Agencias 08 de febrero de 2023
El
representante residente de Acnur en Ecuador,
Giovanni Bassu, advirtió que los flujos de la migración venezolana se
han vuelto más complejos, y que se requieren 300 millones dólares para
atender, solo en este 2023, las necesidades humanitarias y de integración
de más de medio millón de venezolanos en territorio ecuatoriano.
Bassu
explicó a Efe que la población venezolana en movimiento sigue trasladándose
hacia el sur, en dirección a Perú y Chile, pero también hay
traslados internos en Ecuador, en busca de oportunidades, ingresos desde Perú
por la crisis que atraviesa ese país, y también salidas desde Ecuador a
Colombia.
Aquellos que pasan a Colombia van en la mayoría de casos de retorno a Venezuela, pero «son movimientos pendulares, gente que va por unas semanas o un mes a hacer un trámite administrativo o a visitar a la familia para luego regresar, o a por un documento para seguir después a Estados Unidos«, señaló Bassu.
«La
complejidad es enorme. Hay en todas las direcciones, y eso hace la labor
humanitaria aún más difícil, porque es mucho más complicado ver dónde es mayor
el flujo y cuáles son las necesidades», añadió el representante de la oficina
del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
Lo que
apenas ha cambiado en el último año es el ingreso de venezolanos a Ecuador, que
se mantiene en un promedio de unos mil al día, y las estimaciones de Acnur es
que la población venezolana en territorio ecuatoriano se incrementará levemente
en el transcurso de 2023 de 502.000 a 523.000.
En
Ecuador está la tercera población más grande de venezolanos que salieron de su
país, por detrás de Colombia y Perú, en un éxodo que ya alcanza los 7,1
millones de personas. «Es el flujo más grande de movilidad humana a nivel
global, más grande que los flujos que salieron de Siria», indicó Bassu.
Cuál
es la prioridad de Acnur para venezolanos
Enfocado
en esta población ya estable en el país, se presentó la pasada semana en Quito
el capítulo de Ecuador del Plan de Respuesta para Refugiados y Migrantes de
Venezuela 2023-2024, a cargo del Grupo de Trabajo de Refugiados y Migrantes
(GTRM), que lideran Acnur y la Organización Internacional para las Migraciones
(OIM).
Este
plan señala que se necesitan unos 300 millones de dólares solo este año en Ecuador para
cubrir las necesidades de este colectivo.
Bassu
llamó a donantes internacionales, especialmente a organismos multilaterales,
para que se sumen a dar respuesta a la emergencia, que ahora tiene como
principal prioridad la integración, lo que abarca el acceso a servicios básicos
como salud y educación, pero también al empleo.
«Vemos
nuestro trabajo como facilitar esta labor de tener todos los recursos humanos
de un país enfocados en el crecimiento y recuperación económica», dijo el
representante en Ecuador de la agencia de la ONU, cuyo objetivo ahora es
encontrar los huecos dentro del mercado laboral donde mejor pueda ser
aprovechada esta población en movilidad humana.
En ese
sentido, valoró el proceso de regularización migratoria que emprendió el
Gobierno de Ecuador el año pasado para dar un estatus migratorio regular a
cientos de miles de venezolanos a los que se les había caducado el anterior
permiso de residencia o que, directamente, no tenían uno.
«Ojalá
se abra también el proceso pronto también para los que no han tenido visa y han
sido irregulares desde su ingreso. La gran mayoría han entrado irregularmente
al país», señaló.
Qué
pide Ecuador para migrantes venezolanos
Bassu
puso el foco en los actores multilaterales, como el Banco Mundial, que «tiene
un préstamo a tasas concesionales para exactamente apoyar el proceso de
regularización y de integración, y esperamos que será renovado».
Así,
manifestó su optimismo en poder trabajar con el Banco Interamericano de
Desarrollo (BID) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
«Clásicamente
no han sido un actor de respuesta humanitario, pero pienso que lo pueden ser,
porque al final las personas en movilidad humana son capital humano importante
que un país necesita aprovechar y ver cómo se puede utilizar mejor y compensar
mejor un subimiento de uso de servicios sociales y públicos con la contribución
a la seguridad social», agregó Bassu.
El
líder de Acnur en Ecuador también se mostró optimista en tener resultados
positivos en la próxima Conferencia Internacional de Donantes que se llevará a
cabo en Bruselas, de modo que los países que están absorbiendo el movimiento de
venezolanos vean un respaldo internacional a su esfuerzo.
«Lo
que queremos es que esta crisis no sea invisibilizada. Pensamos que
verdaderamente es una de las crisis que amerita ser financiada desde los
donantes a nivel global, porque tiene consecuencias humanitarias serias»,
concluyó.
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