Por Ludmila Vinogradoff
La venezolana Rocío San
Miguel vive bajo permanente acoso y amenazas por parte del
régimen de Nicolás Maduro por su labor como presidenta de Control Ciudadano, una
ONG dedicada a asuntos de seguridad nacional y defensa.
En esta entrevista
aborda el supuesto ruido
de sables en los cuarteles venezolanos. Aunque esta vez el «ruido»
no venga de la oposición, sino de ciertos sectores del chavismo que no quieren
inmolarse con Maduro.
-¿Cuántos militares han sido
encarcelados por motivos políticos?
-Por los últimos hechos nueve
militares fueron enviados a la cárcel de Ramo Verde y a las secciones militares
de la Pica y Santa Ana. Hay unos 80 militares en las cárceles que han sido
detenidos por la Dirección de Contrainteligencia Militar (Dgcim).
-¿Por qué los han
detenido?
-Los acusaron de conspirar
presuntamente contra el gobierno de Maduro.
-¿Cuáles son las causas del
descontento en los cuarteles
-La principal es el fracaso de
Maduro en la gestión socioeconómica del país. Venezuela está pasando hambre y
en los cuarteles también se pasa hambre. La familia militar, los eslabones de
base de esa estructura piramidal, se encuentran afectados por los mismos
problemas que el resto de los venezolanos, en especial por la profunda crisis
económica.
-¿También hay descontento en
la casta militar?
-La casta militar tiene otros
motivos de descontento: el principal, los efectos que las sanciones
internacionales están generando y la amenaza de la Corte Penal Internacional
por los delitos cometidos en el control de las protestas entre mayo y agosto de
2017. El generalato y el almirantazgo saben que el ojo de la comunidad
internacional está sobre ellos y que los incentivos de Maduro están dejando de
ser atractivos.
-¿No es suficiente el control
que ha dado Maduro a los militares sobre la economía y petróleo?
-Apenas un pequeño grupo de la
casta militar participa de ese festín. Venezuela no posee los ingresos petroleros
de la era de Chávez. Y a pesar que el 47% de los ministerios son de los
militares, muchos de ellos dirigen despachos sin recursos. Solo los elegidos
–cada vez menos– se disputan los pocos recursos que van quedando en el país.
-¿Qué efecto tiene el método
cubano de encarcelar a algunos oficiales de manera aleatoria?
-Las detenciones ilegales
periódicas y aleatorias son una fórmula sugerida por Cuba para mantener a la
institución militar sumisa y leal. Esto es muy grave, pues median casos de
tortura y graves violaciones de los derechos humanos.
-¿Hay ruido de sables entre
los militares chavistas?
-No creo que la palabra que
mejor describa la situación sea la de «ruido de sables». Lo que sucede es muy
interesante y no encaja en el patrón golpista clásico de América Latina.
Estamos asistiendo en Venezuela al escenario de un presidente deslegitimado en
el interior y en el exterior ante la que importantes sectores de la Fuerza
Armada parecen no querer inmolarse con el destino de Maduro.
-¿El malestar está dentro del
propio chavismo?
-El mayor peligro que afronta
Maduro es la Fuerza Armada Nacional chavista.
-¿A qué se debe entonces que
haya tanta pasividad en los cuarteles?
-A la ausencia de una
alternativa real de poder. La historia nos dice que los militares en Venezuela
desde 1958 con la caída de Pérez Jiménez solo se han movido cuando hay una
alternativa real de poder.
-¿Tampoco hay explosión
social, habiendo más condiciones objetivas con la crisis para rebelarse?
-Las consecuencias de la
represión han sido devastadoras para los venezolanos. Lo que ocurrió entre mayo
y agosto de 2017 en Venezuela no dudo en catalogarlo como delito de lesa
humanidad. Muchas personas fueron asesinadas a quemarropa por agentes y por
colectivos armados auspiciados por el Estado. Cómo puede una población
rebelarse si sabe que será aplastada, como lo ha sido en tantas ocasiones desde
2002, en 2014 y en 2017.
-¿La represión y el hambre han
sido las mejores armas de Maduro para mantenerse en el poder?
-Sin duda. Pero añadiría la
deshumanización del gobierno y su aparato de inteligencia contra líderes
políticos y sociales de la oposición. El trabajo de desinformación permanente,
de control social a través del carné de la patria. La conceptualización del
enemigo interno, la criminalización y el acoso selectivo a quien aspire a
movilizar personas e ideas, el sicariato político, el control de los poderes
públicos, las operaciones psicológicas y, en general, la utilización de todos
los medios y recursos del Estado para la permanencia en el poder.
-¿Está cerca o todavía lejos
una salida o un cambio de gobierno?
-Venezuela ha iniciado una
transición económica muy severa hace tres años. Esto inexorablemente impulsará
una transición política y militar que vendrá articulada desde el interior del chavismo
con toda seguridad. El desafío que se plantea es saber si esa transición
profundizará el autoritarismo o permitirá iniciar un camino de retorno a la
democracia.
-¿Maduro ya no representa a la
revolución bolivariana?
-El problema de la revolución bolivariana
y de Maduro es que él no representa al líder carismático que requiere el modelo
y cada día cuenta con menores recursos para subsistir, por lo cual la única
relación que va quedándonos en definitiva es la del Ejército sobre el pueblo,
quienes tendremos que elegir nuestro destino para Venezuela.
13-03-18
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