Por Jesús Silva
Señalar como homosexual a una
persona del bando político contrario y pretender desprestigiarlo con ello es
una de las bajezas más frecuentes en redes sociales, como si tal cosa fuera
motivo de vergüenza. En mi caso como figura pública del chavismo he recibido
este tipo de ataques ridículos que han provocado las carcajadas de mi esposa y
las mías a lo largo de casi diez años de nuestro feliz matrimonio.
Lo cierto es que podemos ser
perseguidos por cualquier carácteristica personal que no agrade a la clase dominante,
por ejemplo, al negarme sistemáticamente a ser tutelado por grupos de poder, he
sido perseguido por derechas y “falsas izquierdas” que infructuosamente han
procurado durante años borrarme de la opinión pública.
Ahora bien, analizo el
siguiente caso como socialista liberal y mi profundo respeto a la
sexodiversidad. La venezolana medallista olímpica en 2016, Yulimar Rojas hizo
historia la noche del 26 de diciembre de 2017 al mostrarse en fotografía
besándose en los labios con su novia en redes sociales. Este es un acto
favorable a la libertad sexual y la no discriminación previstos en la
Declaración Universal de Derechos Humanos así como en la Constitución
Bolivariana.
Se trata de un mensaje de
dignidad muy poderoso proveniente de la atleta venezolana más famosa del mundo
que además posee millones de seguidores y sin duda es ejemplo para la juventud
a nivel internacional.
En fotos muy llamativas, la
espigada joven criolla expresaba su amor por su pareja del mismo sexo con lo
cual se convirtió en la primera deportista de máximo nivel en Venezuela que
hace pública su diversidad sexual.
En la sociedad todavía
conservadora y prejuiciosa que prevalece en nuestro país, el acto de Yulimar
tiene especial valor porque desafía a sectores homofóbicos y ultra religiosos
muy influyentes que pudieran ejercer represalias contra ella o su carrera
deportiva de diversas maneras como, por ejemplo, promoviendo el retiro de sus
patrocinantes y aliados en el sector privado y público.
Esta subcampeona olímpica, al
igual que su manager y asesores deben conocer los riesgos de manifestar
libremente la identidad sexual (o cualquier opinión controversial), sobre todo
para una figura deportiva que apenas tiene poco más de veinte años de edad y ya
goza de un presente y futuro brillantes que valen millones de dólares. Es mucho
lo que arriesga Yulimar entrando en una controversia con los ocultos poderes
que adversan a la comunidad LGBT. Aunque para mi Yulimar puede llegar a
consolidarse como una revolucionaria de los derechos sexuales y muchos le darán
las gracias por si emprende ese camino.
Tal vez el tener tantos años
formándose como deportista en España le brinde a Yulimar una independencia
económica y profesional frente a Venezuela que la libera de preocupaciones por
los factores homofóbicos que aquí pudieran activarse más allá del discurso
hipócrita de respeto a sexodiversidad, el cual está todavía muy poco
desarrollado entre venezolanos.
En España la sociedad es más
liberal y tolerante respecto a la gente LGBT y ya es frecuente que personas
manifiesten sus variantes de sexo y género sin temor a afectar negativamente su
vida laboral, profesional, social o familiar.
Felicito a Yulimar por dar
este paso y me gustaría entrevistarla, me parece una digna joven venezolana
dotada de un talento extraordinario que la conducirá a ganarse la medalla de
oro en las futuras olimpiadas. Para nada me importa cualquiera que sea su
preferencia política.
La sinceridad y valentía de
esta respetable muchacha deberían ser emuladas por figuras venezolanas, inclusive
en el ámbito de la política, de lado y lado, que se abstienen de salir del
closet y muestran en TV algo lo que realmente no son. Salgan del closet ya.
29-12-17
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