Por Simón García
Si no resultara un agravio a
los amigos que han decidido no votar, escribiría un artículo que se titulara
“Tu abstención es necesaria”. El predicado no requiere vueltas: potenciar un
triunfo del gobierno y asestar una derrota mortal a la oposición.
Si los 2 millones 200 mil
votantes que abandonaron a la MUD en octubre por negligencia cívica, malestar y
decepción con su desempeño o insatisfacciones morales contribuyeron a que el
fraude llegara más allá de su tradicional catálogo de trampas, no hay que tener
una bola de cristal para ver lo que hará el gobierno con la decisión angustiada
y desesperada de contingentes opositores que prefieren apartarse de la batalla
electoral. Tienen sus razones, pero el costo será alto.
Todo indica que las
direcciones de partidos con peso optan por esperar la derrota sin intentar
evitarla o minimizarla. La cercanía de elecciones presidenciales incentiva
anticipar los deslindes por candidaturas, pero no justifica dinamitar sus
relaciones y ahondar sus divisiones. En tales circunstancias califico la
decisión de participación de AP y UNT de heroica, no por adjudicarles virtudes,
que las tienen igual que AD, PJ y VP, sino para subrayar sus empeños afanosos
de nadar bajo un vendaval y contra la corriente.
El patriotismo de partido
inclinará a los militantes de las organizaciones que no presentaron candidatos
al ausentismo. Los comisarios del CNE en los Centros de Votación y los efectivos
del plan república adoctrinados en la ideología roja actuarán el 10 de
diciembre contra una línea defensiva desguarnecida. Los ciudadanos, de la MUD y
fuera de ella, que vayan a votar por candidatos de oposición, tendrán que sacar
músculo que hoy no tienen. A menos que las comunidades cercanas a los centros y
la propia sociedad civil tomen en sus manos la resistencia al fraude, serán
avasallados.
Buena parte de mis amigos que
no van a ir a votar no son abstencionistas de doctrina o de interés político
particular, tipo Vente. Se toman una taima en la lucha y concentran su energía
en ajustar cuentas dentro de la oposición, afincándose en reclamos a un líder o
un partido o que se jure que nadie se juramentará ante la moribunda
Constituyente. No parecen ver las consecuencias políticas injustas y dañinas
para el país y para la lucha de la sociedad democrática contra un Estado
autocrático. La peor es inflar las posibilidades de perpetuación de Maduro.
Más acá de la nariz la
conflictividad entre los partidos de la ex MUD podría llegar incluso a bloquear
toda iniciativa para recomponer alguna forma de acción conjunta en determinados
espacios, conservando autonomía para desarrollar políticas competitivas en
otros.
Se producirá una fuerte
pulsión a convertir la desesperanza en la retirada hacia una vida sin mundanal
política y tomará posición hegemónica la idea de que no hay salida. Quedaremos
guindando de la fílmica irrupción del séptimo de caballería para poner en huida
a los bandidos, en una de superhombres e indios.
Pero, la pregunta permanecerá,
en medio de incertidumbres y tensiones, ¿quién se quedará en la cabina de
proyección cuando termine esta función?
12-11-17
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico