Gonzalo González 21 de marzo de 2019
El
Black Out nacional iniciado el jueves 7 de marzo, y aún no cesado del todo, es
una demostración palmaria e irrefutable de que el caos ya se instaló, de que el
país está al garete, de que los venezolanos estamos indefensos. Y de que el
Gobierno chavista está de lejos superado por las dificultades.
La
crisis sistémica en progreso es consecuencia de un régimen cuya gestión de
gobierno no sólo no pudo con los viejos problemas de la nación, sino que los
agravó y encima trajo nuevos padecimientos. Lo que en definitiva experimentamos
es un retroceso colosal en todos los órdenes de la vida nacional.
De
continuar los rojos en la conducción del Estado lo que nos espera es Tiranía,
Inseguridad, Hambre, Totuma, Vela, Leña y Burro
Lo más
grave de la situación es que el caos y la anomía son provocados conscientemente
por el régimen y no unas consecuencias secundarias e inesperadas o unos daños
colaterales inevitables. El chavismo – e insisto en mencionar a la corporación
porque todo esto empezó con Chávez y su proyecto de inspiración castrista –
cree firmemente que destruirlo todo contribuye a facilitar su proyecto de
dominación.
La
respuesta del Gobierno al apagón y sus nefastos efectos y consecuencias es de
manual, propia de quienes tienen vocación totalitaria y desprecio por la verdad
y la inteligencia de la gente: responsabilizar a terceros de sus carencias,
fallas y errores.
Ahora
se anuncia una remodelación ministerial (cuando pergeño estas notas martes 19/3
a las 7 am aún no ha concretado tal cosa), como si esa fuese la respuesta
requerida ante la magnitud de la situación. Salvo algunos desprevenidos u
oportunistas seriales, nadie confía en la eficacia de un nuevo gabinete
maduriano. También se dice que el ministro Zapatero regresa. A todas luces
buscan comprar tiempo ante un desmoronamiento progresivo que tiene visos de
indetenible.
Sólo mediante el terrorismo de Estado puede el
chavismo imponer el continuismo. ¿Está la FAN dispuesta a recorrer ese camino?
Venezuela
necesita y reclama un nuevo Gobierno con capacidad y voluntad política para
imponer el orden necesario, para comenzar a vencer el caos y la anomía. Cada
día que pasa se fortalecen las condiciones objetivas y subjetivas propicias a
tal efecto (aunque algunos sean escépticos al respecto) porque la correlación
de fuerzas nacional e internacional es desfavorable al status quo imperante. No
estoy diciendo que será fácil ni que está a la vuelta de la esquina.
La
mejor de las opciones para imponer orden y superar el caos y la anomía es la
vía democrática propuesta por la Asamblea Nacional y conducida por el
Presidente (e) Guaidó. Que día a día demuestra su fortaleza e implantación
nacional.
Gonzalo
González
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