Por Maru Morales P. y Mayela
Armas
El presidente de la Asamblea
Nacional informó que los partidos de oposición alcanzaron acuerdos mínimos en
torno a 6 puntos. Confirmó que la ronda de negociación en República Dominicana
se concretará en las próximas semanas y aclaró que los partidos de oposición
que no inscribieron candidatos a las municipales no están llamando a la
abstención.
La gestión de Julio Borges
(PJ-Miranda) como presidente del Poder Legislativo está a punto de llegar a su
final. Este 15 de diciembre culmina el segundo período ordinario de sesiones
del Parlamento y salvo que se convoquen sesiones extraordinarias durante el mes
de diciembre, lo que le quedaría a Borges sería esperar hasta el 5 de enero de
2018 para entregar la curul presidencial a su sucesor.
Algunas imágenes de Borges
registradas este año podrían servir para resumir su gestión y su carácter: en
una de las primeras sesiones del año, al darle la palabra a su predecesor,
Henry Ramos Allup, se refirió a él como “nuestro amigo, nuestro guía, nuestro
colega”; en abril, parado en las escalinatas, con la cúpula del Salón Elíptico
detrás, rompió las sentencias 155 y 156 del TSJ que pretendieron acabar con el
Poder Legislativo; en junio intentó dialogar con el coronel Bladimir Lugo de la
Guardia Nacional Bolivariana (GNB) quien irrespetando la investidura de Borges,
lo empujó. En julio, tomándole juramento a los 33 magistrados del Tribunal
Supremo de Justicia (TSJ) en una sesión en la plaza Alfredo Sadel en un acto de
franco desconocimiento del Poder Judicial designado con vicios.
Borges recibió este martes al
equipo de Crónica.Uno en el Palacio Federal. La entrevista
transcurrió antes de la sesión ordinaria, en la antesala de su despacho, en el
lado oeste del Palacio.
Una reunión de la fracción de
la Unidad que se realizaba en el Salón Bicentenario permitió conversar sin
premura, pues mientras los diputados no entraran al salón de sesiones, no había
quorum. Pidió una bebida gaseosa que fue bebiendo sorbo a sorbo durante el
tiempo que duró el encuentro.
Las negociaciones en suspenso
con el Gobierno, la crisis
interna de la Unidad, el movimiento internacional a favor de
recuperar la democracia en Venezuela, las elecciones municipales, el
refinanciamiento de la deuda externa y su gestión al frente del Poder
Legislativo, fueron los temas abordados.
Negociación en Dominicana
Borges, junto con el
presidente de la comisión de Política Exterior, Luis Florido (VP-Lara) han sido
los artífices visibles de un entramado internacional de solidaridades con la
oposición venezolana. Los pronunciamientos que a lo largo de este año han
emitido diversos organismos y Estados a favor de una salida democrática a la
crisis política, institucional, social y económica en Venezuela, son fruto de
esas gestiones.
La más reciente se concretó la
semana posterior a las elecciones regionales, que los llevó a reunirse con el
Grupo de Lima, el secretario de la OEA, Luis Almagro, y el presidente de
República Dominicana, Danilo Mujica, para exponerles las características de lo
que definieron como “el sistema electoral fraudulento” de Venezuela.
La semana pasada, ambos
diputados anunciaron la reactivación de las negociaciones entre
el Gobierno y la oposición en República Dominicana —en suspenso desde mediados
de año— con la asistencia de 6 cancilleres de países garantes: México, Chile y
Paraguay por la oposición, y Bolivia, Nicaragua y un tercer país por definir de
parte del Ejecutivo. La agenda opositora gira en torno a lograr unas
condiciones electorales que permitan al país votar en libertad; abrir el canal
de medicinas y alimentos; el cese de las inhabilitaciones y libertad de los
presos políticos.
¿Las negociaciones en
República Dominicana se retoman este 15 de noviembre o no?
—En este momento en el que
hablamos estamos tratando de confirmar a todos los cancilleres para que una
primera reunión de negociación se dé a finales de noviembre o principios de
diciembre.
¿Es la oposición la que está
contactando a los cancilleres o el Gobierno también?
—La invitación formal la hacen
el presidente de República Dominicana y los cancilleres al Gobierno y a la
oposición.
Pero hasta el 13 de noviembre
se decía que el Gobierno no había aceptado la presencia de los cancilleres…
—Hasta hace pocas horas no
estaba claro si el Gobierno iba a aceptar sentarse con los cancilleres. Esto
varía minuto a minuto. A esta hora sí están dispuestos a hacerlo y deberíamos
recibir en las próximas horas o días la invitación formal del presidente Danilo
Medina y de los cancilleres.
Un aspecto novedoso de este
nuevo intento de negociación es que la reactivación de las conversaciones se da
desde las fracciones de la Asamblea Nacional, con el Poder Legislativo detrás.
—Si por algo hemos luchado
este año es para hacer valer la institución del Parlamento. Dentro de
Venezuela, el Gobierno ha anulado al Parlamento pero fuera de Venezuela, el
Parlamento es lo único que reconoce el mundo. Con la Constituyente es al revés:
dentro de Venezuela la Constituyente, de manera impropia, se ha agarrado todos
los poderes del Estado pero fuera de Venezuela no existe. Por eso nos parece
importante que sea la Asamblea Nacional el epicentro de un proceso de
negociación.
La semana pasada, cuando usted
y Luis Florido hicieron el anuncio dijeron que todos los partidos de la
oposición en la AN estaban de acuerdo con dar ese paso, pero horas después,
varios voceros dijeron estar en contra ¿qué pasó allí?
—La verdad es que a esta hora,
porque este es un proceso dinámico, se ha hablado con todos los grupos de la
oposición, no solamente nosotros sino cancilleres, embajadores. Y todos han
puesto su opinión, unos favorable otros no tan favorable, pero este camino que
estamos abriendo no excluye cualquier otro camino de lucha. Cualquier persona
que tenga otra idea, bienvenida sea.
¿Quiénes serán los
negociadores de la oposición que se sentarán en esta nueva tentativa?
—Ahorita lo que estamos
tratando de lograr es el mayor apoyo de la sociedad civil y de partidos
políticos. Queremos que haya una representación amplia de todos los partidos y
sociedad civil, sin llegar a ser algo multitudinario, claro. Gente que ya ha
manifestado apoyo son los familiares de los presos políticos. Pensamos que los
representantes de la producción nacional son muy importantes, trabajadores,
empresarios; las organizaciones de derechos humanos. Queremos ir con una
especie de mandato de cuáles son los temas de una negociación seria y que eso
tenga como articulación a los partidos en el Parlamento.
¿Pero habría un representante
de cada sector en esa negociación?
—No. Queremos un proceso en el
cual haya la máxima comunicación, una agenda consolidada por todos y una
posición clara de qué es lo que se va a luchar.
¿Qué impresión tiene de lo que
se planteó en la reunión no oficial del Consejo de Seguridad de la ONU sobre
Venezuela?
—Es la segunda vez que se
hace. Es una reunión que tiene mucho valor porque permite al Consejo de
Seguridad tener una exposición en tiempo casi real de los problemas que ocurren
en Venezuela. Me gustó mucho la posición de los países como Uruguay, que uno
pensaría que eran tibios frente al Gobierno, pero tuvieron una posición muy
clara. Japón tuvo una posición importante. La exposición sobre los temas de
derechos humanos y el económico fueron fundamentales. Todo esto sirve para que
nos demos cuenta de que el tema de Venezuela es un problema mundial y un
problema interno para muchos países.
Personalidades como el
exembajador Diego Arria y el dirigente Enrique Aristeguieta han cuestionado las
gestiones de la AN y esta nueva etapa de negociación. Si usted tuviera
oportunidad de hablarles directamente ¿qué les diría?
—Que estoy dispuesto a hablar.
Ayer (lunes) le escribí al señor Diego Arria por Whatsapp para preguntarle cuál
era su opinión, cualquier consejo que tuviera a bien darnos. No contestó. Yo
estoy abierto a escuchar los consejos. Mi trabajo es escuchar. He hecho un
esfuerzo por hacer del tema internacional la bandera de mi gestión y creo que
hemos logrado mucho: el mundo entero respeta a la Asamblea Nacional. Tenemos el
deber de lograr revertir un adelantamiento de las elecciones y estoy abierto a
cualquier idea que me pueda dar cualquier persona.
Seis acuerdos mínimos
Los resultados de las
elecciones regionales, la juramentación de los gobernadores de AD ante la
Constituyente y el intercambio de insultos entre líderes de los partidos
opositores pusieron en entredicho la continuidad de la alianza. A un mes de
esas elecciones, Borges hace mea culpa:
—Una vez que se produjo la
migración de casi un millón de personas de su centro de votación había que
parar el juego y decir ‘nosotros así no participamos’. Después vinieron otros
hechos que han generado cortocircuito en la oposición, como la juramentación de
4 gobernadores en la Asamblea Constituyente, la candidatura de Manuel Rosales.
Pero asegura que a pesar de
ese cortocircuito los partidos de oposición que conviven en la Asamblea
Nacional han logrado alcanzar “una serie de compromisos unitarios que van a
permitir que no se multipliquen los errores”. Esos acuerdos son: candidatura
presidencial única, candidato presidencial electo en primarias, programa de
gobierno consultado con la sociedad civil, mantener el acuerdo unitario en el
parlamento, continuar con una sola vocería de política exterior y tener un
proceso unitario de negociación.
¿La MUD debe seguir
igual, crearse algo distinto, cambiar la vocería?
—Hay que llegar a unos
acuerdos básicos y lograr unas primarias donde sea el pueblo a través del voto
quien decida quién encarna los valores para dar la lucha de los próximos meses,
en la elección presidencial. Ese mismo hecho y ese resultado de las primarias
reestructura la unidad. Otorga un mandato, un liderazgo y sobre esa base se
reconstruye la unidad de la oposición y del país e incluso de un gobierno
electo también unitario.
Hoy partidos como ABP, Vente
Venezuela y otros, presentan una nueva fracción parlamentaria en la AN ¿la
unidad en el parlamento también esta fracturada?
—La unidad no es la
homogeneidad de una militancia de un partido, irrestricto. La unidad es articularse
sobre lo que nos une pero cada partido y cada liderazgo tiene su libertad de
conciencia de agruparse como quiera. En las cosas esenciales hay un compromiso
ya hecho de tener unidad en esos temas clave.
¿No se rompería el acuerdo
unitario dentro del parlamento?
—No se rompe. Se mantiene y se
cumple tal cual como se diseñó el primer día.
Errores y desgaste
Una parte de la opinión
pública le recrimina a la oposición la lentitud y a veces inexistencia de
reacción frente a determinados eventos. Borges no lo niega pero advierte que
“luchar contra una dictadura” no es tarea fácil. De hecho, asegura que la
estrategia frente a las elecciones municipales, de no inscribir candidatos, no
implica un llamado a la abstención.
El 16 de julio la gente votó y
no se canalizó ese resultado, el 30 de julio se elige la ANC y no hubo
respuesta, llegan las elecciones del 15 de octubre y tampoco hubo respuesta. La
gente pasa factura…
—Más que errores ha habido una
especie de desgaste.
