ALFREDO MICHELENA 23 de septiembre de 2016
Venezuela
no es una democracia. No basta “tener el
récord mundial de elecciones “, como alega el Defensor del Pueblo. Las dictaduras también tienen elecciones.
Desde Pérez Jiménez hasta Sadam Hussein, las hicieron pero se aseguraron de ganarlas.
Pero
si las hubo, ahora el régimen se niega a hacerlas. Si el régimen no llama a
elecciones previstas para este año en la constitución – las regionales- ni
permite ejercer el legítimo derecho de llamar a un referéndum es sin duda una
dictadura, como Almagro lo ha afirmado.
Bloquear el referéndum descalifica su legitimidad de desempeño así como
la de origen, al violar el derecho a elegir. Menos somos una república: no hay
separación de poderes. El TSJ anuló a la Asamblea Nacional
En democracia se enfrentan adversarios los
cuales aceptan los mecanismos de búsqueda del mayor consenso posible, para eso
los Congresos, y de circulación de los partidos en el poder: elecciones libres
y transparentes. Para las dictaduras, y más cuando son militares o militaristas,
la política es guerra y la oposición el enemigo a doblegar y/o destruir a
riesgo de ser destruidos. Mientras la MUD asume que el régimen es su contendor,
éste considera que la MUD es su enemigo. Y “al enemigo ni agua”, como recordaba
Diosdado Cabello
La MUD
no puede embarcarse en una confrontación violenta, donde el poder de las armas, formales
(FAN/milicias) e informales (colectivos/FARC/ FBL) lo tiene el régimen. El
poder de la MUD está en ese voto que pretende anular el régimen al no llamar a
elecciones. La única salida es ir a una confrontación no violenta para forzar
una negociación y unas elecciones lo más pronto posible. Y en esto tenemos
apoyo internacional. Para esa lucha es clave la confianza entre los líderes y
los ciudadanos. Es allí donde trabaja mas duro el régimen metiendo cizaña y
creando divisiones y dudas sobre los dirigentes de la MUD, que en casos
consiguen eco en las filas de la oposición. Este fue el caso de las necesarias
conversaciones entre la MUD y el régimen.
No hay
que confundir negociación con armisticio. El chavismo aunque débil no está
derrotado política y militarmente para hacerles aceptar una armisticio donde
las condiciones las impone la oposición. Negociaciones tendrá que haber antes o
después de su salida. Si es antes mejor
para todos pues el país dejará de desangrase. Si después, se harán sobre una pila de
cadáveres, incluyendo el del PSUV, y un país en ruinas. Es difícil negociar con
una dictadura y más si es militar. Pero hay que insistir. Eso si “a Dios rogando
y con el mazo dando”.
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