AFP 11 de junio de 2019
El
96% de las empresas venezolanas paralizó o disminuyó su producción en el primer
trimestre de 2019, debido a los apagones, la escasez de gasolina y la
restricción de créditos, según una encuesta del gremio industrial presentada
este martes.
“96% de las empresas encuestadas no produjeron o
disminuyeron su producción”, dijo Juan Pablo
Olalquiaga, presidente de la Confederación Venezolana de Industriales
(CONINDUSTRIA), al presentar el estudio a la prensa. Un 14%, agregó, detuvo por
completo sus actividades.
La situación es aún más crítica considerando que
cuatro quintas partes de las compañías del país cerraron desde el ascenso del
chavismo al poder hace dos décadas, señaló Olalquiaga.
El dirigente apuntó que las empresas activas apenas
operan al 18% de su capacidad instalada, frente a 81% y 78% de las industrias
de las vecinas Colombia y Brasil, respectivamente. Un 84%, en tanto, debió
despedir trabajadores.
Olalquiaga vinculó el retroceso con masivos apagones
que golpean al país desde marzo pasado y con la falta de combustible para el
transporte.
El desabastecimiento de gasolina es crónico en zonas
fronterizas desde hace años, pero se ha extendido a varias regiones del
interior.
El problema empeoró tras la entrada en vigor, en
abril, de un embargo de Washington que prohíbe negociar petróleo venezolano en
el sistema financiero estadounidense y vender al país combustibles y diluyentes
para procesar su crudo pesado.
Las medidas se enmarcan en sanciones de la Casa Blanca
para sacar del poder al usurpador Nicolás Maduro, a quien califica de “dictador”,
que incluyen restricciones al transporte aéreo y marítimo de carga.
“Las navieras han dejado de venir”, expresó Olalquiaga, lo que amenaza con profundizar
la caída de las exportaciones no petroleras privadas, que pasaron de 1.718
millones de dólares en 2013 a 699 millones en 2018, según el Banco Central.
A la vez, las importaciones no petroleras, en las que
el Estado es el principal actor, se derrumbaron de 44.067 millones de dólares
en 2013 a solo 5.835 millones en 2018, lo que sumado a la deficitaria
producción nacional ha provocado una severa escasez de bienes básicos.
La restricción de créditos también impacta a la
industria, según Olalquiaga, después de que el gobierno aumentara el encaje,
fondos que los bancos deben colocar ante el BCV para respaldar sus depósitos.
COINDUSTRIA reportó además una contracción del
consumo, en una debacle económica marcada por una hiperinflación que el FMI
proyecta en 10.000.000% para 2019.
Hay un “bajo nivel de ventas” en
medio de un “proceso de empobrecimiento” de la sociedad, manifestó
Olalquiaga.
En este contexto, 68% de las empresas que sobreviven
podrían cerrar en un plazo de un año, advierte el informe.
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