Por Henrique Capriles
Navidad es nacimiento,
renovación; es el despuntar de una nueva ilusión. Es avivar la esperanza, y eso
también es lo que necesitamos todos los venezolanos.
Mucha de la alegría y
cordialidad de la Navidad viene precisamente de esa tendencia acostumbrada de
recordar, reconocer, abrir nuevos horizontes y tener nuevas ilusiones.
Nuestra querida y amada
Venezuela, estos momentos son propicios para la reflexión para alimentar el
espíritu, para que inspirados en la estrella de Belén que guió a los Reyes
Mayos y los condujo al pesebre, nos ilumine el camino hacia un país de cambio
que permita que la Navidad de 2017 esté llena de prosperidad y no de carencia y
miseria como la que vivimos este 2016.
Durante toda nuestra historia
como país, la Navidad fue un momento para celebrar en abundancia y en unión
familiar, sin embargo, por culpa de las decisiones de un gobierno que solo
quiere su provecho, vivimos las navidades más atípicas que recordemos.
Con la inflación y la escasez
más altas del mundo, inseguridad y falta de liquidez, la gran mayoría de los
venezolanos tuvieron que adaptarse a una Navidad sin juguetes, estrenos,
comida típica ni adornos.
Debido a toda la crisis que
estamos enfrentando, en estas Navidades vivimos la crudeza de una estadística
lamentable, porque cerca del 70% de los hogares de Caracas, ya que en el
interior la cosa es aún más terrible, no hay comida suficiente para alimentar a
una familia de cinco personas cada semana. No en balde la hallaca, el pernil,
el pan de jamón y la ensalada de gallina desaparecieron de la cena navideña de
la gran mayoría de los venezolanos.
Obviamente, aunque el gobierno
se empeñe en esconder las cifras, la realidad se percibe de manera cruda en la
calle, no hace falta leer una cifra para saber lo que está pasando. La Canasta
Alimentaria Familiar que incluye solo productos comestibles, en el mes de
noviembre de 2016 se elevó a 460.381,55 bolívares, es decir, incrementó
7,2% con respecto al mes anterior, equivalente a 30.755,47
bolívares. En la actualidad se necesitan 17 salarios
mínimos (27.092,10 bolívares) para adquirir la canasta alimentaria para
cinco miembros. Entre noviembre de 2015 y 2016 subió 480,9%.
Las malas políticas económicas
implementadas por un gobierno corrupto, acabaron con el bolsillo de los
venezolanos. Por poner un ejemplo, los precios de rubros como hortalizas,
tubérculos y granos aumentan casi diariamente, sin contar los productos escasos
como la harina de maíz, la leche, el aceite, café, entre otros. La diferencia
entre los precios de los productos controlados y los del mercado es de 2.681,70%.
Debido a la inflación que
enfrentamos y que supera el 700%, las tradiciones navideñas se convirtieron en
un lujo, porque no solo los platos típicos de esta fecha quedaron en el olvido
momentáneo, también los padres debieron enfrentar una dura decisión:
comprar comida, o ropa, o juguetes.
Más del 60% cayó la venta de
juguetes en las vísperas a la Navidad y los estrenos también fueron desplazados
por la necesidad de comprar alimentos.
Y si ya los venezolanos
teníamos tiempo padeciendo a la hora de comprar los alimentos o bienes
necesarios, los días previos a la Navidad tuvieron una precariedad más: falta
de liquidez, por las restricciones para retirar y cambiar dinero, tras la
decisión de sacar de circulación el billete de 100 bolívares.
Además insistimos que aunque
el gobierno extendió la prórroga para la utilización del billete de 100
bolívares, eso no es tiempo suficiente, ¿después del 2 de enero el país volverá
a entrar en caos? Los venezolanos debemos exigir al gobierno que se permita la
utilización de los mismos hasta que entre en circulación el nuevo cono
monetario.
Maduro se convirtió otra vez
en el Grinch de esta Navidad, no se le ocurre nada bueno, puro invento loco,
sin estudio ni planificación y con sus políticas económicas ha conducido al
venezolano a la miseria. Se robó la calidad de vida de los venezolanos, pero
aunque nos sintamos desmoralizados y devastados, debemos mantener la esperanza
viva de afianzar un cambio.
La salida de la crisis que
vivimos pasa por un cambio de modelo, pero a todas luces pareciera que el
gobierno no está dispuesto a hacerlo, generando un conflicto político que se
suma a la crisis que vivimos, por lo que para que haya un cambio en el modelo
económico se hace necesario ese cambio político.
Tenemos claro que en la medida
que no se de ese cambio político la crisis se va a seguir profundizando sin
salida aparente y a pasos agigantados, por eso quienes hacemos vida dentro de
la Unidad Democrática tenemos la obligación de aprovechar estos días para
definir una estrategia y plantearle al país una ruta clara que permita alcanzar
a los venezolanos el cambio que quieren a través del camino que también
quieren, que es el electoral.
La Unidad debe relanzarse
desde la autocrítica. Que se depure lo que tenga que depurarse y que se amplíe
lo que se tenga que ampliar. Como plataforma electoral la Unidad ha sido
exitosa, la tarjeta más votada en la historia del país, pero no solo puede ser
una plataforma electoral, debe plantear a los venezolanos una ruta que permita
alcanzar los cambios.
Nosotros planteamos la opción
del Referendo Revocatorio y el gobierno, utilizando todas las artimañas y sus instituciones,
lo secuestró; y todos no lo defendimos como teníamos que hacerlo y ahora
tenemos la obligación de buscar alternativas que liberen el ejercicio soberano
del voto que el gobierno pretende robarnos indefinidamente.
El gobiero nos ha robado de todo,
pero no podemos permitir nunca que nos robe la esperanza, los sueños y las
ganas de construir una Venezuela de progreso para todos.
Estamos llamados a organizar,
articular, movilizar al país para que se ejerza presión social y lograr unas
elecciones generales, porque el 80% de los venezolanos quiere cambio. Debemos
declararle la guerra al hambre, porque la lucha no puede abandonar nuestras
tareas más importantes, lo político y lo social deben caminar juntos. No nos
podemos permitir tener otras navidades como estas, debemos empujar todos juntos
para abrir las puertas de la prosperidad en nuestro amado país.
¡Qué el Niño Jesús nos ilumine
para que juntos encontremos el camino de futuro y de cambio! ¡Qué Dios
bendiga a cada uno de ustedes y a nuestra Venezuela!.
25-12-16
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