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domingo, 13 de mayo de 2018

Por primera vez en 63 años Fe y Alegría tuvo menos alumnos inscritos que el año anterior por @LUUSALOMON


Por Luisa Salomón


La profesora Luisa Pernalete explicó que los problemas de transporte y la falta de agua se han sumado a las causas de inasistencia de los estudiantes

En 63 años de historia, el movimiento de educación popular integral Fe y Alegría se ha expandido de su origen en la sala de una casa de un barrio caraqueño a toda Venezuela y hasta países de tres continentes. Pero ni siquiera su amplia labor, que nació el 5 de marzo de 1955 en la capital venezolana, ha podido quedar exenta de la crisis.

Presente en todo el país, incluso en zonas recónditas de la geografía venezolana, la red de Fe y Alegría es una referencia para la educación. Sin embargo, por primera vez en 63 años de trabajo este período escolar se inscribieron menos estudiantes.

"Por primera vez en nuestra historia tuvimos menos matrícula que el año anterior (...) todo el tiempo era que se incrementaba la matrícula, así fuera poquito", informó a Contrapunto la profesora Luisa Pernalete, coordinadora del programa de Educación para la Paz del movimiento.

                            Foto: Rafael Briceño - Contrapunto/Archivo

Por ejemplo, en la región central, los estados Aragua y Carabobo, que para el año escolar 2016-2017 tuvo una matrícula de 13.944 estudiantes, este año (2017-2018) se inscribieron 12.711. Perdieron más de mil alumnos, el equivalente a dos escuelas grandes de Fe y Alegría.


Cuando se acerca el tercer lapso, y en medio de una nueva suspensión de clases ordenada por el Ministerio de Educación, estiman que quedan en las aulas unos 10 mil estudiantes en esa zona.

En la zona Lara-Los Llanos, tuvieron 14.319 inscritos el año pasado, y en este solo se matricularon 14.160. Son 159 estudiantes menos, perdieron el equivalente a cinco secciones.

"¿Adónde se fueron? Algunos se van a los vecinos países", señala Pernalete. De hecho, contó que en una escuela de Fe y Alegría de la frontera, la mitad de los estudiantes van a clase procedentes de la fronteriza ciudad colombiana de Cúcuta.

El aumento de la matrícula ya no es una constante

Mientras el Gobierno nacional destaca entre sus logros que la educación pública es gratuita y aumenta la matrícula cada año, Pernalete indicó que desde hace diez años eso ya no es una realidad.

"Eso fue verdad que se incrementó la matrícula como hasta 2007 o 2006, pero si ves las estadísticas que tiene Luis Bravo Jáuregui en su Memoria Educativa ves que hay menos niños en primer grado inscritos que hace años", señaló Pernalete.

"Sí se incrementó en tercera etapa, se hicieron liceos, pero eso ya no es así", afirmó.

#VIDEO ️ Así el Presidente @NicolasMaduro inauguró el año escolar 2017 / 2018 #RevoluciónEducativapic.twitter.com/wTVWVzKSAo
— Prensa Presidencial (@PresidencialVen) September 18, 2017
Video: @PresidencialVen

Desde entonces, la Memoria Educativa que lleva la línea de investigación de la UCV refleja, en efecto, una mayor exclusión escolar. Su forma de medirlo, explicó el profesor Bravo Jáuregui a Contrapunto, no es más que una revisión del historial de las cifras oficiales del propio Ministerio de Educación.

Y, de hecho, las declaraciones oficiales refuerzan esta realidad de aumento de la exclusión escolar. "El año pasado, creo que fue en agosto o en septiembre, el ministro dijo que había habido una migración de la educación privada a la pública de algo así de 200 mil estudiantes, una cifra grande. Entonces eso significa que otros se han ido de la escuela pública, porque no ha habido tanta cantidad de escuelas nuevas", comentó Pernalete.

En septiembre de 2017, el ministro Elías Jaua informó entre las cifras oficiales del inicio de año escolar, que 200 mil estudiantes habían migrado desde el sector privado al público.

Matrícula escolar en Venezuela supera los 7 millones de estudiantes https://t.co/3h9fE9lCPC @JauaMiranda@NicolasMaduro #SaludYProteccionEsRevolucionpic.twitter.com/4T8cPYQJcc
— MPPEDUCACION (@MPPEDUCACION) January 11, 2018

Las escuelas más grandes de Venezuela tienen una capacidad de entre 600 y 1.500 alumnos, por lo que 200.000 nuevos ingresos a la educación pública implicarían una construcción masiva de planteles, lo que no ha ocurrido. Al menos 200 planteles nuevos deberían haber sido construidos.

"Si la escuela pública estaba aceptando ese montón de muchachos es porque otros, se fueron de la escuela pública, porque no ha habido tal cantidad de escuelas" construidas, explicó la profesora.

