Thays Peñalver 01 de enero de 2018
@thayspenalver
Comienzo,
pese al respeto al cargo y a esa pasión que has demostrado por la liberad,
tuteándote. Lo hago no por ese exceso de confianza mal entendida que ha
caracterizado siempre al venezolano, sino porque entraste a mi casa y a la de
muchos de mis paisanos como una tromba, en el momento justo, cuando
necesitábamos urgentemente sindéresis pero sobre todo, de una mano amiga.
Apareciste, afortunadamente, cuando ya estábamos tan agotados y exhaustos, que
ya no podíamos ni con el alma. Así que lo primero es expresarte las gracias en
mi nombre y en el de tantos otros que seguramente han pensado también
escribirte una carta para expresarte su agradecimiento.
Te he
visto partirte el lomo por un país que queda casi en las antípodas del tuyo,
tanto como te he visto irritado y hasta un poco frustrado con el comportamiento
errático y a veces confuso de nuestro liderazgo opositor, te he visto implorar
por la unidad y la unión de éstos y a veces -no me extraña en lo absoluto- he
notado que sospechas que no son del todo buenos o explicándolo mejor y para
darte de una vez la razón, sí! es cierto, no todos son buenos y esa es la razón
por la que algunos no se oponen al régimen opresor, como tú y muchos esperamos.
Pero no te preocupes que este episodio tan incomprensible, aunque cueste
entenderlo es un comportamiento lógico de las situaciones extremas y podría
pasarnos a todos. De allí el motivo de esta carta, porque es precisamente de
eso de lo que quiero hablarte hoy, y es que después de haberte arriesgado tanto
y haber tenido nosotros la oportunidad histórica, varias veces, de salir de
esta pesadilla, las luchas fueron entregadas dejando atrás los sacrificios de
tantos y muchas preguntas sin contestar.
¿Qué
difícil es entendernos verdad?, ¿Como es posible que todavía en las encuestas,
un tercio de los venezolanos apoyen algo tan espantoso? Te preguntarás y créeme
que yo te tengo más que una respuesta, una triste reflexión: !qué raros somos
los venezolanos!. Pero en realidad mi buen amigo, no lo somos tanto.
Comienzo
por hacernos una pregunta ¿Cuándo se consuma una dictadura?. Algunos dirán que
cuando un hombre obtiene todo el poder para sí, mientras que otros explicarán
las virtudes de la separación de poderes y algunos enumerarán los indicadores,
los principios y los valores democráticos, pero yo pienso ahora que lo he
vivido a lo largo de 18 años y vivo aquí hoy adentro del estómago de la bestia,
que una dictadura se materializa cuando el miedo se apodera de todos y ese
“todos” incluye al pueblo y a la dirigencia política. Por eso considero que es
necesario hablar amigo mío, en estas horas aciagas de Venezuela, del miedo que
se cierne como un manto sobre todo este país. Para fundamentar esta
conversación me apoyaré en valiosos referentes, en hombres más sabios que
vivieron situaciones parecidas y trataron de explicarlo mejor de lo que
podríamos hacerlo muchos de nosotros. Haciendo siempre la salvedad, de que se
trata de estudios académicos que no necesariamente reflejan exactamente lo que
nos ocurre ahora en Venezuela.
Estimado
Luis, quizás conozcas esta historia, pero bien vale la pena recordarla. En 1939
tres psicoanalistas de origen judío[i], dos de los cuales terminarían por
convertirse en grandes pensadores de la historia, se encontraron nada menos que
en el campo de concentración Nazi de Buchenwald. El doctor de Brief quien
moriría en Auschwitz tras tres años de penurias, el Dr. Federn quien sería
liberado, en estado esquelético seis años mas tarde por los estadounidenses y
el Dr. Bettleheim. La historia es apasionante porque en el medio de semejantes
vicisitudes se dedicaron a observar y discutir por separado –quizás como
mecanismo de supervivencia- el comportamiento de sus compatriotas en
situaciones tan extremas para, años más tarde, difundir sus increíbles
conclusiones científicas. Unas que sin lugar a dudas conmocionaron al planeta
entero.
Estos
tres psicoanalistas pronto identificaron dos metas claves de sus captores, la
primera era “sembrar el terror con los ejemplos, para destruir la motivación
individual y en especial del liderazgo” y la segunda “quebrar al prisionero
como individuo, para tornarlos en masas dóciles”[ii]. Te puedes dar cuenta
entonces de que no somos tan raros como parecemos, porque eso, salvando las
enormes distancias con aquella bestialidad, es lo que nos esta pasando
continuamente y los efectos, ya lo has podido ver. Más aún cuando la mayoría de
nuestro liderazgo a sido diezmado, encarcelado o se encuentra en el exilio como
consecuencia de las persecuciones políticas e ideológicas en su contra.
Otro aspecto
que observaron los tres psicoanalistas y quizás uno de los de mayor
connotación, fue notar que en la mayoría de los casos sus captores no hacían
más que replicar lo que les habían hecho a ellos viviendo en una sociedad
totalitaria, una llena de perversas consignas, saludos nazis, sistematicidad
del comportamiento enfermizo, amenazas continuas sobre un supuesto “enemigo”
interno que quería eliminarlos y la violencia permanente contra la sociedad.
Es
decir, provenían de una “sociedad opresiva de masas” y replicaban en
“miniatura” a esa sociedad con los prisioneros de forma violenta propinando
tratos crueles e inhumanos. Era pues, eliminando a los psicópatas y sociópatas
atraídos por el modelo político como insectos a la luz, la posible razón “por
la que un buen alemán de antes de la guerra, se convirtiera en aquellos
individuos” (Bettelheim dixit) a los que poco les importara la muerte de sus
congéneres. (Recuerda por favor en este momento a los niños que han muerto en
hospitales públicos por falta de medicinas) El miedo a las represalias, a ser
castigados o el miedo por sus familias fue la excusa más común entre los
captores de bajo rango, cuando llegó el momento de afrontar el juicio, de dar
la cara ante la justicia, esa que tarda pero que siempre llega oportunamente.
Fíjate
Luis, que como te venía comentando no somos tan diferentes en este
caso. Décadas más tarde en Irak, otro Estado totalitario y posterior a la
guerra, dos grupos de científicos (Amowitz et al 2004) condujeron una
investigación[iii] sobre la forma en la que la violencia había creado al
Estado Iraquí, dando como resultado que cerca de la mitad de los hogares habían
conocido alguna forma de violencia o amenaza, mientras que muchos otros hogares
habían actuado concertadamente con el régimen para evitarlas. Es decir que la
inmensa mayoría no creía en el régimen pero lo acompañaba por el mismo miedo
que causaba. En mi continuo estudio tratando de buscar respuestas a lo que nos
ocurre, esta explicación sobre cuántos venezolanos “apoyan” lo indescriptible,
pudiera ser la correcta. Lo acompañan para evitar ser afectados. ¿Ves? Al
parecer no somos tan distintos.
Otro
ejemplo académico de que no somos tan distintos, fue el de otros científicos
(Chen Reis et al 2004) quienes condujeron otra investigación[iv] sobre la
implicación de los médicos iraquíes y otros profesionales en las violaciones a
los Derechos Humanos, dando como resultado que la “inmensa mayoría” estuvo
“extremadamente envuelta” en aquellas violaciones que incluían “operaciones de
mutilación no terapéuticas con fines de castigo”, “falsificación de experticias
médico forenses” y “falsificación de certificados de defunción” para ocultar
torturas. Los resultados en este caso volvieron a reflejar las mismas
justificaciones que alegaron los torturadores anteriores, como fue el
miedo a las represalias, a ser castigados por el régimen o el temor por la
seguridad de sus familias utilizado como argumento, dijeron que estos fueron
los motivos que los obligó a prestarse a semejantes barbaridades o simplemente
a mantenerse impávidos frente a la brutalidad ejercida por el régimen. Es
cierto que existen los enfermes que actúan conscientemente y sin
remordimientos, pero lo que te trato de explicar es que muchos de ellos –y
hablamos de miles de médicos- lo que hicieron fue pertenecer al bando que
maltrata, para que no los maltratara. ¿Piensas ahora en la ética? ¿en la moral?
Tienes toda la razón y yo también pero históricamente el miedo ha sido mayor a
esas dos palabras y sobre todo a su significado. En fin que en eso, tampoco los
venezolanos hemos demostrado ser muy distintos.
Volviendo
al campo donde concentraron a estos tres psicoanalistas[v], puertas adentro y
viviéndolo se dieron cuenta del enorme cambio que sufrían sus semejantes en el
campo. Debida cuenta de que la Gestapo, “castigaba a grupos enteros por la
conducta individual” de uno y así, poco a poco, todo nuevo prisionero terminó
siendo maltratado por los “viejos” –que podían llevar siquiera semanas- para
obligarlos a “comportarse casi como niños en situación de dependencia con los
guardas, porque no hacerlo podía suponer un peligro para la seguridad del
grupo”. ¿Será por esta misma razón, que vemos a tantos líderes, influenciadores
y opinadores mandando a callar a las voces disidentes? Es muy posible, pero el
resultado siempre ha sido el mismo. A los largo de 18 años en la oposición
algunos han mandado a callar a los demás, con la finalidad de que no los
castiguen a ellos, pensando equivocadamente que si se calla todo el mundo,
podrán sobrevivir por más tiempo. La realidad les ha plantado en la cara otra
cosa.
Ahora
bien y volviendo a los tres psicoanalistas, en un momento se dieron cuenta que
el asunto empeoraba en la medida en que la gente lograba sobrevivir más tiempo
y mientras más “viejo” el comportamiento empeoraba hasta:
1.
“Comportarse agresivamente con los
prisioneros que ‘no encajaban’,
2.
“Arreglaban su propia ropa para imitar los
uniformes de los guardas”
3.
“Rechazaban la idea de la intervención
extranjera que pudiera liberarlos”,
4.
“Defendían algunos elementos de la
ideología Nazi” e incluso,
5.
Terminaban por simpatizar con las temibles
SS-Gestapo.
En
fin, que el miedo y la conducta de supervivencia, convertía a los capturados en
captores y esto te parecerá extraño, pero algunos de nuestros lideres e
influenciadores, se han convertido en nuestros propios captores.
Te
parecerá extremo, mi apreciado Luis, porque lógicamente el escenario no es tan
demoniaco como el de los Nazis y sus espantosos campos de concentración. Pero
esto no es una comparación, sino una reflexión sobre el miedo y el
comportamiento en situaciones extremas, tratando de buscar explicaciones que
también podríamos encontrar en mayor o menor medida en las teorías de
“identificación con el agresor” (desde Ferenczi 1933- Freud 1936), los estudios
psicológicos del comportamiento en sociedades totalitarias (desde Muller 1953)
e incluso, las teorías más modernas que van adaptándose a casos específicos
como el “síndrome de Estocolmo” (Bejerot 1973) o incluso en el “Síndrome de
Adaptación Paradójica a la Violencia Doméstica” (Montero 1999), en el cual “las
mujeres víctimas de violencia de género desarrollan un paradójico vínculo
afectivo con el maltratador”, que les impide denunciarlos o abandonarlos. En
fin que puedes escoger en cual de todos estos parámetros encajamos mejor, pero
la realidad es que eso nos está pasando y esto es lo que me anima a escribirte
esta carta.
Así
que es imposible buen amigo, analizar y entender las afecciones en el tejido
social venezolano, sin el miedo que padecemos diariamente. Por lo tanto a todos
los que te digan que parece que “La MUD padece de Síndrome de Estocolmo”
respóndeles que tienen razón, pero añado que no solo la MUD, buena parte de los
venezolanos, así como toda la oposición que continúa ejerciendo la política en
su propio “campo de concentración”.
