José Luis Farías 06 de julio de 2018
@fariasjoseluis
Corto
y picante:
¡Quién
podría creerlo! Asistimos a una cruel paradoja, el peor momento de la dictadura
coincide con el peor momento de la oposición política venezolana.
El
régimen confronta la caída de la producción petrolera que lo tiene próximo al
punto de “Ingreso 0” lo cual provocará un colapso económico sin precedentes y
una crisis militar que es ya un suceso incontrolable. En tanto la oposición
formal sufre la desintegración de la MUD, la ausencia total de iniciativa
política y la desaparición del liderazgo entre el silencio absurdo y la
sumisión perruna.
Pero
no nos desalentemos.
Afortunadamente,
no es ese el caso de la protesta social que aumenta a un ritmo vertiginoso,
crece exponencialmente. Se estima en más de veinte las protestas diarias y se
plantean en dos grandes bloques que se complementan y marchan hacia una mayor
coordinación para hacer más efectiva la lucha. El de los trabajadores en sus
reclamos laborales (por mejoras salariales y contra la hiperinflación y la
escasez) y el de lo vecinos por los servicios públicos (Clap, transporte, agua,
luz, salud, gas, inseguridad, etc.).
La
crisis económica ha devenido en el resurgimiento de la movilización social, en
una ola indetenible de protestas populares cuyo contenido no tardará en
alcanzar su esencia política para ponerle fin a este oprobioso régimen en el
corto plazo.
La
gente sabe que sus aspiraciones no serán cubiertas por este régimen delictivo y
está consciente de que cuanto le den se volverá sal y agua, esta convicción
torna inexorable el salto hacia el plano político de su lucha para exigir en la
calle un cambio de régimen.
En las
protestas comienza a oírse de modo espontáneo el ¡Fuera Maduro. Nuevo Gobierno
Ya!. Una consigna que se irá extendiendo y presionando sobre la clase política,
el mundo militar y el escenario internacional, a los cuales no le quedará otra
que actuar para restablecer la Constitución y corregir los males. Sin duda, un
avance cualitativo muy importante en la lucha por detener la pesadilla que nos
agobia.
José Luis Farías
@fariasjoseluis
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