Por Vanessa Davies
La tala y poda de árboles influye en el cambio climático,
recuerda el geógrafo, profesor universitario, investigador y ecólogo. El cambio
climático convierte a Venezuela en un país más caluroso: “Vamos a tener más
sequía en la temporada seca, y menos lluvia en la temporada
lluviosa”, advierte
Las
montañas talladas de los Andes son geografía. Las playas del parque nacional
Morrocoy son geografía. Por qué Las Mercedes es una “zona rosa” y Antímano es
una “zona roja” también es geografía. En Venezuela decir geografía es decir
nombres como el de Antonio De Lisio. Profesor de la UCV, De Lisio es
investigador y ecólogo. Venezuela ya siente los efectos del cambio climático,
advierte en conversación con contrapunto.com.
-¿Ya
estamos sintiendo el cambio climático? En qué lo sentimos?
-Sí
estamos sintiendo los efectos del cambio climático, pero hay que tener cuidado.
Cuando uno dice cambio climático no solo son los calores; también son las
lluvias excepcionales, las inundaciones. Tuvimos en Mérida deslaves
importantes, se vino el cerro. También en Vargas a muchos nos preocupó lo
ocurrido en Camurí Grande, que se desbordó. Tanto en Mérida como en Vargas
había mucha tierra, arcilla y fango.
-¿Cuáles
son las consecuencias para Venezuela?
-A
principios de la primera década de este siglo el Estado no quiso hacer la
actualización del informe, pero la profesora Marteló lo hizo con escenarios que
estimó con sensores, radares y capacidad instalada en Canadá, EEUU y Australia.
Efectivamente Venezuela va a ser un país más seco y más caliente y va a
aumentar el nivel del mar. Estamos perdiendo nuestro ultimo glaciar en los
Andes, y eso es parte del cambio climático.
-¿Por
qué más caliente para venezuela?
-Tendemos
a estar más calientes. Estamos en latitud tropical, entre dos regiones que van
a sufrir los embates del cambio climático: Caribe y Amazonas. Los Andes también
lo sufren, porque se nos derriten los pocos glaciares. En Lima, que toda su
fuente de agua es por glaciares, tendrán un problema mayor.
-¿Qué implica?
-La
temperatura en Caracas dejará de ser 22 o 23 grados y será 24 o 25 grados.
Caracas podría tener la temperatura de Guarenas. Ya lo estamos sintiendo.
Aunque los registros son escasos, los pachecos han sido menos frecuentes, la
temperatura ha bajado menos, difícilmente veamos una temperatura por debajo de
11 grados. Recuerdo una madrugada, a mis 20 o 21 años, con 6 grados
centígrados. Eso difícilmente se va a poder repetir.
-¿Tendremos
temporadas secas más largas?
-Vamos
a tener menos lluvia, no sé si temporada secas más largas. En Venezuela la
temporada seca por lo general comienza entre diciembre a enero, depndiendo de
los años y la ubicación, porque en el norte puede ser un mes lluvioso el de
diciembre. Nuestra temporada seca va de diciembre-enero hasta marzo o abril.
Quizá eso no se modifique, pero vamos a tener más sequía en la temporada seca,
y menos lluvia en la temporada lluviosa.
-¿Lo
sentimos ya?
-En
agosto estábamos preocupados porque había mucha lluvia. Fue 40% más de lluvia
en agosto respecto al promedio histórico. En septiembre, de acuerdo con la
estación hidrometeorológica de la UCV, llovió 50% menos. Octubre, que debería
ser un mes húmedo, no ha sido muy lluvioso.
De
Lisio sostiene que el cambio climático llegó al país, ya es una realidad. “Es
importante tener el sexto informe del Panel Intergubernamental, que advierte
que lo que eran supuestos en 2013 ya se constataron. El cambio climático llegó,
en el mundo se están registrando aumentos de temperaturas, han sido uno tras
otro los años más calientes desde el año 2000. No hemos tenido un año que
refleje una tendencia distinta. El cambio climático llegó, está presente y hay
que considerar qué hacer para evitar sus consecuencias. Sí podemos paliar las
consecuencias”.
