Por Sebastián Boccanegra
La situación del país
reclama responsabilidad. Quizá es la única palabra que debería ser tomada en
cuenta a la hora de abordar el liderazgo ciudadano y político en medio de una
crisis económica sin precedentes y un sufrimiento popular de grandes
proporciones. Por eso es urgente que los factores políticos actúen con
responsabilidad.
Del lado del
chavismo, es imperativo que la sindéresis tome más protagonismo
que el afán por el poder, que la borrachera del poder. Así como es
rescatable que Maripili Hernández, que ha defendido cualquier cantidad de
barrabasadas del chavismo, dice que es la gente quien debe tener la última
palabra mediante un revocatorio, es deleznable,
condenable, censurable que el vicepresidente Aristóbulo Istúriz pretenda que su
base simpatizante sirva de escudo humano a Nicolás Maduro.
Pero del otro lado de la
acera hace falta incluso más responsabilidad. Los ojos del país no están en el
Gobierno porque ya la sociedad sabe que su influencia está vencida, su
sistema caduco y su capacidad para enrumbar al país es nula. Por eso todo el
mundo mira a la MUD, los llamados al relevo, a mostrar una senda cierta de
desarrollo, de concordia, de reconstrucción nacional. Tienen la batuta, está
claro, y con ella una mayor responsabilidad.
Es insólito que haya quienes
aún no lo vean así. Es lo que se evidencia con estas jornadas previas al
"diálogo" que durante la semana han transcurrido en un mar de
imprecisiones, de cambios de discurso, de contradicciones. La
MUD lleva una semana de reuniones, completa, de cara a esta convocatoria,
incluso consiguiendo presionar para que la cita no se concretara en Margarita
sino en la capital. Hasta el viernes en la tarde los cuatro partidos
principales (Primero Justicia, Acción Democrática, Voluntad Popular, Un Nuevo
Tiempo) habían conversado sobre agenda de negociación, escenarios a plantear,
aspiraciones ante el encuentro con representantes del madurismo, todo lo
necesario para ir unido a una cita que si bien pudiera ser mejor, nunca será la
ideal. Si el país estuviera pepito, no habría necesidad de conversar.
Nos cuentan que los primeros
en complicar el panorama fue Voluntad Popular. "Tienen todo
parado", nos decían desde el viernes. Las fricciones entre bloques
internos del partido naranja, evidenciados en las posturas ante la MUD de
Freddy Guevara y Luis Florido, le pusieron pausa al asunto. Así, a última
hora del viernes, se presentó una condición: ir al diálogo el domingo si eran
liberadas 13 presos políticos. En vez de ser un punto a discutir con el
gobierno, se plantea como una exigencia previa, avalada supuestamente por el
propio Leopoldo López.
Por Acción Democrática, Luis
Aquiles Moreno ha sido uno de los encargados de generar puentes con los
mediadores para fijar detalles del encuentro que aún a las 4 de la tarde del
domingo no se concreta. Pero el partido blanco tiene otra alianza que cuidar:
la suya con VP para el manejo interno de la Asamblea Nacional, la misma que
puso a Henry Ramos en la presidencia del Parlamento. Entonces, la postura de AD
es "si no vamos todos, no va ninguno". Otra pausa.
En Primero Justicia las
cosas no están color de rosa, y los amarillos tienen distintas
tonalidades. La directiva del partido, que encabeza Julio Borges, se anota
para sentarse a dialogar. Su principal dirigente, Henrique Capriles, pasó días
enteros negando posibilidad alguna de conversación. "No hay nada que
dialogar", repitió insistente durante la semana e incluso
al denunciar represión gubernamental hablaba de "alí está el diálogo
del gobierno". Su postura era firma: el siguiente paso es la marcha a
Miraflores. Afortunadamente, nos dicen que las posiciones intra
"justicieros" se han acercado y ahora el gobernador de Miranda dice que hay que ir a la
mesa para
exigir allí, en presencia de los mediadores internacionales, la reapertura
definitiva del camino electoral. Y tiene lógica, recordemos que en la Toma de
Venezuela, su llamado fue retomar el revocatorio o recibir al pueblo en
Miraflores.
El sábado hubo una reunión
en la Nunciatura de Caracas. Allí representantes de la oposición conversaron
con el enviado papal, quien al parecer está atónito con lo que sucede.
Después de todo, El Vaticano reconoció a la MUD como actor al mismo nivel
que el Gobierno -cuando condicionó su participación a una petición de
ambos sectores- y aceptó venir para mejorar condiciones de cara a una
confrontación electoral que ahora, a la luz de las decisiones del chavismo en
el CNE, parece encarar otros escenarios. Claro que hablamos del mismo gobierno
que impidió la visita del monseñor Gallagher y que dejó esperando al Papa en
2015 con una excusa burda de una gripe, solo para correr ahora en 2016.
Maquiavelo usa boína roja, y no hay que olvidarlo.
Todos en la MUD saben que el
madurismo tiene una agenda manipuladora: escenario electoral para dirimir el
conflicto son las regionales de 2017. Y eso no basta. Pero la presión
ciudadana, política y de masas debe ser no solo para mostrarle
dientes al régimen en la calle, sino en todos los escenarios, mesa con
mediadores incluida.
Este domingo hay prensa en
el Meliá, mientras acondicionan el salón Río San Juan para cualquier encuentro
que pueda darse. Pero en el Museo Alejandro Otero de La Rinconada también
mueven sillas. Julio Borges, Henri Falcón y Enrique
Márquez pudieran, junto un muy molesto y preocupado Chúo
Torrealba, sentarse en la mesa con los representantes de la represión y de
la dictadura de Maduro, como la califican las ONG defensoras de derechos
humanos.
Llevamos demasiados
meses en un "prediálogo", mientras el hambre aumenta, las colas
se alargan, la basura se convierte en bocados y los pacientes mueren por la
crisis de salud. Nadie está diciendo que se deba ir a hacer amistades con
los represores, ni a tomarse la foto, pero sí que la lucha es en todos los
frentes. Quien tiene la razón va y la defiende en cualquier escenario. Y
exigir elecciones, plantarse en salidas electorales, está muy lejos de
claudicar. Se quedarán con los crespos hechos quienes se aferren a la construcción
de condiciones previa a las palabras. ¿Un gobierno como este dará
condiciones? No, les interesa el conflicto y les interesa, a ellos más que a
andie, las divisiones en la oposición.
Por eso la MUD debe
recuperar la narrativa del diálogo, hacer entender al pueblo que se habla
para lograr salidas democráticas a las pretensiones y aciones autoritarias, y
no para darle más oxígeno a un gobierno zombi. Pero eso solo es posible si se
toman las riendas del asunto y se avanza en el dominio del corcel. "Los
rusos también juegan", sí. Por eso la jugada debe ser estratégica,
inteligente y responsable.
30-10-16
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico