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viernes, 25 de noviembre de 2016

Comprar un kilo de cebolla y de tomate representa 11% del sueldo por @omarkav


Por Omar Villafañe


Los precios de las hortalizas aumentan con velocidad, el margen de duplicación en los costos de algunas apenas cumple los 15 días.

Caracas. Tiempo atrás era común comprar con el sencillo sobrante un kilo de cebollas, otro de tomate y lo que hiciera falta para aliñar la comida que se estaba preparando, pero los constantes incrementos hacen que las familias deban ser más cuidadosas al adquirir las hortalizas.

“Esto no está bien, tengo que soltar una paca de dinero solo para comprar unos kilitos de cebolla, tomate o pimentón”, contó Victoria Álvarez, peluquera residenciada en Guatire mientras señalaba un par de bolsas en sus manos.

En un recorrido realizado por Crónica.Uno se pudo constatar que los precios suben velozmente y, en un lapso de 15 días, el costo del tomate aumentó 40 % y el de la cebolla 100 %.

En los mercados populares y los supermercados, un kilo de tomate está entre 1.500 y 1.800 bolívares y el de cebolla va desde los 1.600 hasta los 2.140 bolívares. Por tanto, un kilo de alguna de estas hortalizas implica destinar como mínimo 3.100 bolívares, lo que equivale a 11 % del salario mínimo, que es 27.091 bolívares. Ante esos precios, muchos ya no se llevan las mismas cantidades o las adquieren de vez en cuando.


Irene Sáenz, operaria de limpieza proveniente de Charallave expresó que “de vez en cuando es que los compro. En mi casa simplemente no son prioridad, sé que son importantes para la salud pero es que no alcanza”.

La alta inflación ha evaporado el ingreso de los venezolanos, por ello, ha bajado el consumo. A lo que se suma la caída en la producción de los rubros por la falta de insumos.

Acudir hasta los mismos productores que vendían su mercancía a menor precio que los distribuidores dejó de ser rentable. “Una vez a la semana les compraba las verduras a unos agricultores merideños que las traían todos los jueves, pero hasta ellos ahora abusan con los precios”, dijo Rebeca Mora, una empleada pública.

María Fernández Contreras, una ama de casa que vive en La Candelaria, sostuvo que, entre las opciones que buscó, la más viable es la siembra en casa: “yo aprovecho que tengo un buen espacio en la terraza del apartamento y tengo mis tomaticos sembrados, así me ahorro un dinero”.

Foto referencial: Cristian Hernández

24-11-16




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