"Eso es muy serio. ¿Estarán dándose cuenta de lo que están diciendo? No, no se dan cuenta, pero uno sí saca cuentas", agregó.

                            Foto: Ernesto García - Contrapunto / Archivo

Ya no solo es la comida, también es el transporte

Más que la deserción o exclusión, Fe y Alegría monitorea las inasistencias. Las principales razones: problemas de transporte (mucho más evidentes en el interior del país), falta de efectivo para pagar el pasaje, incapacidad de cubrir el costo de los útiles escolares, poca posibilidad de adquirir el jabón para lavar el uniforme o la falta de agua en las casas.

Pernalete lleva un registro de lo que ella ha llamado "Lápiz Today", el precio del material más básico que pueda necesitar un estudiante para ir a clase. Para el momento de la conversación con Contrapunto, el precio podía oscilar entre 30 mil y 170 mil bolívares, dependiendo del sitio y la ciudad.

Sin un lápiz, aunque las maestras flexibilicen los requisitos y materiales para impartir clases, es difícil que un alumno pueda asistir. Lo mismo ocurre con el agua, o sin ella: la imposibilidad de lavar los uniformes o de que los niños se bañen, influyen en la decisión de las madres y padres, que no quieren mandar a sus hijos "sucios" a la escuela.

Otro motivo: el cambio de rutina debido al hecho de que los padres se van del país para trabajar, cambia la dinámica familiar. Algunos niños quedan a cargo de uno solo de los padres, de tíos o abuelos, que no siempre tienen cómo llevarlos a la escuela.

A estas alturas del año escolar no se tiene aún cifras globales del abandono de las aulas, pero al menos en una escuela de Guayana las maestras reportan inasistencias del 50 o 60% de los estudiantes. Aulas de clase con 5 o 6 estudiantes, cuando antes tenían hasta 35 alumnos, relató Pernalete.

                                                    Foto: AVN

Y, por supuesto, la principal razón -de siempre, pero que se agrava con el tiempo-, que es la falta de alimentación. A principios del año escolar, el ministro Elías Jaua prometió que en enero de 2018 todas las escuelas se beneficiarían de algún tipo de servicio del Programa de Alimentación Escolar.
Ya en septiembre la aseveración no se cumplía, pero cuatro meses después del plazo que puso para su promesa, sigue sin cumplirse.

"Hay una zona nuestra donde ni una sola escuela está siendo beneficiada por el PAE. ¿Cuál es el criterio para que una escuela cuente con el beneficio y otra no? Sigo sin saberlo", afirmó Pernalete.

En las que llega, muchas reportan irregularidades: llegan alimentos insuficientes, no llegan de forma periódica, no alcanzan para todos los estudiantes.

                           Foto: Ernesto García - Contrapunto / Archivo

Sin embargo, en Fe y Alegría tienen su propio programa de alimentación en escuelas donde hicieron estudios de talla y peso, y en las demás escuelas hay iniciativas particulares. En algunas cuentan con apoyo de organizaciones civiles, en otras con simple organización comunitaria, grandes ollas de comida que cocinan obreros y madres voluntarias con ingredientes que donan los alumnos, profesores y parte de la comunidad.

También realizan talleres para enseñar a las familias a hacer comida saludable con ingredientes más baratos. "Estamos haciendo todo lo que se nos ocurre" para ayudar a mantener a los estudiantes en las aulas, explica Pernalete.

Esta ha sido una cruzada contra el abandono de los estudios, que este año ha sido un enemigo difícil de combatir en todos los niveles, porque hasta las principales universidades tienen cada vez más salones y pasillos vacíos.

                             Foto: Rafael Briceño - Contrapunto/Archivo

Ante este escenario, Pernalete afirma que en Fe y Alegría están "preocupados, pero ocupados" para seguir su trabajo, que busca el cambio social desde sus 174 escuelas, 5 institutos universitarios, 25 emisoras de radio educativas, 200 centros comunitarios de aprendizaje, 77 centros de formación laboral, un centro de formación e investigación con dos sedes y un centro de profesionalización para docentes.

La profesora señala que esta es una situación, aunque al Gobierno no le gusta, en la que se debe reconocer que "tenemos una situación de emergencia".

Más allá de los repetidos "logros" alcanzados en el aumento de la matrícula, es momento de reconocer que la realidad educativa este 2018 -y desde hace ya unos años- es otra.

"Diez años después lo que tenemos es montones de chamos que se están yendo a trabajar o a no hacer nada, porque un niño de 8 años que no va a la escuela, no se va necesariamente a trabajar", agregó Pernalete.

12-05-18

http://contrapunto.com/noticia/por-primera-vez-en-63-anos-fe-y-alegria-tuvo-menos-alumnos-inscritos-que-el-ano-anterior-201575/


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