Agencias 21 de noviembre de 2021
La
caravana, la segunda más grande que sale desde Tapachula en un mes, avanzó
lentamente y el sábado 20 de noviembre llegó al municipio de Villa Comaltitlan,
en el sureño estado Chiapas
Cientos de venezolanos se sumaron a la nueva caravana de migrantes que partió la semana pasada desde la frontera entre México y Guatemala, según organizadores, en un momento en que México está considerando aumentar las restricciones para que ellos puedan ingresar al país.
Reuters
habló con una decena de venezolanos que dijeron que habían partido con la
caravana desde la ciudad de Tapachula el jueves, tras escapar de la pobreza y
las dificultades en su país, que celebra elecciones el domingo.
Luis
García, uno de los organizadores del movimiento, comentó que entre el 20% y 30%
de las cerca de 3.000 personas de la caravana son venezolanos y que durante el
trayecto desde su nación fueron víctimas de atroces delitos, principalmente en
la región de Darién, en Panamá.
En los
últimos años, México ha registrado el paso miles de migrantes a través de
diversas caravanas, por lo que ha puesto sus esfuerzos en detenerlas, pero el
éxodo de extranjeros huyendo de la violencia, pobreza y estragos climáticos
continúa.
La
semana pasada Reuters informó que México estudia imponer requisitos más estrictos
para los venezolanos que intenten ingresar al país, en respuesta a peticiones
de Estados Unidos, tras un fuerte aumento en las detenciones de ciudadanos
sudamericanos en su frontera común.
«Yo no
me quiero quedar en México, queremos ir a Estados Unidos, solamente les pedimos
que nos dejen pasar», dijo Daysi, una mujer venezolana de 63 años que se unió a
la caravana en la ciudad Tapachula junto a seis familiares, entre ellos dos de
sus hijos.
«Nadie
se sale de su país porque se quiera ir, pero hay días que se come una vez,
otros ni siquiera eso, no hay medicamentos, no hay nada, nos estamos muriendo»,
agregó la mujer de Maracaibo.
La
caravana, la segunda más grande que sale desde Tapachula en un mes, avanzó
lentamente y el sábado llegó a al municipio de Villa Comaltitlan, en el sureño
estado Chiapas.
Otra
venezolana de 34 años que busca llegar a Estados Unidos, quien prefirió no ser
identificada por seguridad, narró que cuando pasó por el Darién fue violada y
golpeada por dos sujetos encapuchados, y que a pesar de ello decidió continuar
«por la fuerza de Dios» e impulsada por ayudar a su bebé y su mamá que viven en
precarias condiciones en Venezuela.
La
migrante procedente de Caracas comentó que no pudo resistirse al ataque porque
le metieron una pistola en la boca, además que cerca había otras mujeres
muertas. Ella mostró a Reuters documentos médicos que acreditaban el abuso
sexual, pero aclaró que no presentó una denuncia ante una autoridad.
Reuters
no pudo verificar la autenticidad de su historia.
Con
información de Euronews y Reuters
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