Hace poco alguien me envió
un artículo con el siguiente título: Batalla final por Venezuela: de la
dictadura de Maduro a la dictadura de la MUD. Busqué el nombre del autor de
semejante propuesta apocalíptica porque, por un momento, pensé podía tratarse
de las profecías semanales de Mister Popo Celestial. No era exactamente su
lenguaje, ni tan siquiera mencionaba al tarot, pero en cuanto a contenido había
cierta semejanza.
Pero no, se trataba del
intelectual ma non troppo, como dicen las partituras musicales, Heinz
Dieterich, quien creó el nombre del Socialismo del Siglo XXI, nombre que ha
tenido un marketing tan extenso y asfixiante como la propaganda de la
enseñanza de inglés por internet.
No creemos necesario
enumerar aquí los desmadres cometidos por Chávez and Company, de cómo pidieron
prestado con las mejores entradas de dinero por renta petrolera que jamás tuvo
el país ni antes ni después de este socialismo criollo. Es más, pensamos porque
queremos pensar bien, es siempre mejor que pensar mal, que lo despilfarrado no
fue por el placer del robo en sí que hace que uno sienta que es más listo que
el prójimo.
No nada de eso, fue más bien
para dejar bien provistos y acomodados a hijos, nietos, sobrinos, sobrinos
nietos, resobrinos, hasta la quinta generación, en fin toda una caterva de
parásitos, asunto que por ende, podríamos llamar más bien un despadre. No puede
ser que siempre seamos las madres las que tengamos la culpa de malcriar a toda
posible descendencia.
Palabras más, palabras
menos, este profeta del desastre nos informa que, si bien Chávez se equivocó al
escoger a Maduro, ya que él no era la persona más indicada para llevar a cabo
el maravilloso proyecto que habían considerado ambos, pero que si hubiesen
hecho caso de sus recomendaciones, éste (proyecto) hubiera sido un éxito total.
Una vez que este señor
vertió toda la amargura que guardaba en su pecho sobre el fallido intento de
fundar un socialismo del siglo XXI, advierte a la Oposición que aunque la MUD
gane este pulseo, Lasciateognisperanzavoich’entrate! Dice el Dante,
el infierno está prácticamente a la vuelta de la esquina, la MUD se volverá una
dictadura burguesa tan feroz o más que la de Maduro. Y si no le creemos, no
tenemos sino que mirar a Brasil o a la Argentina para ver que tiene razón.
En cuanto a la Argentina,
debo admitir cierta parcialidad, ya que la otra noche tomé un vino tinto del
Valle de Uco, Mendoza, confeccionado con una uva que llaman Malbec (¿mal
pico?). Ese nombre viene de un viticultor húngaro llamado Malbeck que llegó a
Francia en el siglo XIX y plantó esa vid.
Pero por razones del
destino, quizás no tuvo tanto arraigo allí como en Argentina donde ahora
producen uno vino tinto, rojo oscuro, con sabor a frutas del bosque, con
cuerpo, maravilloso, para ahogar tantas profecías inícuas como aquellas con las
cuales siempre nos quieren sorprender.
En cuanto al señor sociólogo
alemán y sus destellos de amargura, ¡eso es lo que le sucede a las personas
cuando las destetan con pepinillos agrios!
aglaya3@gmail.com
03-11-16
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