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viernes, 6 de enero de 2023

La ira de la naturaleza / Bernardo Kliksberg @Bkliksbergok

 



La llamaron la Bomba Ciclónica. Una gigantesca tormenta se desató sobre USA en diciembre. Las precipitaciones de nieve las pluviales, y la velocidad de los vientos batieron récords históricos. Las temperaturas descendieron bajo cero en 48 Estados.

No fue una situación aislada.

Christian AID, listó los 10 desastres meteorológicos mayores del 2022. Muestran una naturaleza desestabilizada. Fueron:

1. El Huracán Ian

Fue el más destructivo después del Katrina.

Impactó centralmente Florida.

2. Sequias extremas en Europa

Fueron las mayores desde 1880.

Dejaron con poca agua a los grades ríos: Rin, Loire, y Po. Interrumpieron el tráfico fluvial.

3. Inundaciones en China

Lluvias torrenciales de magnitud inédita.

4. Sequias en China

Generaron la baja de su mayor río, el Yangtze.

5. Fuertes inundaciones en Austria.

6. Inundaciones en Pakistán

Produjeron 7 millones de desplazados.

Destruyeron 8 millones de hectáreas.

Mataron 1.1 millones de cabezas de ganado.

7. Tormenta Eunice

Afectó el Norte y el Centro de Europa.

8. Sequía sin precedentes en Brasil por las deforestaciones

9. Huracán Iona

Dejó sin luz al 90% de Puerto Rico.

Canadá tuvo el mayor ciclón de su historia.

10. Sequías en África Oriental

Causaron hambrunas en gran escala.

Perspectivas

Los 10 desastres mayores, y otros, muestran la ruptura de equilibrios climáticos está aumentando más rápido de lo previsto.

Las causas son visibles. El dióxido de carbono, el principal gas invernadero, era al cerrar el 2022, 418 partes por millón, la cifra más alta registrada, un 21% más que 10 años atrás. Ha disparado el calentamiento global, la suba de los mares, los huracanes, las inundaciones, las sequías y los megaincendios. En-Gran Bretaña por ejemplo, los incendios forestales del 2022 cuadriplicaron los del año anterior. En el 2030 de no reducirse las emisiones sucias de la industria de combustibles fósiles, habrá nuevos ascensos en la frecuencia e intensidad de los desastres, devastarán zonas cada vez más amplias, degradarán aún más la diversidad biológica, llevan a la implosión de ecosistemas claves. Es urgente que se cambien la actual matriz energética por una de energías alternativas limpias. Sin embargo, siguen los ejemplos de irresponsabilidad empresarial. Como el caso muy criticado de la British Petroleum, que al margen de su discurso oficial proecológico, planificó invertir en el 2023 el doble en energías fósiles que en energías alternativas. Pareciera que los intereses económicos que promuevan la crisis climática creen que es posible saltear o postergar la ira creciente de la naturaleza. No es así. No es posible negociar con la naturaleza como lo ha explicado repetidamente la ONU.

La mayor esperanza se halla en la movilización continua de la ciudadanía para exigir cambios de fondo. Un desarrollo nuevo estimulante que las cortes de justicia europeas están tomando cada vez más el caso ecológico. En diversos países aceptan las demandas de la sociedad civil, por políticas públicas más activas, y sanciones a los polutores. Se impone obligar al cumplimento de los grandes acuerdos de las cumbres climáticas. Entre ellos que los países ricos financien a los en desarrollo por los daños que les causan. Pakistán planteó en la última cumbre, que solo contribuye al 3% de las emisiones tóxicas. Preguntó por qué tiene que asumir íntegramente la inundación sin parangones de su territorio causada por los desastres generados por las naciones ricas.

El tiempo apremia para rescatar la naturaleza. Es la única opción, y el espacio para avanzar las energías alternativas, se está cerrando.

(*) Asesor de diversos organismos internacionales. 

kliksberg@aol.com

https://www.eluniversal.com/el-universal/146459/la-ira-de-la-naturaleza


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