DANIEL LOZANO 07 de marzo de 2020
La
política colombiana y aliada chavista Piedad Córdoba declara en una entrevista
que el ex presidente español le dijo que "había recibido una mina de
oro"
La reaparición por todo lo alto de la polémica ex
senadora colombiana Piedad Córdoba ha complicado a uno de sus
nuevos amigos políticos, José
Luis Rodríguez Zapatero, a quien vincula con las minas
de oro de Nicolás Maduro. Así lo ha relatado en una entrevista concedida al
medio digital colombiano Las 2 orillas, donde mezcla de forma confusa a
gobernadores chavistas y aliados internacionales con sanciones y corrupción
para dibujar a la postre una radiografía descarnada de la revolución
que tanto defiende.
"Pero ustedes cómo están haciendo, yo no lo logro
entender. Se lo dije a Rodríguez Zapatero, yo no entiendo esto. Me
dijo: a todos nosotros nos dieron una mina de oro. Nosotros explotamos y lo
que no nos llega por nuestro lado, nos llega por acá", declaró Córdoba,
admirada por la reciente inauguración de un estadio de béisbol en La Guaira, la
costa más cercana a Caracas, en pleno derrumbe económico y social en el país
petrolero.
La dirigente preguntó a los allí presentes sobre cómo
era posible semejante milagro económico, pese al supuesto bloqueo que alega el
chavismo, en un relato que deja más interrogantes que respuestas. La extracción
de oro y su contrabando se han convertido en dos herramientas fundamentales de
la revolución para eludir las sanciones internacionales.
Las triangulaciones del oro pasan a menudo por Turquía
y desde allí se distribuyen a otros lugares. "Todo el mundo quiere
el oro de aquí", parafraseó Córdoba las palabras de uno de sus
interlocutores, quien también reconoció que acababan de comprar a China las
herramientas necesarias. Generales y jerarcas del chavismo se reparten las
minas de la Gran Sabana bajo protección de la guerrilla colombiana y de mafias
locales. Incluso el Parlamento ha señalado al hijo de Maduro de estar
al frente de una mina de coltán en el Amazonas.
La ex senadora asume como suya, sin cortapisas, la
propaganda revolucionaria para asegurar que en el país petrolero "hay
problemas, pero no son tan graves como los quiere presentar. Tú vas allá y
sientes el bloqueo fuerte, como en Cuba, pero igual todavía hay un Gobierno que
pensiona cuatro millones de personas (reciben tres euros al mes)".
La argumentación de Córdoba alcanza su punto más
álgido al asegurar que "el problema es que nunca le pararon bolas (le
hicieron caso) a la comunicación del exterior y esto generó más el caos que
exilió a la gente". El derrumbe revolucionario, que suma seis años
en recesión con casi el 70% del PIB destruido, ha provocado la fuga masiva
de más de cinco
millones de venezolanos. Tanto Zapatero como Córdoba coinciden en su
defensa a ultranza de la revolución, incluso atribuyen la enorme diáspora a las
sanciones de Estados Unidos.
Entre los grandes olvidos de Córdoba en esta
entrevista con Las 2 orillas está el nombre de quién es el principal
financiador del estadio de La Guaira, inaugurado con años de retraso. Se trata
de un viejo conocido suyo, el empresario colombiano Alex Saab, a
quien la fiscal rebelde de Venezuela acusa de ser el principal testaferro de
Maduro. Saab, perseguido en su país y en EEUU, se ha enriquecido en los últimos
años gracias a las cajas de comida CLAP, la versión bolivariana de las libretas
cubanas de racionamiento transformadas en la principal herramienta de control
social del chavismo.
Piedad Córdoba también se reunió con la vicepresidente
ejecutiva, Delcy
Rodríguez, hace dos semanas. "Me dice: ve a tal sitio. Yo fui pero no
sé sinceramente qué era eso ahí. Y después me dice un señor, bájese de este
carro (vehículo). Nunca imaginé que quien iba manejando (conduciendo) era
Delcy. Ese es un equipo muy sólido", se congratuló la activista política.
"La oposición está negociando con Nicolás, están
llegando a acuerdos con él. Habrá
elecciones. A Guaidó nadie le cree allá", disparó Córdoba en otro de sus
mantras revolucionarios. La ex senadora se refiere de esta forma a la falsa
Mesa del Diálogo, conformada por el chavismo y grupúsculos de la oposición
(incluido Timoteo Zambrano, el hombre de Zapatero en Caracas), que
pretenden cohabitar con el poder revolucionario.
En su último viaje a Caracas, Zapatero presidió el
encuentro entre ambas partes, que también contó con el visto bueno previo del
canciller ruso, Serguéi Lavrov. Y todo ello pese a que el
Parlamento democrático decretó en 2018 que el ex líder del PSOE era
"inadmisible" para una negociación o un diálogo político.
La ex dirigente liberal no duda en señalar que "hay
una persona ayudando que es Zapatero y muchos de nosotros empujando",
de cara a su principal objetivo en Venezuela: la supervivencia del 'hijo de
Chávez' en el poder.
El entusiasmo por la causa revolucionaria de esta
dirigente izquierdista, en su día muy cercana a Hugo Chávez,
también la llevó a afirmar que en unas elecciones, "con o sin Nicolás,
gana el chavismo", pese a lo que dicen todas las encuestas. En el último
sondeo de Datanálisis, el 52% de los venezolanos calificaron la gestión de
Maduro como muy mala, el 22,5% mala y el 10% de regular hacia mala.
"A Nicolás le ha tocado bailar con la más fea, le
ha tocado muy difícil. Es un tipo muy espiritual. Fidel y Chávez se
reunieron y escogieron a Maduro por la lealtad", sentenció Córdoba.
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