Omar Villalba 08 de marzo de 2017
¡Pan y
Circo! Es una expresión de origen romano, en la que se hace alusión a un
momento vivido por este imperio; en el cual los emperadores deleitaban a la
plebe con juegos y comida. Esto se hacía para mantener la popularidad, si el
emperador tenía a la plebe contenta, los senadores y cualquier otro aspirante
al trono se lo pensaría dos veces antes de intentar alguna aventura. En el
punto más decadente del imperio, esta actitud se volvió una constante, llegando
al punto que el romano promedio estaba todos los días en el circo máximo viendo
los juegos, ya fuesen peleas de gladiadores, carreras de caballos entre otras
obras.
Esta
actitud pasaría a formar parte del acervo político de los herederos de Roma,
siendo una constante en el Imperio Romano Oriental; donde las carreras de
cuadrigas serian clave para mantener al pueblo calmado. Tal era el impacto de
aquel evento, que una vez prohibido el pueblo se alzó y casi acaban con el
imperio.
Otros
pueblos seguirían esta línea a través del tiempo: El Imperio Francés sería uno,
el abuso de esta técnica fue uno de los tantos catalizadores que dieron origen
a la Revolución Francesa. Pero, no solo en la antigüedad se abusó de esta
estrategia, el régimen nazi se caracterizó por su maquinaria propagandística y
el abuso de esta estratagema durante el ascenso de Alemania. Lo mismo hizo el
Duche en Italia, y así otros grandes tiranos del siglo XX.
Esta
táctica política es atractiva e interesante, porque al satisfacer las
necesidades básicas de los ciudadanos, a este le importará poco que esté
haciendo, o dejando de hacer, el gobierno. He hecho este preámbulo, porque en
la actualidad vivimos una historia similar.
Venezuela
vive un momento crítico, en el ámbito político y económico. El barril de
petróleo esta a un nivel muy bajo, la producción ha caído y con ello los ingresos
de la republica se han visto menguados. La calidad de vida del venezolano cayó
sustancialmente, y si a eso le sumamos la variable inseguridad que campa a sus
anchas, tenemos el cóctel ganador.
Estos
problemas, que he acotado no son recientes, sino de vieja data. Para ser
sincero son fallas estructurales, producto de una élite que se ha mantenido en
el poder, pero no ha hecho nada para mejorar las condiciones de sus gobernados.
Una élite que ha olvidado el verdadero sentido del buen gobierno, tal como dijo
una vez el Libertador hablando sobre cuál es la mejor forma de administración:
“El sistema de gobierno más perfecto es aquel que produce mayor suma de
felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad
política” en vez de ello se han concentrado en mantenerse en el poder; y para
hacerlo se han valido de cualquier estrategia, cada una más onerosa que la
anterior; pero la más destacada y vergonzosa ha sido el Pan y Circo.
En
Venezuela la gente se está muriendo de hambre, está viendo como su calidad de
vida ha menguado; algunos han llegado al extremo de comer de la basura o
alimentarse de animales como palomas, entre otros. En Venezuela muchas personas
víctimas de enfermedades crónicas y mortales —como el cáncer por ejemplo— tienen
que ver como la vida se les escapa entre los dedos porque las medicinas que
necesitan no se encuentran. Ni hablar, por ejemplo, de las mujeres agobiadas
por no encontrar píldoras anticonceptivas, dado que el gobierno no quiere
asumir los costos de importarlas. Y como esos, muchos casos… pero el más
drástico, el más kafkiano ha sido el último, Caracas pasará cerca de cuatro
días sin agua, pero el gobierno ha invertido unos cuantos millones para que los
venezolanos disfruten del carnaval. Eso sin contar lo que se ha invertido en
los operativos de seguridad ¿De verdad creen que los venezolanos estarán de
ánimo para irse de asueto?
Por su
parte me pregunto ¿Si ha tanto dinero, porque no se invierte en mejorar la
calidad de vida de los ciudadanos? ¿Por qué no se invirtió ese dinero para
hacer las reparaciones que se pretenden hacer estos cuatros días, con tiempo,
de tal forma que el suplicio sea mínimo? Si hay tanto dinero para derrochar en
pan y circo ¿Por qué no se invierte en mejorar la calidad de vida del venezolano?
O peor aún, si los ingresos del país han caído drásticamente ¿De dónde ha
salido tanto dinero?
Estas
interrogantes no tiene una respuesta sencilla, y mucho menos, agradable. Lo que
es peor, hablan muy mal de la opinión que tiene la revolución del ciudadano.
Para ellos somos unas bestias hedonistas, que están más interesados en la
bebida y el asueto, en vez de mejorar la calidad de nuestras vidas. Para la
revolución, el venezolano lo que desea el beber y retozar en vez de alcanzar
una solución a sus problemas económicos y… sobre todo, políticos. Creen que
estamos dispuestos a sacrificar nuestra sanidad y estabilidad mental en pro de
un fin de semana de asueto. ¡Como si hiciesen falta! Recordad que venimos del
asueto “zamorano”.
Dicho
esto, es evidente que para el gobierno el pueblo caraqueño no es prioridad. Su
principal objetivo es mantenerlo embrutecido y distraído, saciando sus bajos
instintos, de esta forma no prestaran atención a los problemas primordiales.
Por eso, yo les exhorto a demostrarle lo contrario, debemos quitarnos las
gríngolas que nos han puesto. Hay que ser más crítico, y preguntar exigir
respuestas, pero por encima de ello respuesta a los problemas que nos aquejan.
Compatriotas,
no esperemos que el gobierno venga a resolvernos los problemas. Debemos poner
de nuestra parte, poner manos a las obras, pero por encima de ello debemos
dejar de hacerle el juego a la “revolución” debemos evitar caer en sus redes de
embrutecimiento.
Levantemos
entonces nuestra voz, y recordémosle a quienes nos gobiernan, que ellos están
en el poder gracias a nosotros, que se deben a nosotros, a nuestro bienestar… y
que este no se alcanza a través del Pan y el Circo, sino de las mejoras
sustanciales de nuestra calidad de vida. Mejoras, que a la larga, nos
permitirán disfrutar y sacar provecho al tiempo de nuestra vida.
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