Por Marino J. González R.
El inicio de la
vacunación contra covid-19 en varios países del mundo es una noticia
extraordinaria. Que ya estén disponibles alternativas para prevenir casos y
fallecimientos es un logro muy relevante de las capacidades de investigación a
escala global. Sin embargo, garantizar que las vacunas sean administradas a
toda la población que la requiere llevará tiempo.
También se puede
anticipar que el desempeño de los sistemas de salud no será igual en todas las
regiones del mundo. De manera que la desigualdad del acceso a la vacunación es
casi un hecho indiscutible.
A pesar de que las
vacunas estén disponibles, el ritmo de administración implica que transcurrirán
varios meses para cubrir una proporción significativa de la población. Mientras
tanto, la pandemia seguirá avanzando. En algunos países el número de
fallecimientos supera en la actualidad la cifra de las primeras etapas. Hasta
el punto que en algunos países de Europa se estén considerando medidas de la
mayor severidad para evitar el incremento de casos por las celebraciones de fin
de año.
La atención está
concentrada en la evolución probable de la pandemia. Y para ello se ha
popularizado el concepto de “ola” con el propósito de describir la secuencia de
los casos. Lo que se ha observado en muchos países es que se produce un punto
máximo de casos, a partir del cual comienza el descenso (por las medidas
tomadas). En la experiencia de la gran mayoría de los países de Europa, este
descenso llegó a ser menor de ocho casos nuevos diarios de covid-19 por millón
de habitantes. Es decir, que comparado con las tasas máximas de más 100 casos
nuevos diarios por millón, alcanzar la cifra de ocho (o menos) es,
indudablemente, una gran diferencia. Estos países experimentaron el primer
ciclo de la pandemia, también llamado “primera ola”.
La evolución deseable
es que los países se mantuvieran en este nivel de ocho casos nuevos diarios por
millón de habitantes. Este fue el caso, por ejemplo, de Corea del Sur. En esta
situación, los países solo tendrían la primera ola. Cuando los casos empiezan a
aumentar nuevamente y superan este umbral de ocho casos, se podría presentar la
segunda ola. Esto es lo que ha ocurrido en países europeos, hasta el punto que
muchos de ellos han experimentado topes de casos superiores a los de la primera
ola.
Nuevamente, para que
termine la segunda ola habría que volver a alcanzar ocho casos nuevos diarios
por millón de habitantes. Al 14 de diciembre, todos los países que controlaron
la primera ola en Europa, tienen tasas superiores a ocho casos nuevos diarios
por millón. Dicho de otra manera, están todavía en la segunda ola.
En América Latina se
pueden indicar cuatro grupos de países en cuanto a la evolución de los casos de
covid-19. En el primer grupo están países que han registrado menos de ocho
casos nuevos diarios/por millón, pero no tienen registros de los diagnósticos
de covid-19 comparable en el contexto internacional. Este es el caso de Haití y
Nicaragua.
En el segundo grupo
están Uruguay y Cuba. Ambos países cuentan con datos comparables en el ámbito
internacional sobre pruebas diagnósticas de covid-19. Los registros indican que
estos dos países mantuvieron el número de nuevos casos diarios por debajo de
ocho durante un largo período. Sin embargo, Uruguay, desde el 16 de octubre, ha
registrado un aumento sostenible de casos (actualmente tiene 103 casos nuevos por
millón). Es evidente, entonces, que Uruguay se encuentra en la segunda ola. Por
su parte, Cuba ha registrado cifras superiores a ocho casos por millón desde el
9 hasta el 13 de diciembre. Habría que esperar las próximas semanas para
determinar si este aumento corresponde realmente a una segunda ola.
En el tercer grupo de
países solo está en este momento Bolivia. La tasa máxima de casos fue alcanzada
por Bolivia el 22 de julio (146 casos por millón). Entre el 8 y 29 de noviembre
registró un número de casos diarios menor a ocho, indicativo, según el criterio
señalado, de alcanzar el control. Sin embargo, ya la cifra de casos se
encuentra en 20, de manera que, de continuar esta tendencia de aumento, Bolivia
podría entrar francamente en la segunda ola.
El cuarto grupo está
conformado por 15 países de la región. En todos ellos, no se ha disminuido la
tasa de nuevos casos por debajo de ocho después del inicio de la pandemia. Esto
significa que se han mantenido por diez meses en la primera ola. En este grupo
destacan Panamá, Argentina, Paraguay, Costa Rica, y Colombia, que registran en
la actualidad más de 100 casos nuevos diarios por millón de habitantes. Panamá
registra en este momento la tasa más alta de todos los países de América Latina
durante la pandemia, esto es, 500 casos nuevos diarios por millón de
habitantes.
A diferencia de Europa,
la mayoría de los países de América Latina continúan en la primera ola. Esto
significa que la presión sobre los servicios ha sido permanente a lo largo de
estos diez meses. Las consecuencias tanto para los recursos humanos y la
gestión de los servicios son de la mayor significación.
Lamentablemente, tal
como se deriva de las tendencias actuales, el número de casos diarios
continuará en niveles muy altos. La vacunación contra covid-19, en
consecuencia, será realizada en contextos de gestión severamente afectados.
Marino J. González es PhD en
Políticas Públicas, profesor en la USB. Miembro Correspondiente Nacional de la
Academia Nacional de Medicina.
16-12-20
https://talcualdigital.com/diez-meses-en-la-primera-ola-por-marino-j-gonzalez-r/
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