Por Vanessa Davies
Roberto Izurieta, profesor
de la Universidad George Washington y comentarista de CNN, denuncia que ha
habido complicidad e hipocresía con el gobierno. “Si cierran las puertas del
revocatorio, se abren las demás puertas, y eso puede ser trágico”, dice
Roberto Izurieta no se anda
con medias tintas a la hora de ponerle un nombre y un apellido a la situación
venezolana: “Esto es una dictadura”. El profesor de la Universidad George
Washington y analista de CNN en español pasó esta semana por Caracas en un
vuelo rasante, como parte de un periplo por varios países de América Latina.
Izurieta estuvo en Caracas para dictar un diplomado sobre gobernabilidad, gerencia
política y gestión pública del Centro de Estudios Políticos de la Universidad
Católica Andrés Bello (UCAB). Contrapunto pudo conversar con él gracias a las
atenciones y dedicación de la periodista Carolina Aristimuño.
Aun cuando dice que espera
que no se llegue a la violencia en Venezuela, Izurieta recalca que el sistema
democrático está diseñado para resolver los conflictos “de acuerdo con normas
básicas”, como el respeto de los ciudadanos, la igualdad ante la ley, la
división entre los poderes del Estado. Asegura que Estados Unidos (EEUU) tiene
una democracia que ha funcionado y que funciona, porque “ha desarrollado los
mecanismos a través de los cuales se pueden resolver los conflictos de manera
democrática, ordenada”.
No deja de aludir al
conflicto generado en el año 2000, en las elecciones que –por decisión de la
Corte Suprema- ganó George Bush: “En otros países, si hubiese ocurrido lo
mismo, el conflicto se habría resuelto en las calles, pero en Estados Unidos se
resolvió en las instancias correspondientes, y después en la Corte Suprema.
Prefiero eso, a cualquier otro mecanismo, aunque en mi opinión fue una
resolución injusta”. Trae a colación, también, el “acta mata votos” de Perú,
que le dio la victoria a Pedro Pablo Kuczynski.
Se desconocen mecanismos
democráticos
-¿Esto en Venezuela lo vamos
a tener que resolver en las calles?
-Yo no quiero llegar a hacer
una declaración de semejante gravedad. Lo que estoy diciendo es que el sistema
democrático diseña mecanismos para resolver los conflictos garantizando los
derechos de los ciudadanos. Cuando se cierran las puertas de la democracia se
abren todas las demás puertas.
-¿Estamos en ese riesgo en
Venezuela?
-Absolutamente.
-¿Por qué?
-Porque así nos lo dice la
historia. La democracia fue desarrollada hace más de 2 mil años exactamente
para resolver este problema. No hay nada nuevo. Si cierras las puertas de la
democracia abres las puertas de todo lo demás. A todas las demás formas de
resolver los conflictos.
-Una decisión como la que
toman los tribunales y acata el CNE, ¿está desconociendo los mecanismos
democráticos en Venezuela?
-Absolutamente. El concepto
de que un país es democrático porque se vota no lo acepto. Y podemos discutir
en el nivel teórico y en el nivel práctico.
¿Dictadura en Venezuela?
“Absolutamente”
-Le está dando la razón al
presidente Maduro.
-A lo que voy es a lo
siguiente: consiguieron un sistema basado en la votación. Con la votación
coparon todas las instancias del Estado. Pero la democracia se define, sobre
todo, por la limitación del poder, la limitación de los poderes y las garantías
de los derechos ciudadanos. En otras palabras, puedes tener dictadura donde se
vota y democracia donde no se vote.
-En el caso venezolano, ¿qué
tendríamos?
-Yo no creo que sea una
democracia.
-¿Por qué piensa que no es
una democracia?
-Porque no hay división de
poderes, porque no hay limitación de poderes y porque hay suficientes
evidencias de que las garantías de los ciudadanos no son respetadas. El hecho
de que Leopoldo López evidencia que las libertades y los derechos de los
ciudadanos no están garantizados. Es un preso político. Hay que llamar las
cosas por su nombre.
-¿Hay presos políticos en
Venezuela? El gobierno dice que son políticos presos, la oposición dice que son
presos políticos.
-Son libres de tener su
opinión. La mía es muy clara. No creo que tengan las garantías. En los últimos
40 o 50 años no ha habido un preso político apresado a quien se le diga “usted
es un precio político”. Siempre han sido arrestados, perseguidos por la primera
excusa que encuentran, y porque claramente en Venezuela no hay división de
poderes del Estado.
-¿Qué consecuencias tiene
esto?
-Que no hay democracia, y si
no hay democracia no hay manera de resolver los conflictos ni de garantizar los
derechos ciudadanos.
-¿Hablaría de dictadura en
Venezuela?
-Absolutamente.
-¿Cómo es esa dictadura?
-Todas las dictaduras buscan
su forma. También las democracias tienen distintas formas: gobiernos
parlamentarios, republicanos, federales. Gobiernos con más poder en el Ejecutivo
o en el Legislativo, votaciones directas o indirectas.
Ha habido complicidad
-Si Venezuela, como usted
dice, es una dictadura, ¿por qué no es tratada como tal?
-Creo que ha existido mucha
complicidad política con el gobierno de Venezuela, ha existido mucha tolerancia
y, sin lugar a dudas, el deseo de no intervenir. Pero los derechos de los
ciudadanos, las libertades, en mi opinión son derechos universales. Por lo
tanto no existe el conflicto del intervencionismo. Me siento con el derecho de
defender la libertad de un ciudadano que viva en Estados Unidos, en Colombia,
en Venezuela, y no siento que estoy interviniendo en los asuntos internos.
-¿A qué instancia le
correspondería actuar?
-Creo que cada vez más deben
tener un rol más activo la OEA, los gobiernos de los países de América Latina.
-¿Qué deberían hacer?
-No me atrevería a darles
recomendaciones. Sí exigiría, primero, una posición clara. En el momento en que
no se convocan elecciones esto claramente es una dictadura, y por lo tanto no
es tolerable, lo rechazamos. Quizá deberían comenzar por un llamado al gobierno
venezolano: que si quiere ser parte de la comunidad de las naciones
democráticas tiene que aceptar el revocatorio sin reglas tramposas.
La situación “no es
sostenible”
-En otros países no hay
revocatorio. ¿Por qué a Venezuela se la conmina a hacerlo?
-Porque tienen el mecanismo
y porque la oposición escogió ese como mecanismo para resolver el conflicto y
se le cierra esa posibilidad. Segundo, porque la situación de Venezuela es
claramente insostenible desde el punto de vista económico, político, social y
jurídico. No es sostenible. Nadie con una mínima decencia intelectual puede
defender lo que pasa en Venezuela. Es indefendible.
-A los países que lo
defienden, ¿cómo los calificaría?
-Cómplices. Y con muchísima
hipocresía. Las grandes banderas de la izquierda han sido la defensa de los
derechos de las minorías y las libertades. Hicieron una lucha muy valiente,
admirable, plausible durante los años 70 y 80 defendiendo y denunciando la
persecución de los presos políticos en América Latina. Lo que yo no sabía en
ese entonces es que estaban defendiendo las libertades y los derechos de las
personas de izquierda, pero no de las personas de derecha o de los
independientes.
-¿Le parece que eso ha
pasado en Venezuela?
-Lo he dicho. Creo que la
llamada izquierda -que está, sin lugar a dudas, siendo cómplice de lo que está
pasando en Venezuela- es hipócrita.
-¿Qué debería hacer?
-Ser consecuentes. Uno tiene
que estar en contra de las dictaduras, sean de derecha o de izquierda. Uno
tiene que defender los derechos de los ciudadanos, sean de izquierda o de
derecha. Aquí los ciudadanos del otro lado no tienen derechos, y nosotros sí.
Esos no son derecho. De nuevo: igualdad frente a la ley. No se debe discriminar
por ideas, preferencias sexuales, sexo o raza. Somos iguales ante la ley.
Oposición “seria y madura”
-Al presidente Maduro le
quedan dos años. ¿Puede aguantarlo el país?
-Lo sabrán los venezolanos.
Yo no lo sé. Lo que puedo decir es que, si cierran las puertas del revocatorio,
se abren las demás puertas, y eso puede ser trágico.
-¿Golpe de Estado? ¿Protesta
popular?
-No quiero entrar en las
especulaciones, pero como todo en la vida: si cierras una puerta, se abren las
otras.
-¿El liderazgo del gobierno
está consciente de eso?
-No lo sé.
-¿El liderazgo de la
oposición está consciente de eso?
-Creo que la oposición ha
sido sería, responsable y madura. Pero está en una situación muy difícil,
porque le están cerrando en la cara las puertas de la democracia. Les están
quitando, abusivamente, los derechos de representatividad y de funciones
legítimamente ganados en las urnas. No hay pugna de poderes entre el Ejecutivo
y el Legislativo. Lo que existe es la opresión de un poder del Estado contra
otro.
-¿Debe tomar otras vías la
oposición?
-Soy extranjero. Sería un
atrevimiento de mi parte darle consejos a la oposición. Lo que sí puedo decir,
y lo ratifico, es que la oposición de Venezuela es democrática, madura y
responsable.
-Hay gente que apoya a
Maduro.
-El problema no está en los
votantes ni en los ciudadanos, sino en la mala representación de los líderes.
No tengo problemas con las reivindicaciones, deseos, opiniones de aquellos que
respalden al gobierno. Los derechos de ellos son iguales que los derechos de
los demás, y tienen que ser respetados. Y Venezuela solo será democrática
cuando también los derechos de ellos sean respetados. En la vida hay que ser
consistentes. Lo que yo sostengo lo defiendo para gobiernos de izquierda o de
derecha y para ciudadanos de izquierda o de derecha que apoyen a Maduro, que
estén en contra de Maduro. Somos todos iguales frente a la ley y todos tenemos
derecho a principios básicos, comenzando por los definidos en la declaración de
derechos humanos.
-¿Están esos derechos en
riesgo en Venezuela?
-Absolutamente. El derecho a
la libertad de expresión, el derecho a la libertad de las personas… Poner a una
persona presa es una cosa grave, no es una cosa que se debe hacer ligeramente.
Pero en las dictaduras es un mecanismo de persecución política, y eso es una
violación de los derechos humanos.
23-10-16
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