Lester Toledo 07 de marzo de 2020
@LesterToledo
Entre
tantas noticias que a diario suceden relacionadas a Venezuela, esta semana se
suscitó una información sumamente importante por su alcance y que a nuestro
parecer no se debe perder de vista. Por lo menos sabemos que el régimen de
Nicolás Maduro si entendió y asumió la trascendencia de esta amenaza. Así lo
hizo saber en su comunicado de respuesta.
Hablamos
de la extensión de la declaratoria de emergencia respecto a Venezuela contenida
en la Orden Ejecutiva 13692 que Trump ordenó este 5 de marzo, argumentando que
nuestro país continúa siendo considerado una amenaza inusual y extraordinaria
para la seguridad nacional y la política exterior de los Estados Unidos.
Esta
Orden Ejecutiva data inicialmente del 8 de marzo de 2015, fue emitida por el
Presidente de ese entonces Barack Obama, en la misma se declaró la emergencia
nacional con respecto a la situación en Venezuela basada en la erosión de las
garantías de Derechos Humanos del Gobierno de Venezuela; la persecución de
opositores políticos; restricción de las libertades de prensa; uso de la
violencia y las violaciones y abusos de los derechos humanos en respuesta a las
protestas antigubernamentales; arrestos y detenciones arbitrarias de
manifestantes antigubernamentales, así como la presencia exacerbada de
corrupción gubernamental significativa.
Año
a año la orden ha sido ratificada y ampliada en su alcance, argumentando que
las circunstancias que prevalecieron para dictar tal orden no han cambiado, por
el contrario se han agravado y por ende Venezuela se mantiene calificada como
una amenaza para la nación norteamericana.
Ahora
bien ¿Que procedimientos ampara esta orden y sus respectivas extensiones que ha
provocado tanta histeria y pánico en el régimen de Maduro al calificarla de
oprobiosa, infame e irracional?
Para
responder a ello revisemos los argumentos de las extensiones y ratificaciones
de la orden en cuestión, mismas que, como el avance de un juego de ajedrez, le
han cerrado el círculo de maniobrabilidad al dictador y a su régimen.
Posterior
a la primera orden, se produjo una extensión el 24 de agosto de 2017, que
contempló medidas adicionales en vista de los abusos graves de los Derechos
Humanos y las libertades fundamentales; la profundización de la crisis
humanitaria en Venezuela; el establecimiento de una Asamblea Constituyente
ilegítima, que usurpó el poder de la Asamblea Nacional elegida democráticamente
y otras ramas del Gobierno de Venezuela; corrupción pública rampante; y la
continua represión y persecución y violencia hacia la oposición política.
Luego,
el 19 de marzo de 2018, se emitió otra orden que contempló medidas adicionales,
ante las acciones tomadas por Maduro para eludir las sanciones de los Estados
Unidos mediante la emisión de una moneda digital que fue denunciada como ilegal
por la Asamblea Nacional elegida democráticamente por Venezuela.
El
21 de mayo de 2018, se vuelven a tomar medidas, en esa oportunidad para abordar
la mala gestión económica del régimen de Maduro, la corrupción desatada y la
represión de la oposición política; para castigar además el intento de socavar
el orden democrático celebrando elecciones anticipadas que no fueron libres ni
justas; y ante profundización de la crisis humanitaria y de salud pública en
Venezuela.
El
1 de noviembre de 2018 y el 25 de enero de 2019, hubo dos nuevos
pronunciamientos para castigar al régimen de Maduro y las personas asociadas
que han saqueado las riquezas de Venezuela para sus propios fines corruptos,
además evidenciar la crisis migratoria, llamar la atención ante la restricción
de la libertad de prensa; por el hostigamiento de opositores políticos; y los
continuos intentos de socavar al presidente interino de Venezuela y la Asamblea
Nacional.
El
5 de agosto de 2019, mediante nueva orden se impuso un bloqueo económico total
al Gobierno de Venezuela, procediéndose a ratificar la referida orden para este
año 2020.
¿Por
qué esta escalada de sanciones y de presión por parte del Gobierno de Estados
Unidos? Porque las condiciones en Venezuela no han mejorado y el régimen de
Maduro no ha dado muestras de rectificación, y mientras ello no suceda, esta
orden, con cada extensión y ampliación se mantiene vigente, y se mantendrá
hasta tanto no se logre rescatar a Venezuela de las garras de la dictadura, ese
ha sido el compromiso de Trump y su administración.
La
Orden Ejecutiva 13692, recién ratificada, es el respaldo de la administración
de Trump para actuar y dar el Jaque Mate al reyezuelo usurpador Nicolás Maduro,
a quien le han inmovilizado la mayoría de sus piezas y pronto, ante el
incremento de la presión, se quedará sin posibilidad de hacer movimiento
alguno.
Esto
es una señal inequívoca que no estamos solos, y de que el dictador se mantiene
en la mira de las naciones demócratas interesadas en rescatar a Venezuela.
Lester
Toledo
@LesterToledo
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