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lunes, 2 de mayo de 2016

La clase obrera también te revoca Nicolás, por @FelipePachecoS



Felipe Pacheco 01 de mayo de 2016
@FelipePachecoS

En los constantes recorridos por los barrios de Caracas, previo a que el CNE diera las planillas para activar el referéndum revocatorio, se vislumbraba un sentimiento de angustia y desespero por parte del pueblo obrero.

Ser parte de la clase obrera, de los proletarios venezolanos, en estos tiempos es una acción titánica.

Cuando el salario no alcanza para llevar a sus casas la comida del mes, producto de una inflación galopante que no es atacada por los que hoy gobiernan.

Cuando su calidad de vida se ve desmejorada por la carencia de los servicios básicos.

Cuando la delincuencia los ataca frecuentemente y no encuentran respuesta en los cuerpos de seguridad del estado.

Cuando el solo pensar que puede pasar tiempo con sus familia lo visualiza en una cola.

Una de las reivindicaciones laborales, para rescatar el sentir humano del trabajador, fue la que a finales del siglo XIX, los trabajadores enarbolaron para luchar por la reducción de la jornada laboral a ocho horas diarias.

Los trabajadores exigían: "Ocho horas para el trabajo, ocho horas para el sueño y ocho horas para la casa". De lo contrario la esclavitud se hacía presente. La situación en venezuela obliga a los trabajadores a pasar ocho o más horas, adicionales en una cola para conseguir comida.

El desgaste físico de la clase obrera es evidente, la ineficiencia del gobierno para ofrecer calidad de vida a sus ciudadanos y en esta fecha memorable a los trabajadores también lo es.

Por eso no genera asombro ver a los trabajadores firmando masivamente para lograr el revocatorio de un gobierno que le genera una vida hostil y carente de oportunidades.

Felipe Pacheco
@FelipePachecoS

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