-¿Hay
un problema de planificación del territorio?
-Sí.
Hay un problema de planificación del territorio. Hace años un presidente decía
que el problema de Venezuela es que la población está en el norte y nuestros
ríos al sur. Nuestros mayores ríos, los más grandes, están hacia el sur, y 70%
de la población vive en la franja andino-costera. Alrededor de 20% vive en los
llanos y en el sur tenemos 10% de población.
-¿Mal
distribuidos?
-Estamos
mal distribuidos no solo por un ordenamiento territorial del siglo XX: la
población caribe tendía a concentrarse en el norte. El Caribe ha sido un factor
de concentración, el borde norte ha estado más ocupado que el sur, los
conquistadores dejaron el sur. Cuando Bolívar liberó Venezuela dejó de última a
Guayana. El sur ha estado como olvidado.
-¿Si
pensamos en la planificación en función del cambio climático?
-Tenemos
un problema de ordenamiento macro. Deberíamos estar pensando en fortalecer
ciudades intermedias. Todo lo que se hizo desde el año 2000 con el eje
Orinoco-Apure y el eje norte-llanero, que venía de una propuesta del Ministerio
de Ambiente de los años 90, debería estar haciéndose. Venezuela debería estar
pensando, no en el Caribe, sino en la fachada llanera.
-¿Para
qué?
-Tenemos
más extensiones, más caudales de ríos, posibilidades de ocupación del
territorio no concentradas. Vargas, los Andes van a sufrir más. A todos nos
afecta el aumento de temperatura. Puedes tener inundaciones en los llanos, el
Orinoco, pero son más seguros. Podrías empezar a tener un patrón de
ordenamiento de respeto de los usos. La agenda hábitat de la ONU dice que
deberíamos tener un patrón de ocupación donde ciudad y campo no son realidades
opuestas. Ciudades y campo no deberían ser opuestas, sino complementarias. Se
podría resolver una visión distinta en el área metropolitana de Caracas, la
región ecometropolitana de Caracas. Teníamos una instancia para Caracas y sus
zonas adyacentes, la oficina municipal de planificación urbana. El último
escenario que se construyó, a finales de los años 80, era Caracas 2000. Se
vislumbraba una Caracas que integraba el Distrito Federal con Vargas y Miranda
como una sola unidad. Si uno piensa en eso, es la región ecometropolitana de
Caracas. Incluso, pudiese incorporar norte de Guárico y oriente de Aragua.
Caracas, desde los años 70, depende de una fuente de agua que no es propia:
Camatagua.
En
esa planificación, estima De Lisio, “deberíamos tener una unidad metropolitana
que impida que el norte de Guárico se convierta en lo que se está convirtiendo,
que Barlovento deje ser un sitio de delincuencia. En Guarenas-Guatire se
podrían tener bases agrícolas y olvidarse de ciudades satélites. Un tercio de
la personas que hacen vida en Caracas residen en Valles del Tuy, deberían tener
actividades productivas allí. Se deben fortalecer las ciudades intermedias,
unas 20, y se podría crear una dinámica distinta con ellas”.
El cambio climático, agrega, “nos dice que Venezuela debe dejar de ser un país rentista petrolero, porque el petróleo no va a ser la base de la economía venezolana. Venezuela debería pensar que en 2050 el petróleo va a ser menos importante que ahora, no vamos a tener a quién venderle. Venezuela debe pensar en una economía climática”.
El
investigador propone “organizar el petróleo en función del cambio climático,
porque vamos a tener zonas que van a sufrir menos, que hay que fortalecer, y
zonas que van a sufrir más. Hay que fortalecer las ciudades intermedias”.
Amplía la visión: “Hay que dar oportunidades de trabajo digno. Hay que dejar de
pensar que todo es un bono. El punto mas importante que llevó la OIT a Río+20
en 2012 era la necesidad de que los países generaran empleos verdes y dignos.
