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domingo, 17 de julio de 2016

Tolerancia con indignación, por @felixpalazzi



FÉLIX PALAZZI 16 de julio de 2016
@felixpalazzi

Nos encontramos en una realidad tan compleja que palabras como tolerancia, resignación, perdón, olvido, indiferencia y resistencia entran fácilmente en el reino de la arbitrariedad. Cada quien las usa a su conveniencia y en el marco de su propia ideología o creencia. Cuando no pensamos los conceptos que usamos o escuchamos, corremos el riesgo de extraviarnos en la relatividad de sus significados, y vaciarlos de todo contenido y sentido humano.


Una de nuestras dificultades radica en aceptar que todo pensamiento implica repensarnos a nosotros mismos como seres individuales y sociales a la vez. Sin embargo, pareciera que la salida más fácil fuese el seguir a ciegas a una ideología, con su proliferación de ideas o consignas repetidas, y de conceptos vacíos que no conectan con lo que le sucede a la mayoría de un pueblo. De este modo, nuestro propio lenguaje va imposibilitando el encuentro con el otro, a la vez que relativiza la realidad común y lo más verdadero que nos sucede a todos. Por este camino se desvirtúa lo real.

Tolerancia

La tolerancia es, para muchos, una palabra tan repudiada como la resignación, ¿qué sentido puede tener hablar de tolerancia a una madre o a un padre que han perdido a su hijo por la violencia?, ¿podemos tolerar el hecho de vivir con escasez?, ¿no será esto la forma más clara de claudicación?, ¿cómo podemos pedir que se tolere al autoritarismo? Si las madres de los hijos asesinados salieran a una plaza, sencillamente no hubiese plaza que pudiese albergarlas.
Si comparamos la nefasta cifra de los asesinados en un año en nuestro país, casi alcanza a los asesinados o desaparecidos en los siete años que duró la dictadura argentina. Aquí no hay plaza ni mes de mayo, porque no hay lugar ni fecha en la que la violencia termine.

Tolerar no es olvidar, ignorar o resignarse. Mucho menos es reducir a una persona a una cifra. Por el contrario, implica sacar del olvido y de las sombras a los rostros concretos sin los cuales no podemos reconocer nuestra propia realidad. Es luchar por la justicia y hacer que ella sea una realidad para todos, un bien común. Ello se traduce en que la vida tenga espacio en todos los niveles y a cada momento, sin políticas de segregación, exclusión o discriminación.

En el marco de la justicia

La tolerancia se practica en el marco de la justicia o caerá en la resignación, el engaño o la indiferencia. Se debe reconocer la existencia del otro porque la verdadera tolerancia protege la vida. Este sentido concreto de la tolerancia es el que debemos construir como narrativa alternativa a la violencia, el odio y la exclusión.

Ante los hechos de violencia cada vez más evidentes, la reacción no puede ser la indolencia o el acostumbramiento. Al contrario, ha de ser la indignación, el espanto, el horror frente a lo que sucede. Esto nos llevará a reencontrarnos con los rostros de tantos que padecen la injusticia. Cuando la tolerancia nace de la indignación nos impulsa a apoyar los esfuerzos en pro de la justicia y la reconciliación. Si la voz de la violencia pretende recluirnos en nosotros mismos, la voz de la paz y la justicia ha de impulsarnos a salir al encuentro del otro.

Si hay una verdad común a todos en este momento responderá al hecho de que lo que haga hoy para que el otro no padezca las consecuencias de la violencia y la impunidad, es lo que me salvará a mí de no tener que padecer eso mismo en carne propia. Una sociedad sin tolerancia no será capaz de vincular a los diferentes sectores sociales, y vivirá de la anarquía y la fragmentación.

Felix Palazzi
felixpalazzi@hotmail.com
@felixpalazzi

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