Por Marino J. González R.
El gobierno solo se ha
quedado con una “política”. Esta es, decir que no habrá referéndum revocatorio.
Es todo lo que señalan. Ante la solicitud de la gran mayoría del país, la
respuesta del gobierno es simplemente negar la realidad. Para ello es
indispensable que el CNE juegue su rol, es decir, que consiga los más
desatinados y descarados argumentos para colocar todos los obstáculos
imaginables en la ruta de la celebración del revocatorio.
Mientras esa es la única
política del gobierno, el país sigue su curso de deterioro, ocasionado por
supuesto por la magna incompetencia en el manejo de los asuntos públicos. El
ritmo inflacionario avanza sin mayor contención, eso significa la continuación
de la destrucción del ingreso de las familias, así como la afectación de las
condiciones de vida en todas sus manifestaciones. No es entonces azaroso que el
gobierno se encuentre en la peor percepción en la opinión pública que haya
tenido gobierno alguno en la historia del país.
No queda mayor duda de que
el actual gobierno tiene sus días contados. No puede regresar ya. De manera que
lo que está planteado es que los sectores que lo componen, en toda su
extensión, ya estén considerando las alternativas. Algo así como que los más
altos representantes contemplan a los que están decidiendo su futuro sin poder
influir en lo que hagan. Es un gobierno en búsqueda de final.
Mientras eso le pasa al
gobierno, la alternativa democrática tiene retos fundamentales. El primero, tal
como lo ha venido consolidando desde hace siete años, es persistir en la
Unidad, en la ampliación de su fuerza y de su calidad. La cercanía de eventos
que podrían posibilitar la transformación sustantiva de la situación política,
es quizás el mayor incentivo para que la Unidad se profundice. Todo este
proceso de acumulación unitaria está dando sus resultados, se expresa en la
visión que se ha logrado transmitir a toda la población y que cuenta hoy con el
amplio respaldo de la gran mayoría del país.
El segundo reto es
justamente la movilización que significará la expresión de la solicitud de al
menos 20% de los votantes por el referéndum revocatorio. Sin dudas, los ojos
del mundo estarán sobre Venezuela entre el 26 y 28 de octubre. Es algo que no
puede evitar el gobierno. Eso significa que será una oportunidad extraordinaria
para expresar, ante propios y extraños, que la voluntad de la Unidad se expresa
en los canales democráticos posibles, a través de la conducta pacífica y de la
exigencia por un mecanismo tan sencillo como tomar en cuenta la opinión de cada
ciudadano.
El tercer reto tiene que ver
con los imponderables de la historia. En este momento es muy difícil
pronosticar lo que puede pasar luego del 28 de octubre. Los efectos de la
manifestación popular expresada en la solicitud del referéndum, pueden ser
totalmente significativos, especialmente para el gobierno. De manera que la
Unidad estará en la circunstancia de expresar ante el país y el mundo, la
convicción de que puede conducir los destinos del país en una nueva etapa.
Todos los esfuerzos por estar a la altura de esa exigencia serán vitales para
el bienestar de los venezolanos. Es el tamaño del desafío.
28-09-16
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