Omar Villalba 23 de noviembre de 2016
Ajados
de la diatriba del tuiter, en los sectores populares la preocupación es comer y
mantenerse vivos, ante la inseguridad y la carencia en los sistemas de salud.
El
trabajo con propósito es un gran alentador, particularmente, esta semana ya
cerca de la Navidad, he recorrido casa por casa, de las latitudes mas lejanas
de nuestra Baruta, recorriendo la realidad del país que no está en “diálogo”,
pero que los resultados de los acuerdos, podrían traer un halo de esperanza a
sus hogares, si y solo si, el gobierno central permite que el aparato
productivo del país se reorganice y reactive, que las medicinas fluyan hacia los
sistemas de abastecimiento regulares y que la comida sea accesible a cada hogar
de cada localidad por mas remota que ella se encuentre de las urbes.
Cuando
estamos insertados en realidades tan crudas y crueles como el hambre, la
marginalidad, entendida como aquellos sectores marginados de los sistemas
sociales del país, donde no llegan los servicios básicos, ni agua, ni
electricidad, ni transporte público, y aun así los venezolanos, los baruteños
se levantan dia a dia a insistir en un porvenir para cada cual y sus familias,
es allí, cuando este trabajo diario, tiene sentido, es cuando escuchar,
acompañar y ser parte de soluciones cobra vigencia.
No
quiero descansar en persistir, en que las soluciones están en la gente común,
en llevarles conocimiento, herramientas de vida que le permitan proyectar y ser
asertivos en sus decisiones, cuando no hay que comer es difícil pensar por
quien votar en unas elecciones, cuando un padre o madre no tiene solución a los
problemas de salud, y mucho menos medicinas para solventar el momento, no
podemos llegar como un Mesías a ofrecer lo que no podemos dar. La frustración
ante el arrebato de nuestro derecho a revocar un mandato de elección popular, y
mas aún la percepción de haber perdido la batalla que nos acercaba a un cambio
en la conducción del país. Aunado a esto, parte de la población en una guerra
ficticia de redes sociales, haciendo juicios sobre en lo que la mayoría de los
venezolanos aun no estamos claros, en este momento, lo único que pareciera
alejar a los ciudadanos de la frustración del “no revocatorio” es la
preocupación de cómo sobrevivir a la estranguladora crisis económica y de
inseguridad que padecemos todos por igual. La convivencia diaria con los
baruteños de todos los sectores, de diferentes religiones, clases sociales, con
pensamientos políticos heterogéneos, me enseñan a diario que el liderazgo
político tiene el deber de vincularse con los ciudadanos de a pie, de aprender
y llevar nota continua de la realidad en la que la sociedad está sumergida. Si
bien es cierto, que tenemos 17 años de atraso social, económico, educativo, de
salud, y sobre todo un retroceso enorme moralmente, también hay que reconocer
los esfuerzos que los ciudadanos hacemos continuamente por mantener nuestros
valores morales y sociales a flote.
La
agenda de noviembre, me ha permitido sonreir y ver logros en materia de
educación, de integración y disminución de la violencia en las escuelas
municipales, porque allí se hace un trabajo de hormiga, de grandes esfuerzos
pero con inmensos logros en materia de integración y respeto.
He
dedicado parte del tiempo en los recorridos por sectores como Hoyo de la
Puerta, Las Minas, La Palomera, Ojo de Agua, Santa Cruz del Este, llevando un
mensaje de fe y esperanza a través compartir conocimiento, de compartir y
rescatar el valor político, de hablar con la gente sobre el liderazgo en
acción, de hacernos responsables de las consecuencias de nuestros actos, y de
cambiar la visión de un liderazgo alejado de la realidad, un liderazgo
mediático, es hora del liderazgo presente, que nace desde las comunidades y de
la visión de la gente, aprendiendo en acción, todos juntos.
Por
eso, soy un convencido de que para liderar hay que escuchar, conectarse y ser
humilde para aprender de quienes lo hacen diferente, pero que al final del
camino al unir el compromiso para el logro, siempre los resultados serán
positivos y en beneficio de la gente.
Me
gusta vivir y avanzar junto a mi Baruta, porque la mejor forma de dar es con la
experiencia de lo vivido y lo sentido.
Aquí
seguimos, esta semana insistir, persistir y lograr es un objetivo claro en la
agenda social y política que nos convoca a hacer de Venezuela el país que nos
merecemos.
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