Por: Heinz Dieterich
1. El Gobierno Militar
de Venezuela
Con la instalación del "Comando
Nacional de la Gran Misión Abastecimiento Soberano y Seguro bajo el mando del
Presidente de la República y del General en Jefe Vladimir Padrino López",
el gobierno venezolano se ha convertido, de hecho, en un gobierno de las
Fuerzas Armadas; con un gabinete, donde hay sólo dos decisores: el General
Padrino López y el subteniente Diosdado Cabello. Los demás ministros son
elementos prescindibles de coreografía, encabezados por Maduro: una figura
tragicómica, medio bufón, medio crucificado, que comunica las decisiones
tomadas por las fracciones de poder.
2. Objetivo estratégico
y táctico del Gobierno Militar
A la luz del objetivo
estratégico del gobierno de facto Cabello-Padrino López, la
estratagema de entregar todo el poder a los militares (militarización), es
lógica. Para cualquier observador sensible es evidente, que este objetivo
estratégico está definido como "el continuismo sin Maduro". Es
decir, dejar el gobierno en manos del Vicepresidente Istúriz y evitar
eventuales elecciones generales. El objetivo táctico ---precondición del
triunfo estratégico--- consiste en impedir la caída de Maduro antes del 2017.
Pero, la militarización del Estado como ultima ratio regum (último
argumento/poder de los reyes) no sólo es una maniobra lógica, desde el punto de
vista del gobierno, sino un viejo ardid y una lección vital histórica para
triunfar en la lucha actual por el poder. Salvador Allende en Chile, Wojziech
Jaruzelski en Polonia y Raúl I. Baduel sirven como modelos para aclarar la
incógnita, de que si la militarización del Estado puede ser una estrategia
triunfante en Venezuela. La respuesta evidente es negativa: que las
probabilidades son muy escasas.
3. Disneyland en
Venezuela: las razones del fracaso
Entre los factores que
indican el probable fracaso de la estrategia en Venezuela, están los
siguientes.
1. De los cuatro pivotes de
poder del Chavismo original: el líder carismático, las masas, el petróleo y los
fusiles, hoy día sólo queda el último.
2. Aristóbulo Istúriz, el
reemplazo previsto, está tan desprestigiado como Maduro. Oportunista ante el
poder chavista original, repetidor incondicional y gris de las fracasadas
recetas oficiales actuales, ese mismo quien le dio al Chavismo su primera
derrota electoral al perder las elecciones de la CTV contra el golpista Carlos
Ortega en el 2001, no despierta el entusiasmo de un Nuevo Amanecer en las
mayorías, que requiere el Chavismo en estos momentos.
La ineptitud estructural del
des-gobierno venezolano, para resolver los problemas de las mayorías, es la
causa principal de la tragedia que vive el país.
3. La ineptitud
estructural del des-gobierno venezolano, para resolver los problemas de las
mayorías, es la causa principal de la tragedia que vive el país. El
desgobierno de Maduro no tiene un programa serio de superación de la crisis.
Actúa en una especie de Disneyland político o Pokémon Go, creando cada día
nuevas instituciones virtuales, con nombres rimbombantes, fincadas en la ilusión
del Estado omnipotente y bautizadas con el fetichismo de la jerga militar
(estado mayor de...). La idea, de que los militares puedan resolver los
problemas económicos del país, dentro de la suicida política económica actual,
es patológica: una delusión (alucinación).
4. El apoyo internacional se
debilita: la fuerza de la Internacional Socialista (Zapatero) se disminuye, con
el triunfo electoral de Rajoy; lo mismo sucede con la Unasur (Samper), por el
fortalecimiento de la derecha post-Rousseff y post-Kirchner y la incipiente
crisis económica de Cuba; China no actualiza su contradicción de superpotencia
del Siglo 21-- atentismo confucionista y, en consecuencia, no usa su poder de
intervención en Venezuela.
5. Mientras tanto, la
derecha internacional avanza implacablemente (OEA, UE, medios).
6. Y el factor más
importante: los ciudadanos muy probablemente no aceptarán que se prolongue el status
quo actual hasta el 2017, y se alzarán de alguna forma.
4. Los militares como
rescatistas
El ejemplo más claro de un
papel progresista-salvador de las Fuerzas Armadas lo proporciona la misma
Venezuela: la salvación de la democracia (burguesa) por la resistencia armada
de los militares constitucionales, encabezadas por el General Raúl I. Baduel.
Dos experiencias diferentes aportaron Chile y Polonia. Cuando la criminal
agresión estadounidense (Nixon, Kissinger) socavó los fundamentos de la
convivencia civil y del orden público de la Democracia burguesa chilena, el
Presidente Salvador Allende trató de defender el proceso, sustituyendo los
circuitos civiles claves del Estado con militares. La estrategia fracasó. Ocho
años después, el General Jaruzelski, Presidente de la Polonia del Socialismo
del Siglo 20, repitió la estratagema. También naufragó. Allende no pudo preservar
la Democracia burguesa y Jaruzelski no pudo preservar el régimen socialista.
Las circunstancias históricas de los tres casos difieren, pero, su lección
vital es la misma: sin adecuada comprensión del Estado como sistema de poder,
no hay triunfos políticos.
5. El Estado: Leviatán
destructor o Salvador
El Estado es un sub-sistema
de poder compuesto por anillos de fuerzas concéntricas. Su centro de
gravitación ---su origen de poder decisivo--- es la Fuerza Armada; su razón de
ser, la destrucción física de las amenazas internas o externas al macrosistema
socio-económico-político, al cual sirven. De ahí, que las decisiones de Allende
y Jaruzelski, pese a sus diferentes relaciones y objetivos de clase, eran
congruentes con su razón de ser: la defensa del sistema dominante. De hecho,
eran la única estrategia disponible en la fase de transición que les tocó vivir
a los dos políticos. La única --- salvo que optaran por cambiar el carácter del
proyecto histórico defendido o que buscaran una coyuntura viable de recuperación
ante las fuerzas adversas, como hizo Lenin con la Nueva Política Económica, o
los Sandinistas en su famosa "retirada a Masaya".
6. Militares
fundacionales y China: únicas fuerzas de salvación posible
Esta es la dicotomía y
opción actual en Venezuela. Seguir con la estratagema de Allende y Jaruzelski y
terminar derrotados, o implementar una estrategia de transición viable, cuyos
imperativos son evidentes para todo ser pensante. Debilitado el apoyo internacional
de los gobiernos progresistas y el gobierno cautivo en su Disneyland político,
quedan sólo dos fuerzas progresistas con el poder de negociación suficiente,
para cambiar el rumbo autista del gobierno: los militares fundacionales del
Chavismo original y China. Si no se imponen, la continuación de la estrategia
de Cabello-Padrino tendrá su fin catastrófico programado, que arrastrará a
Cuba, Nicaragua, Ecuador y Bolivia consigo hacia el abismo.
17-07-16
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