Te he
escuchado decir, en tu férrea defensa por nuestra libertad, que no estamos
unidos. Tendrías razón en una cosa, la oposición está dividida entre a los que
han tocado y a los que no. En fin que no es que la oposición venezolana carezca
de sindéresis, sino que una parte trata de liderar desde el exilio, otros a
pesar de estar incomunicados en las embajadas, otros en las propias mazmorras,
algunos siendo seguidos día y noche o “libertad parcial” aunque suene
contradictorio, con grilletes electrónicos. Otra pequeña parte tiene serios
conflictos de interés porque la han liberado de todo lo anterior, para que guíe
los destinos de la oposición y a otra muy pequeña no la han tocado ni con el
pétalo de una rosa.
Me
dirás con razón, Pero Thays, ¡A esos que no tocan jamás, no tienen miedo y a
algunos se les nota el pelaje!. Sin duda! Ahora bien, seamos realistas y
honestos, si Odrebrecht manchó las manos de la oposición y el gobierno de
Brasil, la oposición de Ecuador o Argentina y cualquiera por donde pasó, decir que
nosotros somos distintos sería absurdo. La respuesta lógica es la misma,
también somos iguales allí y se les nota no solo por las denuncias sino porque
es obvio su comportamiento. Pero te repito, que son una exigua minoría, ruidosa
por culpa de las voces de quienes obligan a unirse a ellos, pero exiguas como
su liderazgo real. Porque el votante, igual que tú lo sospechan aún más
profundamente.
Por
eso creo que más problemas tenemos cuando desde el exterior nos indican que
tenemos que permanecer unidos, pero a ellos. ¿Te das cuenta de tamaña
contradicción?. Por que son ellos los que al final en cada momento histórico
han volteado la tortilla, como decimos en criollo. Y si en algún momento
queremos salir de ellos, sobreviene el chantaje de que en la “Unión esta la
fuerza”. Te pregunto ?En esa unión está nuestra fuerza?
Porque
esa es la misma insólita argumentación que esgrimen quienes afirman
internamente y desde el exterior que para salir de este régimen, debemos ubicar
un político de este régimen. Porque así hemos creado una falsa unidad, como
hemos creado falsos liderazgos que no tienen en realidad asidero, ni arrastran
masas cómo pudiste ver en las elecciones regionales. Los “chavistas” en la
oposición sacaron más de dos tercios de sus votos de la Unidad y no arrastraron
a nadie más allá de sus pequeñas localidades, porque sus partidos solo existen
en la mente de algunos opositores que piensan que los malos, salen con los
malos. Pero vivimos con el chantaje permanente de que sin ellos, sin esa
“unidad” la oposición es mediocre, cuando lo es en realidad por lo contrario,
producto de esa falsa unidad.
Pero
además, debilita a la oposición que como hemos visto producto de ese falso
pensamiento, se va con todo el que salte de aquel lado, aunque en su momento, fueron
nuestros propios verdugos. Quienes piensas así, debilitan terriblemente a la
oposición democrática.
Lo que
te pido, o más bien te ruego, es que producto de todas esas contradicciones que
piensan que tenemos, no cejes en tu empeño de impedir que seamos el primer
estado fallido de este Continente. Porque algunos piensan ingenuamente que
Venezuela será una nueva Cuba, pero tratar de repicar a la Cuba de 1950 en una
Nación como Venezuela, no es política es suicidio. No amigo mío, Venezuela
puede parecerse más a una Zimbabue y quiera Dios que no, a una Somalia
Petrolera.
Fuerza
mi buen amigo, no se si la libertad este cerca, pero tu aliento ayuda a superar
nuestras penurias cada día. Feliz año 2018 para ti y todo el éxito
deseable para que culmines tu cruzada por la
libertad de Venezuela. Gracias, mil gracias siempre!
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