Susana Seleme 23 de abril de 2018
“Si bien sólo unos pocos son capaces de dar
origen a una política, todos
nosotros somos capaces de juzgarla”. Pericles de Atenas Siglo IV a C.
José
Rafael Vilar no escribe desde el Derecho ni la Jurisprudencia pura y dura. Lo
hace desde el relato histórico para hablar del Socialismo del siglo XXI,
implantado por Hugo Chávez (+) gracias al pensamiento ideológico del sociólogo
alemán izquierdista Heinz Dieterich Steffan.
El libro narra la génesis de ese socialismo,
su historia y los contextos que la precedieron, la demarcaron y traspasaron
mientras recorría el continente. Hoy llega a su ocaso por el desastre económico
que afecta a sus países miembros, entre ellos Venezuela, cercano a la crisis humanitaria.
José Rafael Vilar hace seis ‘aclaraciones
necesarias’ que son una declaración de principios. La primera, que no es
historiador, pero yo afirmo que es un excelente recopilador de hechos
históricos. La segunda, porque disfruta de los “vaivenes” de la política, “suma
de causalidades y consecuencias” aunque a veces las sumas son restas. Una tercera:
las etiquetas lo confunden. La cuarta
es que es “un crítico permanente del populismo –cualquiera sea su signo- porque
solo genera poblaciones clientelares vinculadas a traspasos de dinero” que a la
larga conllevan mayor pobreza. Con la quinta, reniega de “las faltas de
transparencia, que siempre ocultan engaños” y afectan “derechos humanos
inalienables”. Y la sexta, porque detesta “todo lo que sea autoritario,
totalitario y antidemocrático.” ¡No es poca cosa!
Escribir sobre los avatares del socialismo
del s. XXI, no requiere ser historiador ni juez. Sí buen narrador y analista
político, como el autor, con datos, conocimientos e información de erudito,
objetivo, pero no un aséptico imparcial.
Así narra los sucesos que dieron lugar a ese
fenómeno político que pretendió reescribir la historia y deshacer la
democracia, para convertirse en enemigo de la democracia, la libertad y la
civilización modernas. Es la distopía del siglo XXI.
Vilar la describe, instalada en realidades
enervadas por el populismo, el autoritarismo, el clientelismo, el
prebendalismo, la corrupción, la sentida ausencia de democracia, de
transparencia y gobernanza. De respeto al Estado de Derecho.
Afirma que en los países del Socialismo del
siglo XXI existen realidades marcadas por la cooptación total de todos los
poderes del Estado y otros emergentes, amén de la judicialización de la
política, la eliminación de la oposición y el electoralismo como sustituto de
la democracia.
Habla
de los “pecados no originales” de los países bajo ese signo, adictos a
economías duramente ideologizadas y centralistas, con “intentos de
centralización y autorreproducción del poder, sin llegar a la ‘democracia
socialista cubana’, y no porque le falten entusiasmos”.
El autor afirma que el socialismo del s. XXI
fue un “síndrome latinoamericano” cuyo hito es el discurso de Chávez en el
Quinto Foro Social Mundial, de Porto Alegre 2005, aunque se remonta a 1999. Se
profundiza con el inicio de la ‘Revolución Bolivariana’ en 2002 y las
instituciones creadas a su alrededor. Cuando se une al socialismo real cubano,
el ‘Socialismo del siglo XXI’ hace su debut político, se convierte en política
de Estado y empieza su ‘exportación’ al calor del ‘boom’ de las materias
primas.
Ese fue el momento de gloria. Gracias al
‘boom’ salieron de la pobreza y de la extrema pobreza muchas poblaciones, lo
cual fue un éxito innegable. Hoy, sin los recursos del ‘boom’, vuelven a su
pobreza, y los corruptos a seguir disfrutando de los dineros de la
hipercorrupción.
Después
de la cubana, fue la más influyente corriente política-ideológica de las
últimas décadas en Latinoamérica. Hoy está en su ocaso, además, por la
irrupción de una nueva centro-derecha en el continente. Es como la rueda de la fortuna, gira, pero
Vilar no augura el fin del populismo, porque en América Latina ese fenómeno va
ligado a la tradición caudillista. Y tampoco el fin de las izquierdas, porque
en ausencia de las diferencias derecha/izquierda, el “mundo sería centrista, no
centrado”.
Vilar transita en este trabajo de relojería
histórica y conceptual por América Latina y el Caribe con mapas didácticos, que
acompañan la lectura imprescindible del texto. Recorre la trayectoria política
de todos los países, desde 1959. Pasa por las guerrillas de los ‘60 hasta los
’80; inserta el mapa de “La Multinacional del Terror”: los países del plan
Cóndor; otro con los países del ‘Foro de San Pablo’; el mapa del Socialismo del
siglo XXI, rojo chavista abrumador, y el de su actual declive.
En el Epílogo, el autor va a España, donde
afirma que “el bolchevismo distópico” fue derrotado por la recuperación
económica.
Por
último, le dedica un “Adiós al Patriarca”, al mayor de todos: Fidel Castro. El
traslado de sus cenizas desde La Habana a Santiago de Cuba, fue su “Viaje a la
semilla”, recordando a Alejo Carpentier, alegoría cargada de mitos.
José Rafael Vilar no juzga: narra y describe de manera impecable la
aparición del fenómeno de marras. Al hacerlo, da su visión personal, aunque el
veredicto final lo darán la historia y la ciudadanía que vivió, sufrió, o en su
defecto se aprovechó, de los avatares del ‘Socialismo del siglo XXI’.
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