Por Eugenio G. Martínez
Los resultados de la votación
para escoger gobernadores servirán como punto de partida para el complejo
proceso de acercamiento entre el régimen de Nicolás Maduro y los representantes
de la oposición agrupados en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). La lectura
política de los resultados que tendrá el país a partir del domingo 15 de
octubre tendrán un efecto en las negociaciones dirigidas a concretar una
transición negociada que puede mostrar su punto culminante en la celebración de
una elección presidencial competitiva en los próximos 12 meses.
Electoralmente los resultados
de este domingo podrán analizarse desde dos perspectivas: cantidad de
gobernaciones alcanzadas por cada bloque y el número de votos totales. Esta
segunda interpretación será clave para el proceso electoral y político de 2018.
Adicionalmente los resultados
del domingo podrían reabrir el debate sobre los anuncios de participación
electoral en la votación para escoger de los delegados a la Asamblea Nacional
Constituyente que la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE)
Tibisay Lucena realizó el pasado 30 de julio.
Las interpretaciones de los
resultados de este domingo estarán condicionadas por la decisión del CNE de
modificar las reglas electorales (una vez convocada la elección) en torno a la
sustitución de candidaturas y la reubicación a 72 horas de la elección de 715
mil electores. Ambas medidas pudiesen impactar la tasa de pérdida de votos y
será una tercera forma de analizar este proceso, especialmente cuando se
comienzan a discutir las garantías para que los comicios de 2018 sean
competitivos.
La última medición electoral
de rechazo a Maduro se celebró en 2015. Las elecciones parlamentarias de ese
año, en mejores condiciones políticas y electorales que las actuales, redujeron
al chavismo a 5.599.025 votos, lo que representa el 40,8% del total de
sufragios válidos, mientras la oposición continuó con sus crecimiento lento,
pero sostenido llegando a aglutinar 7.707.422 votos, que equivalen a 56,2% del
total de sufragios válidos.
A pesar de la diferencia en
votos válidos (y porcentualmente) de 2015 el chavismo logró ganar la votación
en seis entidades. Si el proceso de este 15 de octubre se analiza desde esa
perspectiva entonces se puede comprender el cálculo de algunos factores del
gobierno venezolano: el chavismo aspira ganar al menos 10 gobernaciones en este
proceso. Las seis estados en los que triunfó en 2015, unidos a las entidades en
donde la tasa de pérdida de voto opositor le permita al chavismo mantener el
control (por abstención de la oposición, renuncias de candidaturas no
procesadas y migración forzosa de electores a 72 horas de la elección).
En 2016 debió realizarse, al
menos, una nueva medición. Las elecciones de gobernadores y de asambleas
legislativas. No obstante, el CNE no lo permitió, al tiempo que los tribunales
del país impidieron que se realizara la consulta popular por excelencia: el
referendo revocatorio en contra de Maduro.
En los comicios regionales del
año 2012 (se eligieron gobernadores y asambleas legislativas) se registró una
abstención de 48%. Esta abstención estuvo marcada por la desesperanza que causó
en el elector opositor la reelección presidencial de Hugo Chávez dos meses
antes. El 52% de los ciudadanos que decidieron acudir a las urnas le dieron al
chavismo el control de 20 de las 23 gobernaciones en disputa. Si este 15 de
octubre se cumplen las aspiraciones del chavismo (ganar en 10 gobernaciones)
entonces los candidatos de Maduro habrán perdido el control de la mitad de
gobernaciones que conquistaron hace cinco años, mientras la oposición habrá
triplicado los territorios bajo su teórico control político (después se podrá
analizar el impacto de la no elección de las asambleas legislativas en estos
territorios).
No se debe olvidar que en el
año 2012 el chavismo logró triunfar en los comicios regionales desde dos
lecturas básicas: Sus candidatos ganaron la mayoría de las gobernaciones
(incluyendo las asambleas legislativas de 22 estados) y capitalizó la mayoría
del voto nacional: 4.855.340 sufragios válidos en contra de los 3.834.292 votos
válidos que obtuvo la oposición.
En el análisis de gobernaciones
y voto nacional tampoco se debe olvidar que 53% de los electores habilitados
para sufragar y elegir gobernadores se encuentran concentrados en apenas ocho
de las 23 entidades del país. Aunque el número de gobernaciones que gane cada
lado se muestre equilibrado entre las fuerzas, la diferencia en el voto
nacional puede marcar la lectura política. Recordemos que en Zulia, Miranda,
Carabobo, Lara, Aragua y Anzoátegui se concentra la mayoría de la población y
allí la oposición tiene la primera probabilidad de triunfo. Y para las
posteriores elecciones nacionales, el voto total será lo que contará.
En definitiva, los resultados
de las regionales en referencia a la cantidad de gobernaciones que obtenga el
chavismo y la oposición serán la referencia puntual, pero la cantidad de votos
nacionales de cada bloque y el impacto de las decisiones del CNE, marcarán la
ruta para intentar que en Venezuela se celebre una elección presidencial
competitiva en 2018.
14-10-17
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