Laureano Márquez 21 de marzo de 2023
El 20
de marzo es el Día Internacional de la Felicidad. La felicidad es, sin duda,
uno de los temas más controversiales de cuantos ocupan al ser humano. Todos la
buscamos con legítimo afán, pero casi nunca estamos de acuerdo en qué consiste,
ni en cómo alcanzarla. Lo cierto es que la felicidad es un particular estado de
armonía y realización interior, pero en sintonía con nuestros congéneres.
Es
decir, no puede ser plenamente feliz una persona si no lo es también la
comunidad a la que pertenece: la pareja, la familia, el barrio, el país y al
final el planeta entero. Porque los seres humanos somos así, nos sabemos parte
de una herencia cultural largamente acumulada y a cuyo incremento debemos
contribuir. Somos individuos, pero también somos la humanidad toda.
En 1972, Jigma Singye Wangchuck, rey de Bután, propone un indicador de felicidad al que denomina la «felicidad nacional bruta» (FNB), como medición más adecuada que el PIB (producto interno bruto). Si tenemos en cuenta que el mencionado rey tenía cuatro esposas, no sabe uno si su preocupación por la felicidad emanaba de su goce o de su anhelo, pero es lo de menos. El caso es que, preocupado por la felicidad de su país y considerando a la pobreza como la mayor dificultad para alcanzarla, establece los que, desde su punto de vista, constituyen los cuatro pilares de la FNB, a saber: la promoción del desarrollo socioeconómico sostenible e igualitario, la preservación y promoción de valores culturales, la conservación del medio ambiente y el establecimiento de un buen gobierno.
Si
tenemos en cuenta las categorías del rey de Bután, quizá lleguemos a la
conclusión del que el mundo pasa por un momento de gran infelicidad. No es este
un planeta con desarrollo igualitario, tampoco con especial cuidado y
protección del medio ambiente, mucho menos con buenos gobiernos y ni que decir
de la promoción de los valores culturales.
Otra
evaluación de la felicidad global nos la ofrece el «índice de planeta feliz»,
el cual nos revela, en las mediciones de los últimos años, que los once
primeros países de la lista de felicidad global se corresponden con la zona que
el señor Humboldt denominaba las regiones equinocciales, es decir, por estos
lares. Dato curioso y a la vez contradictorio pues nuestros pueblos,
buscando mayor felicidad, emigran a países infelices, o no felices, que suena
mejor.
Pero a
estas alturas el lector se estará preguntando si no hay en este escrito algunas
reflexiones útiles para enrumbar la propia felicidad. Quizá lo mejor sea apelar
a lo que ha dicho gente muy sabia sobre el tema:
- «La felicidad aparece cuando lo que
piensas, lo que dices y lo que haces están en armonía». Gandhi.
- «Si uno no sabe a qué puerto navega,
ningún tipo de viento le es favorable». Séneca.
- «La felicidad no es hacer lo que uno
quiere, sino querer lo que uno hace». Jean Paul Sartre
- «La felicidad no puede ser obtenida
queriendo ser feliz. Tiene que aparecer como consecuencia no buscada de
perseguir una meta mayor que uno mismo». Viktor Frankl.
Que
tengan todos un feliz Día de la Felicidad.
Laureano
Márquez
Invitamos
a suscribirse a nuestro Boletín semanal, tanto por Whatsapp como vía correo
electrónico, con los más leídos de la semana, Foros realizados, lectura
recomendada y nuestra sección de Gastronomía y Salud. A través del correo
electrónico anunciamos los Foros por venir de la siguiente semana con los
enlaces para participar y siempre acompañamos de documentos importantes,
boletines de otras organizaciones e información que normalmente NO publicamos
en el Blog.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico