Infobae 03 de marzo de 2023
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El documento emitido por la Casa Blanca
denuncia la violación de Derechos Humanos por parte del régimen chavista, la
persecución de políticos opositores, la restricción de la libertad de prensa,
el uso de la violencia y la represión a las protestas, la detención arbitraria
de manifestantes y la presencia exacerbada de una importante corrupción
gubernamental
Joe
Biden, extendió por un año más el decreto que califica al
régimen venezolano como una amenaza inusual para la seguridad
de Estados Unidos, así lo anunció este miércoles la Casa
Blanca mediante un comunicado.
El decreto extendido este miércoles por la administración Biden denuncia ”la violación de Derechos Humanos por parte del Gobierno de Venezuela, la persecución de políticos opositores, la restricción de la libertad de prensa, el uso de la violencia y la represión a las protestas, la detención arbitraria de manifestantes y la presencia exacerbada de una importante corrupción gubernamental”.
Para
la Casa Blanca, en su resolución publicada este jueves, “las circunstancias no
han mejorado”, por lo que la dictadura venezolana continúa representando una
“amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional y la política
exterior de Estados Unidos”.
El
decreto al que hizo referencia Biden fue emitido el 8 de marzo de 2015 por el
presidente demócrata Barack Obama y desde entonces fue prorrogado
cada tres meses por él y por su sucesor, el republicano Donald Trump.
Maduro
ya ha manifestado su esperanza de que se abra un diálogo “directo,
valiente, sincero y de entendimiento” con el Gobierno estadounidense. No
obstante, consideró que “no ha habido ninguna señal” de mejoría con la llegada
de Biden a la Casa Blanca con respecto al mandato de su
antecesor, Donald Trump, en lo relacionado con las sanciones
impuestas al régimen chavista.
El
régimen chavista exige el levantamiento de las sanciones que pesan en su contra, así
como en el sector petrolero. La comunidad internacional, con Estados Unidos a
la cabeza, y la oposición venezolana, por su parte, piden el desarrollo de
elecciones libres y transparentes, y la liberación de presos políticos.
La
actual guerra en Ucrania separa todavía más las posturas de
Estados Unidos y la dictadura de Maduro, uno de los pocos aliados del régimen
de Vladimir Putin.
De
hecho, mientras Occidente busca aislar cada vez más a Rusia por la invasión a
Ucrania, Maduro ratificó que Venezuela mantendrá relaciones comerciales
con Moscú, después de que diversas naciones y bloques optaran por
desvincularse.
El
dictador chavista aseguró que Rusia es una “potencia” militar, económica,
comercial y tecnológica, pero que Venezuela va a “mantener todo su comercio, a
todo nivel” con el Kremlin.
“La
guerra económica es la guerra principal que el imperialismo apuesta contra
Rusia para destruir Rusia. El objetivo del imperio norteamericano y
de la OTAN (Organización del Tratado Atlántico Norte) era rodearla militarmente
y Rusia ha actuado”, expresó.
Estados
Unidos monitorea la presencia rusa en Venezuela desde hace tiempo. En
agosto de 2020, el almirante Craig Faller, entonces jefe del
Comando Sur de las Fuerzas Armadas -cuya órbita incluye al país caribeño- dijo
que “la influencia rusa es la principal fuerza manteniendo a Nicolás Maduro en
el poder”.
“Veo
con alarma lo que Rusia está haciendo con Venezuela en términos de personal
desplegado y en la diseminación de desinformación”, agregó durante una
conferencia sobre América Latina del think tank Atlantic
Council.
En
marzo del año pasado, el Kremlin fortaleció su respaldo al dictador venezolano
con la firma de una docena de acuerdos de cooperación en materia
alimentaria, financiera, energética, militar, científica, tecnológica y minera.
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