Laureano Márquez 13 de noviembre de 2020
@laureanomar
¿Existe la «corrupción espiritual»? Sin duda. Es el
mal que padece el actual régimen político venezolano desde su nacimiento.
Recordemos algunas de las razones que motivaron el alzamiento militar del 4 de
febrero de 1992:
1- «La gestión económica y política del presidente
Pérez». Argumentaban los golpistas que se trataba de un gobierno
corrupto, que empobrecía a la población. Bueno, luego de 20 años de revolución,
la pobreza extrema en Venezuela según cifras de la ONU y de ENCOVI, está
alrededor del 80%. En cuanto a corrupción administrativa, según las
investigaciones de «Transparencia Internacional», Venezuela y Nicaragua, son
los dos países más corruptos de América Latina. Si usted ve en el mapamundi la
intensidad de los colores de los países por su corrupción, el nuestro aparece
coloreado de rojo intenso, o quizá sea mejor decir de “rojo rojito”.
2- «Las políticas neoliberales implementadas en el
país». Chávez, contrario a las políticas neoliberales, propició la estatización
de la economía, las expropiaciones y las importaciones en detrimento de la
producción nacional. Luego de 20 años de revolución, el cambio del bolívar pasó
de 64,03 por dólar en febrero de 1992 a 534,379,95, ayer. Si mal no recuerdo,
Chávez le quitó tres ceros a la moneda y Maduro cinco, de modo que estamos
hablando de: 53.437.995.000.000,00 (creo que se lee: cincuenta y tres billones
cuatrocientos treinta y siete mil novecientos noventa y cinco millones de
bolívares, de los del año del golpe). Suena descabellado, así que no me hagan
mucho caso y saquen sus propias cuentas (el hermano Isidro sabe que siempre fui
malo en matemáticas). El bolívar desapareció como moneda, PDVSA dejó de
producir petróleo y el país no tiene electricidad, gasolina, agua, ni gas y el
régimen inicia el plan «leña adentro» asegurando que cocinar con leña y bañarse
con totuma son lo máximo. Si esto no es liberalismo salvaje, que venga Dios y
lo vea.
3- «El descontento de los sectores medios y bajos de
las Fuerzas Armadas por los hechos de corrupción verificados en los altos
mandos militares». Creo que sobra cualquier comentario en este punto que no sea
un: ¡ja,ja,ja,ja!
4- «La subordinación de las Fuerzas Armadas ante un
liderazgo político que consideraban incapaz y corrupto». Ya no hay
subordinación alguna, ahora las Fuerzas Armadas son el liderazgo incapaz y
corrupto.
5- «La utilización de las Fuerzas Armadas, en
particular del Ejército y de la Guardia Nacional, en la represión del
Caracazo». Hoy nos resulta increíble que esta haya sido una de las razones del
golpe. La cruel represión mostrada por el régimen queda claramente documentada
en el informe de la ONU que da cuenta de las atroces violaciones a los derechos
humanos que se cometen: ejecuciones extrajudiciales, torturas, detenciones
ilegales, entre otras acciones que constituyen crímenes de lesa humanidad.
6- «El cuestionamiento a la posición sostenida por el
presidente Pérez en las negociaciones relativas a la delimitación limítrofe con
Colombia». Este era uno de los argumentos de quien luego, en el gobierno,
regaló el Esequibo y abrió la frontera a los guerrilleros.
El listado de las razones que motivaron el golpe
febrero de 1992 es más largo, pero en cada punto en el que uno se adentre:
“corrupción del poder judicial”, por ejemplo, lo que se encuentra es la total
perversión de cuanta institución funcionaba o medio funcionaba en Venezuela.
Eso es, justamente, la «corrupción espiritual», la
negación total de los valores trascendentes del ser humano: justicia,
solidaridad, respeto a la vida, honestidad, libertad. Es lo que hemos padecido
en Venezuela en los últimos 21 años. Por eso, que el Tribunal Supremo de
Justicia ratifique la condena a la jueza Afiuni por «corrupción espiritual», un
delito inexistente en la legislación venezolana, no deja de ser emblemático.
Si el TSJ fuese menos corrupto espiritualmente e
hiciera justicia a su corrupción material, habría colocado en la sentencia:
«condenamos a la jueza Afiuni porque a Chávez le salió del forro». Eso habría
sido mucho más decente.
Laureano
Márquez
@laureanomar
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