Freddy Paz 23 de octubre de 2016
@freddyspaz
Todos
los venezolanos conocemos bien la situación actual que estamos atravesando.
Vivimos en un país donde la conflictividad pareciera dirigir nuestro día a día
debido a una interminable crisis política, económica y social sin precedentes.
La
realidad actual exige un cambio profundo en nuestra forma de vida y en nuestros
valores, actitudes y comportamientos que contribuyan a la no violencia y al
respeto de los derechos humanos, así como a las libertades fundamentales de
cada ser humano que conformen una cultura de paz, al fortalecimiento de los
procesos de democratización integral, de pluralismo político y la participación
real de la sociedad, a la solución de los problemas mediante el diálogo y la
negociación, garantizando a todas las personas el pleno ejercicio de todos sus
derechos.
Por
ello, la educación para la paz no es una opción más, sino una necesidad que
toda institución educativa debe asumir. Los principios para una convivencia
pacífica entre pueblos y grupos sociales se han convertido en un imperativo
legal. Ahora se trata de conseguir que el derecho formal de la educación para
la paz se convierta en un derecho positivo.
Debemos
educar para la paz. Nuestros niños de hoy que serán el futuro de la nación y
deben crecer en una sociedad cimentada en los valores, con una cultura creada
desde muy temprano que exalte los valores ciudadanos y que privilegie el
dialogo y el entendimiento como forma primigenia de dirimir nuestras
diferencias.
La
cultura para la paz hay que construirla con las herramientas de la educación,
desde el hogar, en primer término, y luego en la escuela, y promoverla en todos
los ciudadanos, desde edad temprana, y es que la construcción de una cultura
para la paz es un proceso que supone un cambio de mentalidad individual y
colectiva. Y en este sentido es fundamental el papel del sistema educativo,
pues al educar en valores tendrá un carácter irreversible y positivo para un
mundo más justo e inclusivo que abrace la diversidad.
Definitivamente,
la educación es el medio de acción principal de una cultura para la paz, y para
lograr esta, es menester unirla al desarrollo humano sostenible, al respeto de
los derechos y a la justicia social. La cultura para la paz debe contribuir al
fortalecimiento de los procesos de democratización integral, del pluralismo
político y la participación real de la sociedad civil, implementando sistemas
educativos y de comunicación integrales que permitan plantar, en todos los
niveles y sectores, los valores éticos que la sustentan, comenzando por la
infancia, los formadores y los especialistas de la opinión pública. Es obvio,
entonces, que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela del año
1.999, haya consagrado en su preámbulo y en los artículos 1, 3 y 326, los
cuales en esencia señalan, respectivamente: … “La paz es un patrimonio y un
valor moral en la doctrina de nuestro Libertador Simón Bolívar”… La
construcción de una sociedad justa y amante de la paz; y la paz como un
principio constitucional, de obligatorio cumplimiento.
Solo
trabajando juntos podremos salir adelante como país. Los grandes cambios hacia
la prosperidad y el avance social y económico solo son bien logrados cuando los
costos de la beligerancia y la confrontación que suelen ser altísimos y
traumáticos son anulados por el dialogo y el entendimiento.
@freddyspaz
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