicitado el revocatorio, entonces éste se convoca con el 20% de ese padrón electoral que equivale a 3.914.420 firmas. Para que sea válido el proceso, debe participar al menos el 25% del padrón electoral, es decir 4.893.025 electores. Maduro fue electo con 7.505.339 votos y con un voto más puede ser revocado, es decir 7.505.440 votos. Si se tiene en cuenta que en las parlamentarias del 6-D la MUD obtuvo 7.726.066 votos versus los 5.622.844 de la alianza oficialista del GPP-PSUV, estos números dan una idea del potencial de votos que podrían ser emitidos en contra de Maduro para revocar su mandato presidencial.

Los problemas de escasez, acaparamiento, especulación, inflación, racionamiento de energía eléctrica, cortes de agua y criminalidad generan un creciente malestar social que ya tuvo su costo político en la aplastante derrota que sufrieron los candidatos del oficialismo en las parlamentarias del 6-D. Y en estas condiciones el Referendo Revocatorio no le augura a Maduro un resultado favorable. De hecho, la mayoría de las encuestas revelan que al menos el 75 % de los venezolanos evalúa negativamente su gestión de gobierno y más del 60 % considera que es necesario salir de Maduro para resolver los problemas del país. Ahora bien, el quid de la cuestión radica en que una vez revocado el mandato, la falta absoluta se cubrirá según lo establecido en el artículo 233 de la CRBV:

"Si la falta absoluta del Presidente o la Presidenta de la República se produce durante los primeros cuatro años del período constitucional, se procederá a una nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes. Mientras se elige y toma posesión el nuevo Presidente o la nueva Presidenta, se encargará de la Presidencia de la República el Vicepresidente Ejecutivo o la Vicepresidenta Ejecutiva.

En los casos anteriores, el nuevo Presidente o Presidenta completará el período constitucional correspondiente.

Si la falta absoluta se produce durante los últimos dos años del período constitucional, el Vicepresidente Ejecutivo o la Vicepresidenta Ejecutiva asumirá la Presidencia de la República hasta completar dicho período."

Para resolver la crisis política no hace falta flamantes constitucionalistas que interpreten la CRBV. El mejor intérprete es la ciudadanía que tiene que decidir con su voto mayoritario si quiere que Nicolás Maduro continúe o no como Presidente de la República. Se trata de respetar el derecho constitucional a evaluar la gestión administrativa y política. Si la sociedad venezolana revoca el mandato antes de los cuatro años, el CNE tendrá que convocar elecciones en los próximos 30 días para elegir un nuevo presidente. Pero si las maniobras dilatorias retrasan el Referendo y éste se realiza después de los 4 años, en lugar de realizar elecciones para elegir un nuevo presidente, será el Vicepresidente designado por Nicolás Maduro y el PSUV quien complete el período presidencial. Si esta maniobra se concreta, el mundo entero la interpretará como un fraude al clamor nacional que se manifestó no en contra de un hombre, sino en contra de un estilo de gobierno y de un modelo económico que no funcionó. Y esta obstinación por aferrarse al poder puede desembocar en una conmoción social y una grave crisis de gobernabilidad.

01-05-16




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