Por Jacklyn Arazi
La presidenta del Colegio de
Enfermeras del Distrito Capital ratifica que acudirán al Palacio de Miraflores,
como ciudadanos, para exigir respuestas del presidente Maduro. Siguen a la
espera de la reunión con el ministro de Salud, Carlos Alvarado
Ana Rosario Contreras es
licenciada en Enfermería. Tiene 54 años de edad, de los cuales 32 se los ha
dedicado a su profesión. Desde el año 2013 preside el Colegio de Enfermeras del
Distrito Capital y se ha convertido en una de las voceras de más peso del paro
indefinido iniciado por su gremio en busca de un mejor salario.
Para Contreras, esta semana es
“decisiva”. Las enfermeras le dan un plazo al presidente Maduro para que
responda a sus peticiones. De lo contrario, más de 80% del personal de
enfermería que trabaja en el sistema público de salud está dispuesto a
renunciar. "Vamos a decidir finalizar nuestra relación laboral con el
Estado venezolano", advierte.
La enfermería fue una
profesión "bien pagada" hace unos años, señala, pero, "hoy,
lamentablemente, con el sueldo que yo gano, no puedo ni siquiera garantizar en
mi casa una comida para tres días".
—¿Qué los llevó a tomar la
decisión de iniciar un paro?
—Nosotros decidimos, el 25 de
junio, iniciar una acción de protesta indefinida, un paro definido convocado en
primer lugar por el Colegio de Enfermeras del Distrito Capital. Este llamado se
hizo para Caracas. ¿Por qué lo hicimos? Y creo que eso es importante que se
sepa: en la quincena del 15 de junio una enfermera cobró Bs 600.000 de salario.
Si nosotros llevamos eso a dólares, eso es 0,66 centavos de dólar. Nos
estábamos enfrentando a una cesta básica que estaba superando los 200 millones
de bolívares.
Contreras señala que, en un
primer momento, no pensaron que sería tan contundente la respuesta del gremio.
"El primer día de paro lo asumieron en Caracas 17 hospitales, pero la
sorpresa nuestra fue que 17 estados del país se sumaron a esta protesta, 17
colegios de enfermeros, que en ese momento –pues la Federación nuestra no
estaba– se había pronunciado sobre el paro y se sumaron".
El Gobierno no respondió...
El día 26 de junio, segundo
día del paro, "la respuesta del Gobierno fue empezar a regalar cajas de
comida (CLAP)". En ese momento, relata, enfermería se declaró en la
“misión agarre”: "Vamos a agarrar todo lo que nos den, nos dieron la
cajita de comida".
Contreras sostiene que, el 29
de junio, "el Gobierno comenzó a utilizar otra estrategia: las enfermeras
fueron agredidas por unos colectivos, que pensaron que se estaban enfrentando
nuevamente a un gremio cobarde, y que con un ataque que nos hicieron, todos nos
íbamos a asustar". Pero, ¿qué lograron?, se pregunta. "El lunes 2 de
julio hicimos una gran asamblea en la Maternidad Concepción Palacios, a la que
concurrieron representaciones de los otros hospitales en protesta para darles
apoyo a nuestros compañeros de la Maternidad, y les mandamos un mensaje a
través de los medios de comunicación a estos señores colectivos: que si iba
otro ataque violento en contra de los que estamos en esta justa lucha,
simplemente, dejamos los hospitales solos, porque quiero decir que el carácter
de este paro ha sido presencial".
La dirigente gremial cita un
tercer elemento. "El día 30 de junio fuimos invadidas a través del las
redes sociales por unas actas que firmó Fenasirtrasalud –un sindicato que es de
corte estrictamente oficialista–, porque ellos firmaron actas en octubre,
firmaron actas en febrero, y ahora firmaron actas en junio para tratar de
sofocar este movimiento. Ellos firmaron en un acta en febrero que se iba a
cancelar un bono de 20 salarios mínimos. En ese momento, el salario mínimo era
de Bs 1 millón. Sube el salario a 3 millones de bolívares, y si ese bono de 20
salarios mínimos se mantuviera en vigencia, ¿cuánto teníamos que haber cobrado?
Bs 60 millones. Pues ellos pretendieron que nos iban a engolosinar con Bs 20
millones, que fue lo que nos pagaron el 6 de julio", detalla.
Calcula que, con el monto
negociado por Fenasirtrasalud, los ajustes quedan así: "Para un técnico
superior diurno queda un aproximado de Bs 30 millones. Este mismo técnico
superior, con bono nocturno, queda con un aproximado de Bs 45 millones. Una
licenciada en Enfermería está quedando entre Bs 34 millones, con prima, y una
licenciada nocturna en Bs 51 millones".
—El salario de un militar
oscila entre Bs 250 y 300 millones. El artículo 91 de la CRBV dice que el
sueldo está determinado por el costo de la canasta básica, pero ustedes siempre
han estado por debajo.
—Nosotros como profesionales
de la enfermería consideramos que cada venezolano debería ganar por lo menos Bs
600 millones. Nos estamos enfrentando a una cesta básica dolarizada y, por
supuesto, nuestro sueldo debería estar a ese nivel. Lo que debería hacer el
Gobierno es lo que dice el artículo 91: tomar en cuenta el costo de la cesta
básica.
En su opinión, "el sector
salud tiene que ser también privilegiado como lo ha sido el sector militar.
¿Que ellos nos garantizan seguridad? Nosotros también somos soldados que
combatimos la muerte y la enfermedad en nuestros hospitales. Yo creo que por
eso estamos en pie de lucha, a pesar de que nos hicieron unos pagos que creo
que pudieron haber sido mayores".
—¿Usted, en sus 32 años de
servicio como enfermera, se ha sentido alguna vez bien pagada?
—Sí, yo te puedo decir que hay
épocas de nosotros en que yo, con mi sueldo de enfermera tuve carro, pude
comprar mi apartamento, comía bien, podía darme unas vacaciones en Mérida o en
Margarita, pude salir del país, pude darle a mi hija mayor una educación en
instituciones privadas. Hoy, lamentablemente, con el sueldo que yo gano como
enfermera, no puedo ni siquiera garantizar una comida para tres días.
—¿Hasta qué fecha podría decir
que dejó de ser "bien pagada"?
—Hasta el año 2013. Pudiera
decir que trabajando doble, podíamos mantenernos más o menos. Creo que a partir
del año 2015 comenzó una recesión económica que empezó a afectarnos y que se
hizo muy grave a partir del último trimestre del año 2017.
Ana Rosario Contreras resume
así la situación: "Hoy puedo decir que una enfermera no está ni siquiera
en capacidad de comprarse un par de medias. Aunque el Presidente decretó el
aumento del salario, que era de menos de Bs 4.000.000, a Bs 30.000.000, esto no
es suficiente.
Como venezolana, llama al
mandatario a reactivar el aparato económico y a sincerar la economía. "Si
los venezolanos estamos expuestos a una canasta básica dolarizada, creo que lo
justo es que los sueldos de nosotros sean dolarizados. Cuando nosotros nos
enfrentamos a la adquisición de la cesta básica, sabemos que los precios están
en dólares, incluyendo estas bolsas CLAP que ellos reparten. Nosotros aspiramos
a que, por lo menos, nuestro salario de arranque sea de Bs 60.000.000 y de ahí
calcularnos todas nuestras primas para poder alcanzar, en salario integral, por
lo menos los Bs 300.000.000".
Contrasta la delgadez de los
trabajadores con la robustez de los funcionarios: "Vemos como nuestros
gobernantes están más robustos, más simpáticos, usan prendas muy costosas.
Mientras yo, enfermera, que debo cuidar a los pacientes sin insumos, ando con
mis zapatos rotos; mientras yo ya no puedo adquirir una buena cartera, veo cómo
mis gobernantes exhiben aquí zapatos de marca, relojes de marca".
Lamentablemente "veo cómo
compañeros militares, compañeros venezolanos, trabajadores venezolanos lucen
yates, mientras que yo tengo que pasar tres y hasta cuatro horas en una cola
para poder montarme en un autobús de transporte público para que me traiga a
Caracas, al igual que mis compañeras que se tienen que meter en estas llamadas
'perreras' para poder llegar a sus sitios de trabajo", condena. Contreras
asegura que no se corresponde el nivel de vida de los gobernantes con el nivel
de vida de la población.
—Ustedes advirtieron que
realizarían una "toma de Miraflores" de no recibir respuesta de parte
del nuevo ministro de Salud, Carlos Alvarado. Pero, ¿no es arriesgado?
—Te voy a decir algo: aquí
todo el mundo dice “hay que ir a protestar al Palacio de Miraflores”. No.
Nosotros no vamos a ir a protestar. Por eso yo quiero decir que yo no voy a
protestar a Miraflores, yo voy a ir como ciudadana venezolana que cree en la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; que cree que en
Venezuela existe un Estado social, de justicia y de derecho, que es
democrático, participativo y protagónico, donde los gobernantes tienen que
escuchar al pueblo. Fíjate que no voy a protestar. Yo voy, simplemente, a que
el gobernante, la persona que en este momento ejerce la presidencia de la
República, nos escuche.
Aclara que, si el ministro de
Salud las llama, le harán estos planteamientos: "Queremos que se nos dote
de insumos y medicamentos en nuestros hospitales para nosotros ejercer nuestras
prácticas como profesionales. Pero también queremos que se nos den los salarios
dignos para poder decidir quedarnos en el país, porque si aquí nos van a tener
con estos sueldos simbólicos, particularmente, estamos pensando cambiar de
actividad".
Tal como lo denuncia,
"muchas compañeras están ahorita ejerciendo como taxistas porque tienen
vehículos y su sueldo como enfermeras no les da para alimentarse; mucho menos,
para mantener su vehículo".
Las enfermeras se han visto
obligadas a buscar dinero haciendo de todo, relata: "Muchas están
vendiendo cafecitos. Algunas venden chucherías en el bulevar de Sabana Grande,
otras han montado puestos de venta de empanadas, otras están haciendo cursos de
peluquería, otras están haciendo cursos de masajista, porque lamentablemente la
carrera que amamos, la profesión que decidimos hacer y que lo hicimos por
vocación -porque amamos a nuestros pacientes, los amamos tanto que no los hemos
dejado solos- no la podemos ejercer. En 20 días de conflicto estamos allí, seguimos
cuidándolos, como una buena madre: damos una vueltita, vemos, cumplimos y
salimos".
—¿Cuándo van a tomar esa
decisión de ir a Miraflores? ¿Hasta qué día van a esperar?
—De hecho, ya el jueves (12 de
julio) se venció el plazo. Ya se empezó a organizar la asistencia a Miraflores,
que yo no la quiero llamar “marcha de protesta”, yo quiero ser clara allí. En
nuestra visita al Palacio de Miraflores, queremos saber si el Presidente que
rige nuestro país es democrático. Yo quiero retar al Presidente, y yo creo que
ese será un día para demostrar si vivimos en una dictadura o una democracia,
porque si el Presidente nos manda a reprimir con las Fuerza Armadas, y si las
Fuerzas Armadas se prestan para reprimirnos, yo tendría entonces que decir que
yo no estoy frente a un Estado democrático, que yo estoy frente a un estado
dictatorial, porque solo en una dictadura no se permite que el pueblo hable.
Solo en un Estado totalitario, anárquico y que se apartó del sistema
democrático, se va a cercenar el derecho a través de la violencia.
—El Colegio de Bioanalistas y
Fetrasalud, entre otros, están dispuestos a apoyarlas a ustedes a ir a
Miraflores. Ellos dicen "si hay que ir a Miraflores, hay que ir".
¿Ustedes qué opinan? Desde que se desató esta ola de protestas se fueron
sumando otros sectores, incluyendo el universitario y el eléctrico. ¿Estarían
entonces dispuestas a hacerlo en conjunto?
—Por supuesto. Nosotros hemos
sido muy claros, porque no sé si de laboratorios del Gobierno -o no sé de
dónde- han surgido algunas versiones que dicen que a mí me está pagando un
partido político. Yo quiero decir que nosotros nos convertimos en la voz del
que no tenía voz, y que es la de un paciente que tiene –y lo vemos a través de
los medios de comunicación–, suplicándole al Gobierno que cumpla con su
trabajo, que garantice el derecho a la vida, a la salud. Somos la voz de las
enfermeras que hemos visto día a día el trabajo del médico, de la bioanalista,
del nutricionista y del obrero por un sueldo simbólico, muchas veces pasando hambre.
Insiste en que no forma parte
de partidos. "Yo, particularmente, Ana Rosario Contreras, no formo parte
de ningún partido político. Esta lucha, quiero yo estar muy clara, es de tipo
social: es una lucha para que el Gobierno entienda que tiene que mejorar
nuestro sueldo, que tiene que mejorar el servicio y no hemos descartado si
tenemos que ir a Miraflores con otros sectores como el eléctrico, y ya el Metro
también dijo que se está sumando. Porque resulta ser que cada venezolano merece
que el Gobierno entienda", enfatiza. Pero "¿qué necesitamos nosotros?
Que ese pueblo también se sume a esta lucha", agrega.
Contreras retoma los motivos
de la protesta: "Aquí nosotros el único golpe que le queremos dar es al
hambre que tenemos en nuestras casas y al fantasma de desabastecimiento de
medicamentos e insumos que tenemos en nuestros hospitales. Que todos nos
sumemos en nuestra lucha, porque el Gobierno tiene que entender que no puede
seguir privilegiando a un sector por encima de otro. Porque si el sector eléctrico
necesita, pues tenemos también a los que trabajan en Hidrocapital, nuestros
compañeros del Metro, nuestros compañeros los bomberos, nuestros compañeros que
trabajan en las fábricas, las enfermeras que trabajan en las clínicas, porque
no son solamente las enfermeras del sector público. También tenemos compañeras,
las compañeras del Hospital Militar, las compañeras de la Misión Barrio
Adentro".
Según la presidenta del
colegio, "esta lucha no es para tumbar un Gobierno. Esta lucha es que
queremos que el Gobierno asuma su responsabilidad. Y si el Gobierno no asume su
responsabilidad, bueno, mira, ¿qué vamos a visitarlo en Miraflores? Sí, lo
vamos a visitar.
—¿Creen que los escuchen?
—Bueno, yo aspiro a que se nos
crea. Yo aspiro a que él crea que tiene que escucharnos, que el Presidente no
puede seguir siendo sordo al clamor del pueblo. Aquí no podemos seguir
siendo... Porque la historia no miente: cuando los gobernantes se han apartado
del pueblo, el pueblo retira el apoyo. Y un gobernante sin apoyo del pueblo
dejó de ser una democracia. Entonces ¿en qué se va a sostener? En el terror, en
el temor.
"Somos en este
momento", argumenta, "un gremio de vanguardia, que dio un plazo al
frente en la lucha por su derecho a la salud, por el pueblo venezolano, por un
salario digno, y no vamos a retroceder". En su criterio, "el Gobierno
tendrá que entender que si fuese o si pensara en el pueblo, yo trataría de
resolver este problema lo más rápido posible".
Para Contreras, si Carlos
Alvarado las recibiera y las escuchara, "podría evitarle al Presidente una
visita", porque "después de una reunión con un ministro pues este
tendría una semana para ver si nosotros radicalizamos nuestra medida de
protesta. Repito, cada gremio tomará su decisión; en el caso del de enfermería,
nosotros estamos planteando poner fin a nuestra relación laboral con el
ministerio".
—¿Cuál es la situación en los
hospitales? Al menos en el Distrito Capital.
—Existe una unidad a la que se
le conoce como Unidad de satélites. Personeros del Gobierno, que por razones
obvias no quieren dar sus nombres, nos dicen que allí hay material, que hay
insumos. La pregunta es: ¿por qué hay en la Unidad de satélites y no llegan a
los hospitales? Hay hospitales a los que llegan jeringas, pero no tenemos el
antibiótico.
Contreras hace un recuento del
caso del enfermero Alfonso Román, preso por supuesto hurto de material médico.
Pero, como lo relata, "era una conducta muy típica nuestra, que dada esta
crisis que hay, uno siempre guardaba una inyectadora para, en caso de
emergencia, poder resolver, o un poquito de adhesivo". No descarta que se
trate de un montaje del Ejecutivo. "Creemos que fue una manipulación para
que el Gobierno no asumiera que vivimos una grave crisis y echarle la culpa a
los enfermeros en este caso", expone.
Por lo pronto, ya acudieron
ante el Ministerio Público.
—¿Han tenido respuesta del
Ministerio Público?
—Ya tenemos respuesta. Ya nos
redirigieron con el fiscal que tenía el caso. Esta próxima semana vamos a
formalizar la denuncia. Sin embargo, no hemos obtenido respuesta en otras
oportunidades, donde hemos denunciado ante la Fiscalía que no tenemos insumos
para trabajar, que la vida de los pacientes corre riesgo, que tenemos malos
sueldos. También lo hemos denunciado ante la Defensoría del Pueblo, con el
doctor Alfredo Ruiz; es decir, que el Gobierno se ha mantenido silencioso. No
pueden decir que no tenían conocimiento de este paro indefinido que asumió el
gremio de enfermería.
La dirigente no quiere irse de
Venezuela: "A mí no me gustaría tener que ejercer mi enfermería en otro
país, cuando yo quiero hacerlo aquí con mis venezolanos". Maduro dice que
ama a Venezuela, pero "aquí el amor se tiene que demostrar, el afecto se
tiene que demostrar. ¿Cómo lo vamos a demostrar? Yo cada día mas flaca y el
Presidente cada día más gordo. No puede ser esa diferencia. Si él tiene derecho
a comer bien, yo también tengo ese derecho".
Repite lo que se ha convertido
en una frase de batalla: "Nuestro eslogan es: 'Señor Presidente, a usted
lo invitamos, a que viva un mes con el sueldo que ganamos'. Yo también lo
invito, señor Presidente, véngase. Él dice que es un Presidente obrero, alguien
dijo que él fue un dirigente sindical. Un dirigente sindical siempre tiene que
velar por los intereses de la clase trabajadora y buscar darle satisfacción,
¿pero parece que es dirigente sindical de qué? ¿Del patrono? ¿O él era
dirigente sindical de los patronos del Metro? Porque cuando uno es dirigente
sindical, no puede plegarse o ponerse en las posiciones del patrono".
Para Contreras, "es grave
la situación de salud, pero más grave es la indiferencia. Como decía Luther
King: 'No me duele la maldad de los malos, sino la indiferencia de los buenos'.
Creo que eso es lo que nos está pasando en Venezuela. El Presidente debería ver
con mucha preocupación que nos estamos molestando".
—Si el Gobierno no asume,
¿cómo ven la situación de aquí a un año?
—Si el Gobierno no quiere
entender -porque ya esto dejó de ser una crisis humanitaria, ya esto de acuerdo
con algunos estándares es una emergencia compleja- creo que los venezolanos nos
vamos a ver muy mal. Vamos a tener hospitales con un retraso de unos 100 años,
cuando en el pasado fuimos vanguardia.
Si el presidente "tiene
el concepto de que una enfermera lo que hace es poner vacunas y curitas, y
tomar la tensión, para él 4 meses de formación es suficiente. Si por el
contrario, el presidente se asesora acerca de cuál es la labor de una
enfermera, se va a encontrar con que el profesional de enfermería es un
profesional universitario que tiene una formación sólida en cuanto a diversos
tópicos".
Admite que, si no logran los
objetivos, "yo podría decir que me voy a ver la cara en el espejo y decir
que el sector salud llegó a un deterioro muy grave, quizá en un año, pero yo
hice lo que tenía que hacer. Ya el responsable sería él, que pudiendo hacer
algo no lo hizo".
—¿Qué han logrado en estos más
de 20 días? Además de los pagos de bonos, entregas de cajas CLAP y la unión de
otros sectores...
—Vencer el miedo. Logramos
vencer el miedo. Logramos que, como gremio, nos consolidáramos, cuando la
primera actuación del Gobierno fue pensar que por una cajita nosotras nos
íbamos a quedar tranquilas. Y nosotras el mensaje que le mandamos fue
declararnos en la "misión agarre": agarramos la cajita, pero también
le dijimos que la lucha era porque queríamos un sueldo, que yo particularmente
decida dónde comprar mis alimentos.
Contreras lo sintetiza así:
"Yo no quería recibir una caja empaquetada por otro para que yo la coma.
Yo quería escoger mi comida, yo quería una leche que en lugar de perjudicarme
me dé beneficios. Yo quiero escoger la leche que van a tomar mis hijos, la
harina que van a comer mis hijos, el arroz que van a comer mis hijos. Yo quiero
un buen jabón para bañarme, una pintura de uñas, una cartera. Yo no quiero que
me regalen nada, yo no quiero que me den un bono. Yo lo que quiero es que mi
trabajo, o mi profesión, los ejerza con buenas prácticas profesionales y que
eso me permita vivir como vivía hace 32 años".
18-07-18
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