Versión Final 09 de mayo de 2022
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El
apoyo directo del presidente argentino Alberto Fernández, dispuesto a mirar a
otro lado ante las violaciones de derechos humanos en Venezuela, anticipa lo
que vendrá a través de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños
(Celac).
Al
parecer, a Nicolás Maduro todo le sale bien en estos días, y lo que no es así
lo disfraza a través de su poderosa maquinaria de propaganda revolucionaria. En
pocos días, le han ratificado como presidente del Partido Socialista Unido de
Venezuela (PSUV), lo que conlleva su candidatura presidencial para 2024, y
ha impuesto un Tribunal Supremo de Justicia a su medida para asegurar la
prórroga de su impunidad.
El diario español El Mundo afirma que el "presidente pueblo" está atornillado como nunca en su trono del Palacio de Miraflores, tanto que se ha impuesto una fecha en el horizonte para seguir al mando: 2030. Al menos, de momento.
Para
celebrar la coyuntura, el líder chavista ha puesto en marcha una nueva campaña
"de circo, pero sin pan suficiente", como la define el
politólogo Luis Salamanca, exrector del Consejo Nacional Electoral
(CNE). Maduro anunció su medida estrella en la concentración del Primero de
mayo, aunque se han necesitado varios días para desmenuzarla. Se trata de un bono
de 10 mil bolívares (2 mil 120 euros) "para reparar y compensar en algo a
los jubilados", avanzó el jefe chavista, que tradicionalmente aprovechaba
este día para ratificar una subida del salario mínimo, que esta vez no llegó.
Los
jubilados y pensionados figuran entre las grandes víctimas del fracaso
económico bolivariano, ya que han resistido la gran crisis durante años con
pagos que iban desde 1 euro hasta 20, como mucho. El primer cuestionamiento es
que los beneficiados serán sólo los jubilados desde 1 de enero de 2018 hasta la
actualidad, precisamente los más activos en las protestas que se suceden en
este colectivo. Un grupo muy pequeño: unos 120 mil de los cinco millones que el
propio Gobierno calcula.
En
aras del “blanqueamiento” en la región
Pero
quizás lo más resaltante que aporta el medio madrileño es que el mandatario,
principal aliado de Vladimir Putin en la región, empieza a cobrar los primeros
frutos de la campaña de blanqueamiento promovida desde Caracas a través de sus
socios y del Grupo de Puebla.
El
apoyo directo del presidente argentino Alberto Fernández, dispuesto
a mirar a otro lado ante las violaciones de derechos humanos en
Venezuela, anticipa lo que vendrá a través de la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
El
"conductor de victorias" aprovechó la mano tendida desde Buenos Aires
para condonar 370 millones en deuda a Antigua y Barbuda, San Vicente y
las Granadinas, Dominica y San Cristóbal y Nieves, clásicos aliados
caribeños en instancias internacionales gracias a PetroCaribe. Todo
ello ante el estupor de la oposición y cuando los grandes servicios públicos
del país están desmantelados.
La
noticia rememora la época en la que Hugo Chávez levantó un entramado de
alianzas gracias al despilfarro de miles de millones a través de la
petrodiplomacia, con el precio del barril en torno a los 200 dólares. Algo que
parecía olvidado en el país.
“El
truco de los regalos”
“Maduro
quiere aprovechar el contexto de altos precios petroleros para seguir recuperando
su legitimidad internacional en la región, complicando muchísimo la posición
del gobierno estadounidense. Hay varios países que están interesados
en poder recibir petróleo venezolano y están presionando a Washington para que
permita la restitución de esas relaciones comerciales con Maduro y Pdvsa a
pesar de las sanciones", develó el internacionalista Mariano de
Alba.
En
paralelo, también han regresado los envíos de diésel a Cuba, país
que depende de las importaciones de combustible y que ha contado durante dos
décadas con el apoyo bolivariano. El diésel es fundamental para impedir los
apagones en la isla, ya que es el que abastece a su sistema eléctrico.
"La
percepción dentro de la facción dominante en el gobierno de Maduro es que el
actual contexto de aumento de los precios petroleros y el aumento de la
demanda por fuentes energéticas durará un buen tiempo y le permitirá generar un
nivel de ingresos inédito en comparación con los últimos 6 años. Así
que apuestan que la condonación no tendrá un gran impacto en el estado de las
arcas venezolanas", añadió De Alba, asesor senior del International Crisis
Group, quien no obstante cree que el gobierno peca de excesivo optimismo en sus
cálculos.
Regalos
con truco dentro y fuera del país, que incluyen festivales de salsa y de
merengue para dar la sensación de que el eslogan "Venezuela se
arregló" es cierto. "Qué manera de burlarse del sufrimiento de todo
un país. Pero hagan lo que hagan no podrán esconder la pobreza, el hambre, la
violación de derechos humanos y la ausencia de libertad y democracia",
sentenció el dirigente opositor Andrés Velásquez.
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