Reynaldo Mozo Zambrano 19 de diciembre de 2020
Cuando María Fernanda Escalona tenía nueve años
no soñaba con ser doctora, maestra o astronauta. Quería ser repostera.
Ella descubrió su pasión, a esa misma edad, luego de
quedarse sola en su casa un día cualquiera.
La vivaz joven aprovechó el momento para hacer una torta de naranja para
reglársela a su mamá. “Mi mamá estaba contenta con la torta, pero no tanto por
haber prendido el horno”, recuerda, María 30 años después.
Oriunda del
pueblo de Aguirre, ubicado en el estado Carabobo, actualmente vive
en Bélgica. Cumplió su meta de ser repostera y chocolatera.
Su pasión e ímpetu la llevo a ganar en 2018, una medalla de
bronce en el prestigioso concurso La Cuillére d´or en
París. Ella era la única latina concursando.
María Fernanda relata que su primer acercamiento a la
repostería llegó con revistas mensuales y programas de televisión culinarios.
Claro, a principios de los años 90, no existían videos tutoriales en
internet para aprender hacer una torta.
“Había un canal que se llamaba Casa Club TV y
tenía un programa de cocina. Ese programa lo realizaba una chef española de
postres y ella utilizaba las palabras de los productos que usaban en España. Me
quedaba con la duda. Leyendo libros y revistas me fui
interesando más, siempre me gustó la pastelería”, cuenta desde
Bélgica.
Salir a cumplir un sueño
Mientras vivió en Venezuela, María no estudió ninguna
carrera culinaria. Al contrario. Comenzó a estudiar ingeniería en
la Universidad de Carabobo, carrera que no culminó cuando
decidió irse del país en 2002.
Su meta era ir a Francia, la cuna de la
pastelería del mundo. Antes de irse a Europa, María estudió francés en
la Alianza Francesa venezolana. “Siempre tenía la vista puesta en que quería
formarme en pastelería y por eso antes de irme hice un curso”,
espeta.
Primero llegó a España. Años más tarde se trasladaría a
Bélgica, con su esposo. También, fue el país se formó como una pastelera y
repostera profesional.
“Estudié para obtener diplomas oficiales en
pastelería, helados, postres de restaurantes, todo lo que pude hacer de
pastelería lo hice”, dice.
El neerlandés no es un idioma fácil.
Las barreras idiomáticas fueron una traba, mas no un problema.
María se adaptó como pudo. A pesar de que su esposo es belga,
la chocolatera venezolana desconocía absolutamente el idioma, de hecho, ellos
se comunican en español.
Los profesores de María al ver su esfuerzo y
dedicación en las clases, se comunicaban con ella en inglés.
“Empecé un curso de holandés y me entendía en inglés con los profesores. Iba a
clases de holandés por la mañana y en la noche iba a la escuela de pastelería y
ellos estaban felices. Al año dominé el idioma”, explica.
La pastelera es egresada de la Escuela de
Hostelería de la ciudad de Gante, en Bélgica. En cuatro años logró
los diplomas oficiales en pastelería, chocolatería, postres
de restaurant, pan artesano y maestro heladero.
Medalla de bronce en París
La ambición de la chocolatera venezolana no
tiene límites. María Fernanda siempre quiso obtener un premio
por sus trabajos en la repostería y chocolatería.
Pero le extrañaba que los galardones culinarios se
entregaban generalmente a hombres. Por eso se marcó un nuevo reto.
Ganarles a ellos también.
Tras terminar sus estudios en Bélgica, a la experta en
pastelería le tocaba hacer unas pasantías. Decidió enviar su
síntesis curricular a un prestigioso restaurante de Barcelona,
España.
La venezolana fue aceptada para entrar en la práctica y
meses después aprovechó para postularse como candidata del concurso La
Cuillére d´or.
“Estando en práctica me confirmaron que había entrado al
concurso y siempre lo quise hacer; casi siempre son los hombres los que van a
ese tipo de concurso y era un reto para mí”, dice.
Gracias a los recuerdos de la tierra en donde nació y
creció, María creó un postre que dejó boquiabiertos a los
miembros del jurado. Incluso al reconocido chef pastelero Pierre Hermé.
Para ganar la medalla de bronce en la categoría profesional,
la pastelera sorprendió con dos pasteles que tenían como principal
ingrediente chocolate venezolano. “Fue una pieza artística de
chocolate haciendo homenaje a mi querida Valencia”,
expresa con alegría.
Además del chocolate como ingrediente base, María usó romero y
naranja. La justificación de esos ingredientes se remonta a sus recuerdos en la
casa de su abuela de Aguirre, que tenía arboles de naranja, mandarinas y
guayabas.
“Era un homenaje a mi familia, a mi pueblo
y a Venezuela”.
María Fernanda recuerda que al juez Hermé le
gustaba mucho el chocolate de Venezuela; pero se maravilló por
la historia detrás de la receta.
“Fue emocionante porque cumplí un sueño que tenía
desde hace años, es un momento que voy a recordar toda la
vida. Significó mucho. Mi familia estaba feliz porque sabía que yo tenía
tiempo formándome con los mejores. Mi abuelita estaba súper
contenta porque nombré al pueblo de Aguirre”.
Amor por la Sarrapia
La Sarrapia es uno de los secretos que esta premiada pastelera
utiliza en sus postres. Aunque esta semilla abunda en el país, no es muy conocida dentro
del territorio. En Europa sí es una de las favoritas.
De hecho, María Fernanda enfatiza que un postre que la
defina tiene que llevar sarrapia, ser dulce, ácido, picante,
con chocolate, ají dulce y una presentación en hoja de plátano.
“Principalmente apuesto por el chocolate porque
Bélgica es reconocido por el chocolate. Acá hay tiendas de chocolates. Si hay
un país donde sea perfecto para trabajar con chocolate
es Bélgica. Es mejor llevar el nombre de Venezuela con el cacao y
los ingredientes nuestros, y no solo hablo del cacao sino de la sarrapia,
que es una semilla que en Venezuela no se conoce mucho y son ingredientes versátiles”.
El sueño de María Fernanda es hacer su propio chocolate.
Mientras tanto, trabaja con chocolates El Rey y Franceschi. La mujer que tiene
contacto directo con productores del cacao en Venezuela, reconoce el esfuerzo que
hacen los productores para seguir cosechando el mejor cacao.
“El chocolate venezolano viene de los aromas del
cacao. El cacao venezolano es muy aromático y cuando lo procesas puedes extraer las
notas del cacao. Es un chocolate apreciado porque cuando el cacao lo convierten
en chocolate y lo pruebas pueden sentir sus aromas; por ejemplo ,el cacao del
sur del lago de Maracaibo tienen notas afrutadas, es como el vino,
cuando lo pruebas puedes sentir esos sabores. Por eso el cacao
venezolano es apreciado en Europa”, explica.
A pesar de tener muchos años fuera del país, María
Fernanda le coloca un toque criollo a todos sus postres.
Una de las recomendaciones que hace para esta navidad es
lo que ella llama “postre típico navideño”, que se compone de pequeñas
porciones de dulce de lechosa, torta negra y helado de sarrapia.
“Esos son los sabores que me
transportan a mi infancia, los de mi abuela, el dulce de lechosa,
el arroz con leche y los arboles con frutas. Eso se me quedó muy dentro y por
eso los coloco en mi trabajo porque allí está mi corazón,
con los sabores de Venezuela”.
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