La gente se molesta…
—Con total seguridad. Pero
estamos luchando contra una dictadura, es una lucha muy dura, sin reglas. Es
David contra Goliat. Nosotros pasamos 130 días en las calles, hubo más de 100
muertos y al Gobierno no le importó. Hoy en día la gente muere de hambre y al
Gobierno no le importa. Es una lucha colosal y la gente nunca pensó que se iba
a llegar tan lejos en un gobierno que no tuviera dolor humano por lo que está
pasando y le importara más aferrarse al poder. Lo que nos toca decirle a la
gente es que hay que seguir luchando.
¿Cómo convencer a la gente de
seguir luchando si pasó lo que pasó con las protestas y no se logró el
resultado, si no se ve un rumbo claro?
—Nos toca recomponer,
prepararnos y dar la próxima lucha en las mejores condiciones. Si nosotros
logramos darle a la gente unas condiciones creíbles, confianza, equilibrio para
unas elecciones presidenciales, la gente va a responder.
En las elecciones
presidenciales estará el mismo Consejo Nacional Electoral…
No lo sabemos. Es parte de la
pelea que hay quedar. Nuestra pelea va a ser a fondo para que no sea el mismo
CNE. Para el país es un tema crucial, de blanco o negro.
Si esta nueva cruzada por
condiciones electorales justas fracasa y el actual CNE convoca elecciones con
las mismas reglas ¿la oposición debería acudir a esas elecciones? ¿la oposición
tiraría la toalla y se retira de la lucha?
—Esa es una decisión muy
gruesa como para darte yo la respuesta. Pero lo que toca en este momento, y es
el valor que le doy a luchar con la presencia de la comunidad internacional en
este proceso de negociación, es para que haya un proceso electoral con
equilibrio, acceso a la comunicación, garantías electorales, observadores
internacionales, un árbitro distinto. Esa es la lucha.
¿Si se da otro escenario?
—Bueno, lo analizaremos cuando
estemos al borde de ese puente pero la energía es que si ese proceso se da como
debería darse tenga como meta un proceso confiable. No creas que para el
Gobierno no tiene costo hacer cualquier elección presidencial y que el mundo
diga ‘no es válido para nosotros’, como lo hicieron con los gobernadores, con
la Constituyente.
¿Esa práctica de analizar la
situación cuando se presente no es lo mismo que ocurrió con la Constituyente?
El discurso opositor era ‘la Constituyente no va’ y cuando la Constituyente fue
no había un plan B…
—Ese esfuerzo previo a la
Constituyente con mucho sacrificio y mucha entrega resultó en que el mundo no
reconoce a la Constituyente ni ninguno de sus actos. Ese es un trofeo que se
ganó el pueblo con sangre y con sacrificio. Démonos cuenta de que estamos
jugando contra una dictadura y contra una dictadura solo te queda la lucha, más
nada. Una dictadura que hace lo que le da la gana, nosotros estamos resistiendo
con nuestras manos nada más.
¿Los partidos que han decidido
no inscribir candidatos en las elecciones municipales están llamando a la
abstención?
—No. Nosotros simplemente
estamos no participando, pero no estamos llamando a la abstención. En el año 95
Hugo Chávez llamó a no votar. Nosotros no estamos llamando a no votar,
simplemente estamos no inscribiendo porque estamos inconformes con el sistema
electoral.
¿El 10 de diciembre veremos a
dirigentes de PJ ejerciendo su derecho al voto?
—Sí. No hay un llamado a
nuestra militancia a no votar. La gente puede votar. La no inscripción de
candidatos es un reclamo de que hay que ir a una revisión profunda del sistema
electoral y el Gobierno y el mundo lo saben.
¿Usted va a votar el 10 de
diciembre?
—No.
Por la dignidad del Parlamento
La gestión de Julio Borges
como presidente de la AN está por terminar. Este año solo se sancionó una ley
—que fue anulada posteriormente por el TSJ— y no se discutió ninguna otra; dos
diputados fueron despojados de su inmunidad, un tercer diputado está preso; los
más de 40 acuerdos aprobados exhortando a los poderes públicos a cumplir su
función no han sido cumplidos; hay al menos 8 comisiones especiales que no han
rendido informes en la Cámara; se han suspendido dos sesiones por falta de
quorum.
¿Cuál es su balance de su
gestión?
—Dignificar al Parlamento.
Resistir. Institucionalmente estamos anulados. El desempeño de los diputados es
heroico: a los diputados no los dejan montarse en los aviones, no cobran desde el año pasado. Esta
Asamblea Nacional no recibe un bolívar de presupuesto. Tenemos un sistema para
que los diputados del interior se queden en casas de familia. Lo que hemos
hecho es resistir para que el Parlamento sea lo que el mundo reconoce hoy que
es. Si hubiésemos desmayado, el Parlamento cierra, porque le cortan las
funciones, le cortan las competencias, le cortan los recursos, persiguen a los
diputados.
Lo que buscaban era cerrar al
Parlamento y hoy tenemos un Parlamento que se acaba de ganar el premio más
importante de Libertad de Conciencia de Occidente, el premio
Sájarov, que es un reconocimiento a la lucha que estamos dando en
el Parlamento. Yo siento orgullo de lo que hemos hecho luchando contra una
dictadura. La Asamblea Nacional demostró a Venezuela y al mundo que quien
verdaderamente está en desacato es el gobierno de Maduro.
¿Cuáles son los retos del
próximo presidente del Poder Legislativo?
—Seguir resistiendo. Si Dios
quiere y este proceso de negociación avanza, tener un Parlamento con plenitud
de sus competencias y que el Gobierno tenga que reconocer. Y en tercer lugar,
llevar el Parlamento en un año de elección presidencial y de cambio de
gobierno. Darle lo que para mí hubiera sido un sueño, la posibilidad de
emprender un proceso de reforma económica desde el Parlamento.
¿Qué consejos le daría a quien
lo suceda en el cargo?
—Tener mucha paciencia. Saber
que se viene a un cargo en el cual tienes que ponerlo todo, desde el dinero
para los jardines del palacio, donaciones para la comida de los
diputados. Uno viene a ser una especie de conserje al servicio de la
democracia del país. Este no es un cargo de poder ni de presupuesto. Aquí no se
maneja nada. Hay que verlo como un servicio para Venezuela, que es nada más y
nada menos que preservar el Parlamento del país en su momento más difícil.
Con el tema de los pagos de
deuda el Gobierno le ha hecho acusaciones y hay amenazas de allanamiento de la
inmunidad ¿Qué pasaría si le allanan la inmunidad parlamentaria?
—La inmunidad es una
protección de papel. Todos estamos en la misma indefensión. Es una tarea de
todos los diputados no caer en el juego del Gobierno.
El otro esfuerzo
En las comunidades se percibe
una desconexión con los partidos, ¿Por qué no se ha corregido esa conexión?
¿Por qué no se han abordado problemas como la crisis del transporte?
—Tienes razón. Este 14 de
noviembre el punto era explicar cómo impacta la inflación. Cuando empezaron las
protestas el proceso que se estaba haciendo de acercamiento, se frenó.
¿Por qué no se ha vuelto a
hacer ese acercamiento con las comunidades?
—Hay que retomarlo. No podemos
estar volcados solo en el tema político, también hay que estar volcados con el
drama de las comunidades. ¿Qué es un líder? Un líder es un intérprete del
corazón de la gente. Con mucha más razón hay que hacer el acercamiento, hacerlo
con las comisiones. Son temas micro, pero para las personas son un drama
brutal.
¿Se han acercado al
oficialismo descontento? Considerando que hay diferencias internas…
—Hay miedos, ellos
(oficialismo) son más implacables. Quizá no están dispuestos a dar más pasos,
porque son (PSUV) implacables con los que se van.
Foto: Francisco Bruzco
14-11-17
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