No los hay en Venezuela porque hay una degradación del salario y pulverización
del salario”.
-¿Las
fallas en servicios públicos tienen que ver con el cambio climático?
-A
alguien se le ocurrió la brillante idea de que Venezuela debía dejar de
producir hidroelectricidad y producir con termoeléctricas. Algunos de los
prohombres que estaban en los ministerios dijeron que las termoeléctricas iba a
solucionar la afectación de Guri por cambio climático. Los estudios que se
hicieron no decían que Guri se afectaría por cambio climático; los impactos
mayores son por actividades minera y agropecuaria. Venezuela tiene un potencia
hidroeléctrico distribuido a lo largo y ancho de su geografía; es mentira que
podríamos tener problemas si seguimos con energía hidroeléctrica. Hay un
problema de generación eléctrica en Guri porque las turbinas están dañadas, y
de acuerdo con lo que me decían algunos, genera solo 30 o 40% por problema de
turbinas, no por disponibilidad de agua. En algún momento incluso abrieron los
aliviaderos de Guri. El cambio climático no ha sido un problema grave para Guri.
Nuestra falla eléctrica no tiene que ver con el cambio climático, sino con
falla de mantenimiento. No se construyeron las otras represas. Eso mismo pasa
con el centenar de embalses.
-¿La
falta de agua en Caracas es por cambio climático?
-No.
Es porque no se terminó de construir el Tuy IV, del cual hablan desde el año
2000. No se construye, aunque los recursos se bajaron. Los embalses están
llenos y no llega agua a tu casa por falta de mantenimiento. Hidrocapital tiene
30 mil kilómetros de tuberías que hay que mantener, y eso no se está haciendo.
Tenemos represas llenas a pesar de que este año ha sido bastante seco. Octubre
no va a ser tan lluvioso como se espera.
Venezuela
tiene una infraestructura “que se construyó en la llamada Cuarta República y
que está ahí de pie. Hay un centenar de represas que permiten el suministro de
agua para los seres humanos y las actividades agrícolas, y todavía podemos
construir represa hidroeléctricas, pero poco estamos haciendo para la energía
eólica y la energía solar. Cuando uno habla de agua Venezuela está entre los
primeros 25 países en el mundo con más agua por habitante”.
-¿Cómo
queda Caracas?
-No
se puede olvidar cómo manejarnos en las ciudades. Si hablamos de que puede
haber un aumento de hasta cuatro grados centígrados de temperatura en el globo,
si comparo la temperatura de Caracas con los alrededores no urbanizados, la de
Caracas puede ser 8 grados superior a la del medio natural no intervenido. Las
ciudades no se pueden seguir construyendo a base de cemento y asfalto. En la
GMVV se hicieron algunos adefesios, desde el punto de vista del confort y la
habitabilidad; al traer chinos, bielorrusos, iraníes a construir las torres sin
ventilación, no estoy haciendo nada. Pero además se construyó sin pensar en la
normativa del cambio climático: necesito ventilación cruzada, más áreas verdes.
Caracas nunca ha tenido la cantidad de espacios verdes que se requieren.
Caracas necesita 10 metros cuadrados de áreas verdes por habitante y no
llegamos ni un metro cuadrado por habitante accesible para la población.
Tuvieron la visión de encerrar el conurbado de Caracas -constituido por el
Distrito Capital más cuatro municipios de Miranda, entre el Parque Nacional El
Ávila que va al norte y hacia el este, Macarao y la zona protectora de Caracas.
Caracas es un área gris encerrada en un anillo verde, pero eso se está
perdiendo porque están afectando los parques nacionales y la zona protectora.
En los últimos 25 años -desde el gobierno de Caldera 2- gente que trabajó en la
administración de Chavez aumentó la densidad de la zona protectora de Caracas.
Eso permite densificar y construir en zonas que deberían ser de resguardo
frente al cambio climático. Necesitamos 10 metros cuadrados verdes por persona,
y vemos todo lo contrario: estamos viendo una afectación de árboles urbanos.
-¿Política
de tala y podas influye en el cambio climático?
-Por
supuesto que sí. Si podo un árbol estoy podando lo que me da sombra y necesito
avenidas arboladas. En 2010 hice una pasantía de trabajo en dos municipalidades
y una ciudad en Canadá, y me impresionaba la reposición del arbolado urbano que
estaban haciendo, densificando la cantidad de árboles que debería tener la
ciudad; además se decidieron por árboles con copas más anchas. Esto mitiga el
impacto del calor. Sí tiene un impacto. No solo el árbol de la calle; es el
árbol de los jardines que también hay que preservarlo. No puedo talar un árbol
si no me da permiso el Ministerio del ambiente, porque el árbol está en
propiedad privada pero cumple una función pública. Es importante. Quisimos
avanzar en 2015 con una ordenanza de esta naturaleza para Chacao, pero se quedó
en el tintero. La grama también es importante. Es una locura que los alcaldes
estén pensando en sacar el agua subterránea, porque si se saca y no se
mantienen las cuencas el recurso es finito. El pozo puede ser agua para hoy y
sequía para mañana. Necesitamos una política integral que permita preservar el
verde urbano. La ciudad del siglo XXI es una ciudad en la que el verde debe
prevalecer.
-¿Qué
pueden hacer las alcaldías?
-Tienen
que actualizar sus planes. Están obligados a tener una planificación urbana y
tiene que aumentar el número de áreas verdes. Eso no se los impide nadie. No
hay una decisión que impida mejorar las condiciones de espacios verdes. Nadie
les impide pensar en energía solar. En El Hatillo algunas escuelas están
dotadas con celdas solares para compensar algunas cosas. Debe haber apoyo del
gobierno nacional. Los alcaldes deben insistir en que tengamos aguas grises. El
agua del lavado de platos puede ser reutilizada para bajar el tanque de la
poceta. En distintas ciudades en el mundo, pendientes del cambio climático, se
habla del metabolismo circular urbano: el agua que estoy usando puede ser
reutilizada. Cada vez que bajo el tanque de una poceta puedo bajar entre 20 y
40 litros. Según Naciones Unidas con 180 litros de agua por persona estaríamos
cubriendo todas las necesidades, pero si cada vez que bajo un tanque consumo 40
litros estoy haciendo un mal uso. Debe haber una conducta de alcaldías para
enseñar la posibilidad y diseñar mecanismos para la reutilización.
-¿El
pozo de agua por qué no?
-Esta
es agua que se acumula porque se infiltra de las partes altas a la partes
bajas. Si no mantengo la vegetación arriba, si no hay un plan integral es agua
hoy y sequía para mañana. Es un recurso finito, a menos que hagas un manejo de
cuencas. Los alcaldes deben exigir que Hidrocapital cumpla, porque por más
pozos que abran no podrán generar los 18 mil litros por segundo que se deberían
recibir. Sin eso será difícil que se tenga agua.
-¿Se
van a secar?
-No
es un recurso infinito. Es finito. No es como el ciclo hidrológico, en el cual
el río se alimenta de agua que se evapora, es un ciclo permanente. En el caso
del agua subterránea no necesariamente. No es un recurso infinito. Hay que manejarlo como
recurso finito.
-¿Usted
qué haría?
-Yo
pararía la construcción de pozos y exigiría que Hidrocapital cumpla con el
mantenimiento de los 30 mil kilómetros de tubería. Se había avanzado en la
descentralización del servicio ambiental. No solo las aguas servidas, sino que
se estaba pensando en el que el suministro de agua potable debería estar en
manos de las alcaldías. Hay elecciones el 21 de noviembre. ¿Quién recuerda que
Caracas tenía una alcaldía metropolitana? Esto no lo pueden resolver las
alcaldías. Necesitas una figura que pueda articular servicios como el
transporte. No hago nada si no tengo una ruta planificada desde Petare hasta
Catia.
17-10-21
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico