Juan Francisco Alonso 12 de octubre de 2021
Para
la investigadora de Amnistía Internacional, Yara Boff Tonella, es claro que la
estrategia puesta en marcha por las autoridades de Willemstad, con el aval de
La Haya, no solo está sirviendo para frenar el éxodo, sino que está provocando
graves violaciones a los Derechos Humanos
Curazao es un paraíso para los turistas que viajan a él en busca de sol, playas, compras y diversión. Sin embargo, también puede ser un infierno para aquellos que, por una razón u otra, deben dejar su país con lo puesto y en busca de un futuro mejor.
Esta
es la imagen de la isla caribeña que vuelve a retratar Amnistía
Internacional en su informe “Sin seguridad
todavía: Niegan protección a personas venezolanas en Curazao”, el cual es
el segundo reporte en tres años que la organización internacional de Derechos
Humanos dedica al trato que las autoridades de Willemstad vienen dando a la
crisis migratoria venezolana.
Para
ahondar en los hallazgos de la investigación, Crónicas del Caribe conversó
telefónicamente con Yara Boff Tonella, investigadora de Amnistía
Internacional y responsable de la elaboración del estudio, para el cual
entrevistó a decenas de ilegales venezolanos, defensores de Derechos Humanos y
autoridades locales.
-En el
informe denuncian que la situación de los venezolanos no ha mejorado desde el
primer informe. Esto pese a que hace casi dos años que se aprobó una norma que
garantiza protección a aquellos migrantes cuya vida corra peligro en Venezuela.
¿Por qué? ¿Qué ha faltado?
-Ciertamente
ahora hay un procedimiento de protección que fue dictado al amparo de la ley
europea, pero concluimos que no funciona y no está alineado con los
estándares internacionales. Realmente no es un procedimiento, porque no
protege a la gente. Los venezolanos, o cualquier otro inmigrante, que desee
acogerse a él lo tienen muy complicado, porque no pueden acceder a un abogado
y, además, siguen siendo detenidos en las condiciones más terribles.
-¿El
procedimiento está mal diseñado o las autoridades no lo aplican correctamente?
-Ambas.
Por supuesto, las autoridades de Curazao no nos dijeron que diseñaron
intencionalmente un procedimiento malo o que no lo aplican correctamente, pero
al final se ve esto, porque nadie ha obtenido protección. El
procedimiento es defectuoso y creemos que esto es así, porque la protección de
los migrantes venezolanos no es la prioridad para el gobierno de Curazao, sino
que su único objeto es detenerlos y deportarlos.
-¿En
el informe ustedes afirman que nadie ha obtenido protección bajo este
instrumento, pero al menos lograron averiguar cuántas personas tienen
solicitudes abiertas?
-Uno
esperaría que alguien en el gobierno te diera alguna información en ese
sentido, pero ellos no tienen datos. Lo único que reconocieron fue que nadie ha
obtenido protección (…) Extraoficialmente pudimos conocer que docenas
de venezolanos han solicitado protección en más de dos años, pero hasta
ahora las únicas decisiones que han dictado las autoridades han sido para
rechazar esas peticiones.
-¿Curazao
ha optado por esta estrategia de detener y expulsar a los inmigrantes ilegales
venezolanos porque cree que no puede acogerlos o hay otra razón?
-Entendemos
que para una isla pequeña como Curazao, es un reto importante la crisis
migratoria actual, pero eso no justifica la violación de Derechos
Humanos como lo hemos visto hasta ahora. Además, Curazao es parte
del Reino de los Países Bajos y este país se precia de
defender los Derechos Humanos en el mundo, por lo que debería ayudar a
Curazao a proteger a los venezolanos y no solamente detenerlos.
-En el
informe critican las condiciones de detención en la que se hallan los migrantes
venezolanos. ¿Pudieron acceder a los centros de detención? ¿Qué observaron?
-Sí, a
uno de los centros a los que fui había cinco hombres que tenían ocho o nueve
meses allí y no sabían cuándo iban a ser liberados, tenían la misma ropa con la
que fueron detenidos y no tenían jabón o champú para bañarse. Los
detenidos pasan casi todo el día en sus celdas, solo pueden salir por dos horas
a una jaula a tomar aire (…) Los centros están hacinados, en celdas
diseñadas para 15 personas hay 30 o 40. En algunos casos ponen a los
inmigrantes con convictos, con criminales peligrosos. A los detenidos no
les permiten ver a sus familias, recibir visitas del exterior ni hablar con
abogados. A los menores los envían a estos centros también, los
separan de sus padres y si sus padres ya viven en la isla, no los dejan
reunirse con ellos. Incluso documentamos un caso de un adolescente que fue
deportado y en Maiquetía lo retuvieron durante un día, porque las autoridades
venezolanas no sabían cómo había podido viajar por su cuenta.
-¿Por
lo que figura en el informe y lo que comenta, Curazao ni siquiera practica las
llamadas deportaciones en caliente como viene haciendo España con los
marroquíes que detiene cuando cruzan los muros que de Melilla o Ceuta?
-No,
ellos arrestan a los migrantes ilegales y los llevan a la estación de policía,
donde los obligan a firmar su orden de deportación, sin permitirles
hablar con un abogado. Lo peor es que la orden está en neerlandés, ni
siquiera les traducen lo que allí dice, porque tampoco les ofrecen un
intérprete. Después dejan a esas personas por meses, incluso años allí, hasta
que un día deciden regresarlos a Venezuela.
-En el
informe no solo hablan de los venezolanos detenidos, sino también de los que
están en las calles. ¿La situación para estos últimos es algo mejor o no?
-Los
venezolanos que están libres, por lo menos no están tras las rejas hacinados,
pero su situación no es mucho mejor, porque al estar indocumentados no
pueden trabajar, no tienen acceso a los hospitales y sus hijos no pueden
estudiar en las escuelas. A estos venezolanos también se les niegan
derechos esenciales.
-¿Esta
estrategia del Gobierno de Curazao está funcionando? ¿El número de venezolanos
que llegan ilegalmente viene disminuyendo o no?
-No, no
está funcionando para disuadir a los venezolanos. Las autoridades temen
crear un efecto llamada y por eso prefieren crear un efecto de empuje. Pero
eso no está funcionando, porque la crisis en Venezuela no ha mejorado y
por ello hasta los niños ahora se arriesgan a tomar botes para ir a Curazao,
Aruba o Trinidad. Las personas seguirán saliendo de Venezuela y muchos de
ellos seguirán yendo a Curazao, pese a esta política. Sería ignorante pensar
que la política de detener y deportar va a frenar la llegada de inmigrantes.
-En el
informe cuestionan el papel del Reino de los Países Bajos. ¿Qué tan responsable
es de esta situación?
-Ahora
también evaluamos a los Países Bajos, porque tras nuestro primer informe el
gobierno de La Haya dio millones de euros a Curazao para lidiar con la
inmigración venezolana, pero todos esos fondos fueron a la Guardia Costera, a
la policía y a ampliar centros de detención. No se destinó nada a ayudar a
Curazao a incorporar a estos inmigrantes, a protegerlos. Además, pretenden
exculparse de cualquier abuso, lo cual consideramos no pueden hacer, porque
ellos están financiando la maquinaria que comete estas violaciones a
los Derechos Humanos. Nosotros decimos que son cómplices de esta
maquinaria.
-¿El
procedimiento aprobado en 2019 por Curazao tiene arreglo? ¿Qué medidas habría
que tomar para que cumpliera con su propósito?
-Sí el
procedimiento tiene arreglo, pero debe ser reformado para incorporar
disposiciones que garanticen a los inmigrantes acceso gratuito a un
abogado, tal y como ocurre en el sistema de justicia penal. También
deberían detenerse las detenciones automáticas y deberían proveerse
intérpretes. En pocas palabras, hay que invertir para hacer que el
procedimiento pueda funcionar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico