Por Antonio Ecarri Bolívar
Hay gente que no conoce a
Acción Democrática, a pesar de que esta organización está cerca de cumplir 77
años de lucha en la resistencia, en el gobierno o en la oposición. Es que no
solo el ignorante absoluto, el analfabeta, puede exhibir la incultura política,
sino también una variopinta sociedad que con el “pensamiento de 5 minutos” o
los 140 caracteres de Twitter cree sustituir a la inteligencia, al razonamiento
sosegado, al estudio y a ese “fastidio” que significa leer y escribir algo más
de los 280 caracteres que ahora permite un tuit como una concesión graciosa a
sus afiliados de esa red.
Permítanme hacerles, en
apretada síntesis, la caracterización del partido del pueblo para que no sigan
perdiendo su tiempo quienes crean que una política justa y correcta, diseñada
en AD, puede ser torcida, cambiada, caricaturizada o eliminada por 140, 280
caracteres o miles de robots que repiten la orden de difamación a dirigentes
del partido, que salen de los sótanos inmundos de los servicios de inteligencia
del régimen y que son secundados por algunos tontos útiles.
Acción Democrática es el
partido político más importante de la alternativa democrática venezolana y esa
no es una petulancia, sino un hecho incontrovertible. Esto, dicho por un
militante como yo, suena presuntuoso, por eso traigo en mi auxilio a una
autoridad académica, sin mácula, como lo es el profesor Germán Carrera Damas.
El maestro nos reclamaba, hace algún tiempo, nuestra excesiva modestia al no
presentar ni siquiera un precandidato presidencial cuando la oposición se
debatía en unas primarias para escoger a su abanderado a fin de enfrentar a
Chávez, en las que resultó electo Capriles (en esas primarias) y luego perdió
frente al ex presidente. Eso nos ocurrió no por modestia, sino por entender la
urgente necesidad de acordarnos con un candidato unitario y, uno nuestro, en
aquel momento, complicaba el cotarro político.
Sin embargo, así nos formulaba
el reclamo el profesor Carrera Damas: “¿Tiene, algún otro partido o movimiento
político venezolano, un capital histórico aunque sea de lejos comparable al
acumulado por Acción Democrática a lo largo de una actuación asentada en
grandes y prolongados sacrificios, grupales e individuales, y generosa de
mártires? Pero, ¿y las obras? No es posible enunciarlas todas, a partir de
la primaria y básica de haber rescatado la soberanía popular, secuestrada a
perpetuidad desde la ruptura de la República de Colombia, dándole con ello a la
República su cabal sentido. Como se lo dio a la condición de ciudadano la
implantación del sufragio universal, directo y secreto, gracias a la cual la
mujer venezolana ingresó a la ciudadanía plena. Sobre estas bases fue erigida,
con la eficiente colaboración de los partidos políticos democráticos entonces
nacidos, la República liberal democrática, persistente en los millones de
venezolanos que la reivindicamos con nuestra defensa de los valores de
democracia y libertad.
(…) Ese es el capital histórico acumulado a partir de la
determinación de los cuatro soñadores realistas que fueron capaces de concebir
la instauración de una República liberal democrática en una sociedad plantada
en un atraso secular”.
Repito en extenso el relato
del profesor Carrera, porque la dirección política de AD acaba de producir la
decisión, libérrima, de salirse de la MUD, como una clarinada de alerta al
resto de los partidos políticos democráticos de Venezuela con la finalidad de
abandonar el ostracismo caraqueño, para recorrer el país a fin de ponernos en
sintonía con el clamor popular. Y no fue una decisión de 140 caracteres, ni
producto de la voluntad individual de alguien, sino una larguísima reflexión
(muy larga para mi gusto), tratando de que el resto de los partidos políticos
democráticos comprendiera la exigencia, que hacíamos, de sacudirnos el polvo de
las derrotas sufridas y pasar a la ofensiva social, más que política, pero
siempre en sintonía con las luchas diarias que libra nuestro pueblo, hoy
deseoso y urgido de una conducción política coherente.
Vamos a elaborar una
estrategia sin arrogancia, oyendo a los más importantes sectores del país: a
los empresarios, a las Iglesias, a los trabajadores formales y a los
informales; oyendo a los emprendedores huérfanos de organización gremial; oyendo
al pueblo que sufre, que lucha, pero que va a vencer. Porque los que hoy nos
desgobiernan han vencido, por ahora, pero parodiando a Unamuno: “No han
convencido ni convencerán, porque no puede convencer el odio que no deja lugar
a la compasión, ese odio a la inteligencia, que es crítica y diferenciadora,
inquisitiva (mas no de inquisición)”.
Conozcan a AD y ayúdennos a
convencer, para después vencer, entre todos, a este odio entronizado en el
poder, porque “no nos van a doblegar por más que nos difamen, pues seguiremos
en la lucha política hasta que nos muramos” (Henry Ramos dixit) y…
nosotros lo reafirmamos, porque estamos convencidos que… ¡sí hay futuro!
13-07-18
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