Por Nelson Freitez
Una metáfora que puede
ilustrar la emergencia humanitaria compleja que vive Venezuela es la de un
cuerpo aquejado por una metástasis. Desde un centro en el que se produjo una
lesión cancerígena se van irradiando las células afectadas en diversos órganos
de ese cuerpo, generando múltiples afectaciones que terminan colapsándolo y
haciendo inviable su existencia.
Desde el centro del poder en Venezuela se
produjo el control de la industria petrolera, eje generador de los recursos del
país y, precisamente en el período de mayores ingresos en divisas al país por
la venta internacional del petróleo, la producción paradójicamente fue
decreciendo hasta alcanzar una caída considerable a partir del año 2015.
A pesar de los gigantescos ingresos
generados en el orden de un billón de dólares (1 millón de millones de $), la
industria petrolera fue declinando en sus capacidades de extracción, refinación
y comercialización internacional. Este deterioro de capacidades ocurrió tres
años antes de que se aplicaran sanciones internacionales directas a Pdvsa entre
los años 2017-2018. La enorme riqueza generada fue dilapidada bajo una
gigantesca corrupción.
Transparencia
Venezuela documentó la ocurrencia en nuestra principal industria de 92 casos de
corrupción, los cuales significaron el 81% de los principales eventos de esta
naturaleza en el país, llegando a comprometer unos 42 mil millones de dólares
sustraídos por altos funcionarios y grupos vinculados con éstos.
Todo lo cual se tradujo en desinversión,
falta de mantenimiento, despilfarro de recursos y parálisis de procesos productivos
en Pdvsa.
De ese centro neurálgico los deterioros,
afectaciones y carencias se fueron expandiendo en todas las áreas del aparato
de Estado. Dado el altísimo volumen de recursos disponibles fue en la industria
petrolera en la cual se evidenciaron intensamente las prácticas de la gran
corrupción que generalizadas hoy en todas las empresas del Estado han terminado
por desmantelar y colapsar el conjunto de servicios públicos.
Como consecuencia de tal saqueo desde el
año 2015 hasta el presente se ha hecho evidente un progresivo y cada vez más
severo déficit tanto de diésel como gasolina para abastecer plenamente la
demanda interna de combustibles. Tal escasez se ha agudizado a partir de marzo
del año 2020 generando a su vez múltiples y perniciosos efectos en diversos
órdenes de la vida del país.
Ha afectado las capacidades de producción
agropecuaria e industrial; la movilización de cargas del transporte de
mercancías; el traslado de pasajeros en rutas urbanas e interurbanas; la
generación eléctrica de plantas que requieren diésel y; ha repercutido tanto en
la disponibilidad de servicios hospitalarios como en la movilización de la
población a los centros de salud y de docentes y estudiantes a los centros
educativos.
Además, se han perdido miles de
horas/personas que pudieron dedicarse a actividades familiares o productivas
por la espera en largas «colas» para surtir unos cuantos litros de combustible
cada cierto tiempo. Y por supuesto, ha conllevado al encarecimiento de los
costos para familias y empresas que han debido sufragar con sobreprecios el
combustible requerido, sustrayendo recursos escasos que debían dedicarse a
cubrir otros requerimientos básicos.
La merma de
las capacidades de producción agropecuaria e industrial, entre otros factores
por la escasez y el sobreprecio del combustible, ha sido plenamente difundida
por el liderazgo gremial durante estos 2 largos últimos años.
Resaltando la reducción de las superficies
sembradas, la parálisis de equipos y maquinarias de producción, disminución del
volumen de personas ocupadas en actividades productivas, caída de los volúmenes
de producción trasladados a los centros de consumo y, por supuesto, el aumento
de los costos de producción por la adquisición del combustible con
sobreprecios.
En la actividad industrial, la encuesta de
coyuntura de Conindustria ha continuado señalando una caída de la producción en
lo que va del 2021 en más del 60% de las empresas, manteniéndose el nivel de
utilización de su capacidad productiva en apenas el 18% de las empresas del
parque industrial encuestado. Alrededor de 7 de cada 10 empresas ha adquirido
el diésel que utiliza en el ´mercado negro´ encareciendo significativamente sus
costos.
El
transporte de cargas ha reducido los volúmenes de alimentos movilizados debido
fundamentalmente a la severa escasez del diésel, que ha incidido en la
paralización del 83% del parque automotor logístico y de carga nacional, según
el Sistema de Observación de la Movilización de las Cargas Alimentarias de
la ONG Ciudadanía en Acción
El 80% del transporte urbano e interurbano
de pasajeros que utiliza el diésel como su principal combustible, se ha
afectado directamente. Lo cual unido a la obsolescencia de las unidades y a los
bajos ingresos de los transportistas que no pueden garantizar su mantenimiento,
ha influido en la parálisis e inoperatividad de más de la mitad de ese parque
automotor, según líderes de diferentes sindicatos automotores de varios estados
del país.
Esta parálisis del transporte colectivo ha
restringido severamente la movilidad de la población para su traslado a centros
de trabajo, de salud, educativos.
Las repercusiones de esta inmovilidad son
incalculables, incluso con consecuencias sobre las condiciones de salud de un
cúmulo de personas que se agravado por la imposibilidad de trasladarse a las
unidades de tratamiento médico o para ser atendidos en las emergencias
hospitalarias en situaciones de urgencia, lo que ha propiciado en algunos casos
el fallecimiento al menos de unas 10 personas por la carencia de vehículos con
combustible para trasladarse.
Este cúmulo de afectaciones se multiplican
y expanden como una mancha de aceite sin contención. Es la expresión de una
metástasis que avanza aceleradamente por todo el cuerpo de la nación
deteriorando las condiciones de vida de la población, provocando agravamientos,
migraciones masivas e incluso muertes prevenibles entre personas que debieron
vivir.
Nelson Freitez Amaro es cooperativista.
Sociólogo y Doctor en Estudios del Desarrollo (Cendes-UCV).
05-11-21
https://talcualdigital.com/la-metastasis-del-combustible-por-nelson-freitez/
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