Fernando Mires 24 de agosto de 2021
@FernandoMiresOl
1. La retirada de los EE UU de Afganistán puede ser
comparada con la retirada de Vietnam.
Falso. En ningún caso. El objetivo de la presencia de los
EE UU en Vietnam fue impedir la penetración imperial de la URSS, potencia que
apoyaba militarmente a Vietnam en el Sudeste Asiático. Si Vietnam era reducido
a dominio soviético, sucedería lo mismo con Laos y Camboya.
Pero cuando Kissinger descubrió que la China de Mao
estaba tan interesada como los EE UU en impedir la hegemonía de la URSS en la
región, cedió inteligentemente la hegemonía militar a China. El gobierno chino
arreglaría el problema en pocos meses. Desde esa perspectiva la URSS no estaba
en condiciones de enfrentar a una alianza China- EE UU. Fue así que debió
despedirse de sus pretensiones en el sudeste y en el sur de Asia.
Visto así, la retirada de los norteamericanos de Vietnam
no fue una derrota norteamericana frente al Vietkong, sino una derrota
soviética frente a China. La historia ha terminado por dar la razón a
Kissinger. El sudeste asiático – partiendo por Vietnam - está hoy poblado por
pujantes economías capitalistas que mantienen excelentes relaciones comerciales
con China y los EE UU.
2. EE UU invadió a Afganistán para crear una democracia
Falso. EE UU invadió Afganistán después del 11-09.
2011 cuando advirtió que desde ese país se había formado un frente terrorista
islámico en el marco de una guerra declarada a Occidente, con vinculaciones en
casi todos los países del Medio Oriente. Con la ocupación de Afganistán se
trataba además de cortar los nexos que unían a Arabia Saudita, Al Quaida y los
talibanes. Ese objetivo fue cumplido
Hoy, el peligro de la expansión terrorista ha sido
reducido, gracias sobre todo a la diplomacia e influencia de Arabia Saudita,
cuya confesión mayoritaria es la suníe, al igual que en Afganistán (80%).
Arabia Saudita y gran parte de los Emiratos mantienen
excelentes relaciones con el Talibán y con los EE UU. A la vez son los
principales enemigos de Irán en la región. Lo más probable es que Arabia
Saudita tomará a El Talibán bajo su “protección”.
3. Al retirar sus tropas de Afganistán los EE UU han
abandonado a la región islámica a su suerte.
Falso. Para los EE UU el principal problema ahora es
detener la expansión iraní en la región. En ese objetivo coincide plenamente
con Israel. Por eso EE UU apoya al ejército saudíe en contra del ejército chiíe
(pro-Irán) en Yemen. La razón de la oposición de EE UU a Irán es simple: Irán
ha restablecido su unidad con Siria y es apoyado por Rusia y China. Arabia
Saudita, por su parte, ha establecido relaciones diplomáticas con Israel. Puede
ser que ya en el plano de ese reconocimiento mutuo, estuviera estipulado el
retiro de las tropas norteamericanas de Afganistán. Hay indicios.
Hay en consecuencias dos frentes político-militares: uno
hegemonizado por Irán, otro por Arabia Saudita. EE UU e Israel toman partido a
favor del último. Si atendemos a esas razones, hablar de una derrota de EE UU
frente a El Talibán es, definitivamente, una ridiculez.
4. La retirada de las tropas estadounidenses muestran las
diferencias entre Trump y Biden con respecto al tema de Afganistán
Falso. Evidentemente, no. La retirada de las tropas de
Afganistán es en los EE UU asunto de estado y no de gobierno ni mucho menos de
partidos. Independientemente a estilos personales, hay en ese punto una
continuidad entre Trump y Biden, así como antes la hubo entre Bush y Obama.
5. Al abandonar Afganistán los EE UU han entregado las
mujeres afganas a la represión patriarcal.
Falso. Los EE UU no controlaban la totalidad de
Afganistán sino solo las principales ciudades y algunas áreas militarmente
estratégicas. Las relaciones socioculturales de la nación no fueron alteradas
en lo más mínimo. Por lo demás, la liberación femenina nunca va a ser alcanzada
por medio de invasiones territoriales. Es un tema de profundas raíces
culturales y religiosas.
La liberación de la mujer de sus patriarcas musulmanes
deberá ser obra de ellas mismas, no de soldados asalariados.
A la cultura patriarcal islámica pertenecen hombres y
mujeres. No podemos olvidar que la caída del Shah de Irán (1979) y la
implantación de los ayatolahs en el poder fue consecuencia de una revolución
tradicionalista y religiosa cuya vanguardia estuvo formada por aguerridas
mujeres musulmanas, todas embutidas en sus respectivas burkas. Ese fue un
triunfo de la tradición en contra de la modernidad, de la religión en contra de
la razón, del pasado en contra del presente.
Corolario: nunca
hay que dejar en manos de los medios periodísticos – por muy importantes que
sean – la interpretación de la historia. Mucho menos la de la política.
Tomado
de: https://polisfmires.blogspot.com/2021/08/fernando-mires-cinco-grandes-mentiras.html
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