Por Ángel Oropeza
Confieso que el tema del
artículo era otro. Pero sigo observando algunas preocupantes reacciones sobre
el impacto político real del 1° de septiembre, y siento necesario insistir
sobre el tema, no tanto para “analizar” lo ocurrido, que ya se ha hecho con
profusión, sino, lo que es más importante, de cara a las acciones que la
dirigencia opositora propone para los próximos días.
Las acciones políticas, para
ser eficaces, se diseñan en función de las audiencias específicas que se
quieren impactar. La estrategia de presión social progresiva de la dirigencia
opositora no está dirigida, como algunos pudieran pensar, a la cúpula de la
decadente oligarquía oficialista. A ese grupito –por cierto, cada vez más
escuálido– no se les va a convencer. Sienten que no tienen otra escapatoria que
intentar huir hacia adelante arreciando la represión. Con ellos no hay que
perder el tiempo. Las audiencias “objetivo” de la estrategia opositora son
otras, y fundamentalmente cuatro.
La primera es el país
descontento. Las acciones como las del 1S buscan demostrar que esto no es una
lucha entre dos facciones políticas, sino la evidencia de que los venezolanos
se encuentran hoy unidos en un propósito compartido. Además, estas acciones y
las próximas buscan combatir la estrategia madurocabellista de generar
frustración y desánimo. Lo del 1S y sus eventos subsiguientes están diseñados
como ejercicios de esperanza, entendida esta no como sentarse a esperar que las
cosas pasen sino levantarse a luchar para hacerlas posible. La estrategia
opositora no solo está permitiendo que se destruya la tesis –comprada todavía
por algunos– del pueblo abúlico, resignado y sumiso, sino que está dando la
oportunidad de que la gente se convenza de su propia e inmensa fuerza,
convencimiento sin el cual ninguna victoria es posible. Nada de esto estaría
ocurriendo si la estrategia fuera otra.
La segunda audiencia es la
comunidad internacional, ante la cual hay que seguir demostrando las intenciones
democráticas y legítimas de la oposición venezolana, y evidenciar el descomunal
apoyo popular al revocatorio de Maduro. Esto es esencial para lograr su
respaldo en esta crucial lucha.
El tercer público objetivo
está formado por el oficialismo descontento y por los otros sectores del
gobierno, distintos de la pútrida jerarquía del madurocabellismo. Muchos dentro
del gobierno ya saben ahora donde está el verdadero “poder popular”, y que cada
acción que vaya contra ese poder los deslegitima, no solo por ahora, sino para
cualquier intento o proyecto político futuro. La maniobra opositora les está
subiendo progresivamente el costo político de intentar frenar el huracán del
poder popular pro revocatorio, y los ha puesto a pensar hasta dónde es posible
–en términos de su propia supervivencia– seguir acompañando a un gobierno en
etapa terminal.
Y, finalmente, la última
audiencia que la estrategia de la MUD busca impactar es la Fuerza Armada, hoy
por hoy el más importante de los poderes fácticos del país. La dirigencia
opositora ha sido enfática en que su lucha busca que la FAN sea querida y
respetada por todo el país, y no solo por una facción que la utiliza y
pervierte. Y sus acciones están provocando un cuestionamiento a lo interno del
sector militar sobre lo peligroso que resulta enfrentarse a un país
incontenible y nadar contra la corriente de la historia, sin contar con la
carga penal (recordemos el Estatuto de Roma) que individualmente y sin
prescripción castiga a los incursos en delitos de represión.
De nuevo, una estrategia
inteligente y sistemática está logrando que muchos miembros de la FAN empiecen
a sentir el inmenso costo de desconocer y enfrentarse a millones de voluntades
hermanadas y decididas, y que su propio futuro está condicionado a su conducta
frente a la avalancha de cambio que hoy es Venezuela.
En esta nueva etapa de la
lucha, estas son las audiencias que importan. Lo demás son apuestas de azar
lejanas a una política seria, eficaz y responsable. Y ya el país está harto de
eso.
06-09-16
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico