EFE 04 de diciembre de 2018
La
comunidad internacional debería intensificar las sanciones, y coordinar sus
esfuerzos, contra dirigentes del régimen de Nicolás Maduro con el fin de
garantizar la restitución del orden democrático en Venezuela, según el ministro
de Exteriores de Colombia, Carlos Holmes Trujillo.
“Hay
que incrementar, incrementar, incrementar (sic) la acción política y
diplomática. Eso es lo que hay que hacer porque el hermano pueblo de Venezuela
merece vivir en democracia y libertad”, afirmó el ministro en una entrevista
con Efe en Quito, donde se encuentra con motivo del VII Gabinete Binacional
Ecuador-Colombia.
Para
Trujillo, “lo importante” es aplicar las sanciones “de forma simultánea y de
manera integral”, y cree que “eso es lo que ha faltado” para generar un cambio
en la realidad política y humanitaria venezolana estos últimos años.
De 67
años y canciller desde el pasado agosto, cuando el presidente Iván Duque lo
invitó a dirigir la diplomacia de su país, Trujillo da un “sí” tajante a
“incrementar” las sanciones, aunque siempre de forma “focalizada”.
“Sanciones
sí, dirigidas a las personas cercanas al régimen, que no afecten al pueblo
venezolano como tal, que estén muy dirigidas a personas debidamente
identificadas”, explicó.
Y
mencionó entre las posibilidades, sanciones de tipo “económico”, que “impidan
el movimiento de recursos malhabidos”, “el libre movimiento de personas
responsables de los más graves crímenes que hacen parte del entorno del régimen
de Maduro”.
Unas
sanciones que para ser efectivas requieren, a su juicio, que sean aplicadas por
más países y de forma conjunta, a la vez que descarta cualquier tipo de
“intervención militar” porque “Colombia no es amiga de las soluciones militares
en esta materia”.
Y
puntualizó que la postura de su país se fundamenta en la Carta Democrática
Interamericana y la de la OEA, una organización que es “importantísimo
fortalecer” para “volver a darle la fortaleza que siempre ha tenido en defensa
de la democracia en el hemisferio”.
Desde
el lunes, Ecuador y Colombia pasan revista a sus relaciones bilaterales en una
cumbre en la que se abordan, entre otros, los problemas fronterizos del último
año, en el que cuatro militares ecuatorianos murieron en la frontera en ataques
de una disidencia de las FARC vinculada al narcotráfico, el frente Oliver Sinisterra.
El
mismo grupo que secuestró a tres miembros de un equipo periodístico y a una
pareja ecuatoriana, a los que luego asesinó en cautiverio.
El
ministro colombiano aseguró a Efe que, tras una reunión el lunes de los
ministros de Exteriores y Defensa, se han producido “avances importantes” en
materia de seguridad, y que la búsqueda del cabecilla del grupo, alias
“Guacho”, continúa.
“Es un
operativo que continúa en marcha y naturalmente es una prioridad del Gobierno
colombiano”, precisó sin ofrecer detalles porque “no sería lo más conveniente
ventilarlos públicamente”.
Sí
confirmó que “hay una coordinación constante entre las fuerzas de los dos
países” y que “la reunión que tuvo lugar ayer fue muy positiva”.
“(Hubo)
un avance muy importante en lo que tiene que ver con el balance positivo de los
compromisos que se habían adquirido en el 2018 y en relación con nuevos
compromisos hacia el 2019”, insistió.
Trujillo
también elogió en la entrevista los pasos que se han dado en los últimos meses
para hacer frente a la emigración venezolana, un fenómeno que afecta a los dos
países y del que también se habla en esta cumbre.
“Lo
que se ve hoy con claridad es un proceso hacia la armonización regional de las
acciones dirigidas a hacerle frente a la crisis. Estamos trabajando
conjuntamente para la definición de esa estructura financiera regional, de
manera que los distintos países afectados por la crisis puedan acudir a ellos
para hacerle frente”, matizó.
Colombia,
dijo, así como otros países afectados, siguen “en contacto con posibles
donantes, con el BID, con la CAF, con el Banco Mundial y, naturalmente, con
todas las agencias del Sistema de Naciones Unidas”.
No
obstante, declinó dar una cifra de las cantidades de dinero que se necesitan
para los alrededor de 3 millones de emigrantes: “Es incalculable en este
momento, es una cifra imposible de definir en detalle”.
“Lo
importante es ir avanzando en la disponibilidad de recursos que permitan hacer
intervenciones de urgencia en unos casos, y con una visión de mediano y largo
plazo en otros casos, apuntando así al desarrollo económico y social, y al
fortalecimiento de las comunidades de acogida”, indicó.
Convencido
del “compromiso” para ayudar a resolver el problema, instó, sin embargo, a la
prudencia.
“Ya
hay unas cifras posibles que están mirando los organismos financieros, pero
mejor no apresurarse para no crear expectativas falsas”, concluyó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico