Redacción 21 de mayo de 2017
Este
domingo 21M se llevó a cabo la Jornada Nacional de Oración por La Paz,
convocada por la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV).
Representantes
de la iglesia católica en el país elevaron plegarias por la resolución de los
conflictos sociales, políticos y económicos por los cuales atraviesa Venezuela.
Unidos
en oración prelados y feligreses, colmaron los principales templos del país,
así como calles y avenidas en diferentes puntos de la geografía nacional.
Táchira,
Coro, Mérida, Bolívar, Zulia, Maturín, San Felipe, Caracas, Miranda, Nueva
Esparta, son algunas de las entidades donde la CEV reflejó la atención a la
convocatoria de oración por el país.
El
cardenal Jorge Urosa Savino, dijo luego de culminar la jornada “Oremos por
Venezuela” que el gobierno tiene que resolver los problemas del país y no
empeorarlos con la aplicación de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC).
Reiteró
el rechazo de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) sobre la ANC tras
calificarla como negativa para la nación, pues según su punto de vista, la
única salida de la crisis son las elecciones generales.
También
hizo un llamado al cese de la violencia hacia los manifestantes por parte de
los cuerpos de seguridad del Estado con bombas lacrimógenas y armas, por lo que
exigió al ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, que tome las medidas
pertinentes.
Mensaje
del Cardenal Arzobispo de Caracas, Jorge Urosa Savino y los Obispos Auxiliares,
unidos a la Conferencia Episcopal Venezolana en la Jornada de Oración por la
Paz de Venezuela, 20 y 21 de mayo de 2017
A
todos los sacerdotes y diáconos, a los miembros de Institutos de Vida
Consagrada, a los miembros de los movimientos y asociaciones de laicos, y a
todos los fieles católicos de la Arquidiócesis de Caracas.
Queridas
hermanas y hermanos:
Ante
la grave crisis política, económica y social que hoy afecta a todo el pueblo
venezolano, los obispos de la Presidencia de la Conferencia Episcopal
Venezolana, han invitado a todas las diócesis, parroquias y comunidades del
país a celebrar, esta Jornada de Oración por la Paz de Venezuela el 20 y 21 de
mayo. Confiada e insistentemente pedimos al Señor el cese de la violencia, el
respeto de los derechos humanos y los valores democráticos, la reconciliación y
la paz y nos permita a los venezolanos resolver de manera pacífica los
problemas que hoy nos aquejan.
El
cristiano es y debe ser siempre gente de paz. Así nos lo pide el mismo Cristo
en el Sermón de la montaña: “Felices los que trabajan por la paz, porque ellos
serán llamados “hijos de Dios” (Mt 5,9). Y por eso estamos llamados también a
respetar y defender los derechos humanos, los nuestros y los de los demás,
porque “la paz es fruto de la justicia” (Is. 32, 17). Esta Jornada es una
ocasión propicia para que, como discípulos de Jesucristo en Caracas, renovemos
nuestra confianza en Dios con espíritu de fe y a la luz de su Palabra, y
tomemos conciencia de que, al expresar y defender nuestras convicciones, no
debemos caer en el odio y la violencia, que hemos de rechazar siempre, venga de
donde venga.
Hemos
de trabajar por la paz. Esto requiere denunciar lo que impida la paz, y dar los
pasos para instaurar la “civilización del amor”. Pero ésta no se podrá edificar
mientras no se den las condiciones que la favorezcan: el respeto a la dignidad
humana, el reconocimiento de la centralidad de la vida humana y la familia, el
fortalecimiento de la fraternidad en sana convivencia, el desarrollo integral
de nuestro país.
A
todos los fieles católicos, cualquiera que sea su responsabilidad dentro de la
Iglesia y del país, sociedad, les llamamos a dejarse guiar por los criterios
del Evangelio. Cada uno de nosotros, pastores, laicos y miembros de la vida
consagrada estamos llamados a ser testigos de Cristo Resucitado siempre, pero
de modo especial en estos tiempos difíciles.
Hagamos
todo lo que podamos para conseguir la paz y la recuperación del país, con la
oración, la Palabra de Dios y la Eucaristía.
A
pesar de los conflictos, no perdamos la esperanza. El Señor nos alienta y
fortalece, pues es el Dios de la vida, de la salvación, de la plenitud de la
condición humana, lograda en Jesús resucitado. Comprometámonos a trabajar por
la paz y a comunicar a nuestros hermanos, sobre todo a nuestros familiares y
vecinos, el amor, la alegría, la paz y la vida de Cristo resucitado, anunciando
nuestra fe, y luchando contra el egoísmo, la corrupción, la violencia y la
cultura de la muerte. Pidamos a Dios de todo corazón con intenso fervor y
sólida confianza, que nos ayude a los venezolanos a resolver nuestros
conflictos de manera pacífica.
Encomendemos
a la Santísima Virgen María de Coromoto, nuestra madre celestial, todas las
necesidades de Caracas y de nuestra querida Venezuela.
Con
nuestra afectuosa bendición episcopal,
+
CARDENAL JORGE UROSA SAVINO
ARZOBISPO
DE CARACAS
+Mons.
Jesús González de Zárate
Obispo
Auxiliar de Caracas Obispo Auxiliar de Caracas
+Mons.
Tulio Ramírez Padilla
Obispo
Auxiliar de Caracas Obispo Auxiliar de Caracas
+Mons.
José de la Trinidad Fernández A.
Obispo
Auxiliar de Caracas Obispo Auxiliar de Caracas
+Mons.
Enrique Parravano M.
Obispo
Auxiliar de Caracas Obispo Auxiliar de Caracas
+Mons.
Nicolás Bermúdez V.
Obispo
Auxiliar Emérito de Caracas
A los
creyentes les dejamos la siguiente oración:
Oración
por Venezuela
Jesucristo,
Señor nuestro, acudimos a ti en esta hora de tantas necesidades en nuestra
patria. Nos sentimos inquietos y esperanzados y pedimos la fortaleza como don
precioso de tu Espíritu. Anhelamos ser un pueblo identificado con el respeto a
la dignidad humana, la verdad, la libertad, la justicia y el compromiso por el
bien común.
Como
hijos de Dios danos la capacidad de construir la convivencia fraterna, amando a
todos sin excluir a nadie, solidarizándonos con los pobres y trabajando por la
reconciliación y la paz.
Concédenos
la sabiduría del diálogo y del encuentro, para que juntos construyamos la
“Civilización del Amor”, a través de una real participación y de una
solidaridad fraterna. Tu nos convocas como nación y te decimos: Aquí estamos,
Señor, junto a nuestra Madre, María de Coromoto, para seguir el camino
emprendido y testimoniar la fe de un pueblo que se abre a una Nueva Esperanza.
Por eso todos juntos gritamos: ¡Venezuela! ¡Vive y camina con Jesucristo, Señor
de la historia!
Amén.
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