Por Rafael Hernández
Muchos de nosotros nos hemos
dedicado a promover una existencia mejor donde vivimos, trabajamos,
hacemos deporte, cultura. Algunos de nosotros creyeron legítimamente que Chávez
para un momento desgraciado del país era una alternativa. Que un conjunto de
aspiraciones y deseos represados, se iban a poder concretar. No pasó.
Tuvimos un modelo muy atrasado. Lejos –incluso- de los aportes más actuales de
planteamientos para los pobres. Esta aventura terminó. Un modelo que ha ido
parando progresivamente todo. El Estado no puede hacerlo y ser absoluto.
Comprar las cosas que
necesito: Tenemos ya demasiados años sin que podamos comprar las cosas que
necesitemos, en la marca que nos parece, en cualquier lugar que nos abastece de
todo, sin una angustia, sin una tensión, sin cédula, sin dedo, sin tener que
calarnos ninguna imposición ideológica. Ganar suficiente para vivir: Otra
de las cosas que tenemos mucho tiempo sufriendo es el deterioro de nuestro
nivel de vida. Todo sube, menos los ingresos. Todos hoy estamos varios
escalones más abajo que hace años. Todos somos más pobres. Necesitamos que
paremos la inflación. Un impuesto terrible para todos. Participar en los
lugares donde habitamos: Muchas veces en los últimos años hemos sufrido un
estilo no-democrático de gestión en las asambleas y reuniones de nuestra zona.
Los únicos que sabían, conocían y resolvían todo, eran los vinculados con el
partido gobernante. Nunca pudieron saberlo, conocerlo o resolverlo todo. Por
eso tenemos que rescatar en todos los ámbitos de participación. Sobre todo en
donde se decide la vida doméstica, vecinal o cooperativa. Salir a la calle
sin miedo de ser atracado: Muchos lugares donde vivimos o trabajamos están
desde desde hace algún tiempo, tomados por bandas, grupos violentos;
malandros, choros, secuestradores, hampónes. Tenemos uno de los países más
violentos del mundo. Necesitamos rescatar nuestras calles para la paz y la
tranquilidad. Basta de tener más muertos semanales que algunas guerras en el
mundo.
Hoy no hay sino una
solución: Cambiar un gobierno que no responde a nuestras necesidades
básicas, que ha logrado el descenso más abrupto del país luego de haber tenido
la mayor riqueza en sus manos (desde Guaicaipuro hasta Caldera 2), cambiar una
visión que no acepta otras opiniones, que le incomoda otra gente que no
coincide con ellos e incluso le gana elecciones. Este modelo de país es lo
que tenemos que cambiar con urgencia, respetando las maneras de hacerlo
previstas en la constitución. Con votos, democráticamente.
pacíficamente.
Por qué si necesitamos
retomar las posibilidades del país, las posibilidades de una nación con tantos
recursos físicos, con millones de personas capacitadas para asumir los retos
del progreso y el desarrollo con eficacia y eficiencia, todos los días
despedimos en Maiquetía muchos de estos valiosos recursos, buscando países que
los valoren y les den posibilidades de echar pa’lante. Hoy el país los saca,
los expulsa.
Para este momento estar
todos juntos buscando el cambio: Los cooperativistas, vecinos, trabajadores,
empresarios, religiosos y ateos. En este momento, todos estamos convocados a
empujar en la misma dirección. Promover los grandes cambios. No hay posibilidades
de cooperativismo libre, honesto, con posibilidades de desarrollo en una
sociedad donde unos pocos (enchufados) evitan que todos los demás opinemos y
procuremos visiones y concepciones del mundo, la vida y la economía distinta,
múltiples, diversos.
Hoy la alternativa más clara es
el referéndum, para allá nos movemos muchos procurando los métodos previstos
constitucionalmente. Hoy nuestra visión es democrática, pacífica, electoral. A
pesar de que muchos de los enchufados procuran permanentemente enredar los
trámites, violar la Constitución, hoy ellos están cada vez más solos nacional
e internacionalmente y muchos aquí y afuera no entienden por qué no se
promueven métodos como los sugeridos para cambios en paz.
jrhernandez381@gmail.com
30-09-16
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