JAVIER CONDE 09 de mayo de 2023
@jconde64
El boom urbanístico de los municipios
Chacao y Baruta (Las Mercedes) -ambos gobernados por Fuerza Vecinal- es
seriamente cuestionado por residentes, organismos vecinales y expertos. Los
cambios de uso y de ordenanzas, realizados con prisas y sin consultas y con
dudosa legalidad, permiten construcciones que afectan la vida ciudadana y
abonan terreno para la corrupción.
Un
grupo de alcaldes de Fuerza Vecinal (FV) asistió a fines de abril a
la primera Cumbre de Ciudades de las Américas celebrada en Denver,
Colorado. Participaron cientos de alcaldes de Estados Unidos y de todo el
continente y miles de representantes del sector privado. El encuentro es un
compromiso de la IX Cumbre de las Américas, celebrada en Los Ángeles, y
precedida de una polémica que toca a Venezuela: el anfitrión, Joe Biden,
no invitó a los “tres dictadores” de esta parte del mundo. A saber, Miguel
Díaz-Canel, Daniel Ortega y Nicolás Maduro.
Un comunicado del Departamento de Estado también anuncia en ese contexto el lanzamiento de la iniciativa Ciudades Adelante, para ayudar a los municipios del continente a alcanzar sus objetivos de sostenibilidad mediante alianzas con el sector privado, instituciones financieras, el sector académico y las ONG.
Todo un
desafío de ingeniería política para estos representantes de Fuerza Vecinal
creyentes de “la reconciliación y el reconocimiento de todos los sectores
del país”. La “ingeniería política” se le ha dado bien a juzgar por su veloz
éxito electoral: 30 alcaldías, un centenar de concejales y una gobernación
es su cosecha, Y van por más.
“Cómo
y por qué se aprobó la ordenanza del eje norte del municipio [Baruta] que
permite el crecimiento ‘incontrolado’ de Las Mercedes, la gran burbuja del
sureste caraqueño y símbolo efímero de que ‘Venezuela se arregló’”
Enfluxados
y encorbatados y conectados a sus celulares, los alcaldes –Gustavo Duque (Chacao), Morel
David Rodríguez (Maneiro, Nueva Esparta), Manuel Ferreira (Lechería,
Anzoátegui), León Jurado (San Diego, Carabobo) y Vicente
Sacarano (diputado regional y coordinador general de la Alcaldía de
San Diego)- hicieron saber mediante video y audio mientras caminaban en
dirección a la sala F del Centro de Convenciones de Colorado que asistían a
“interesantes” conferencias sobre “desarrollo y sustentabilidad”. Y que
seguirían informando.
La
agenda de la Cumbre de Ciudades de América fue amplia y específica a la vez:
avance digital, energía, movilidad y transporte, migración, vivienda y
seguridad -de lo que escaseamos en casi todos los ítems y “exportamos” en otro-
y dos asuntos peliagudos: democracia e inclusión y ciudades
saludables y vibrantes.
Y a
eso vamos: ¿Hay suficiente democracia y la inclusión necesaria en algunas de
estas alcaldías gobernadas por Fuerza Vecinal?, ¿puede ser contradictorio
ciudades saludables con ciudades vibrantes?, ¿o no son ni lo uno ni lo otro o
son, como pregonan estos líderes, lo uno y lo otro?
Miedo
Más de
una decena de personas fueron consultadas para elaborar esta nota que pone su
acento en la mirada de los vecinos de los municipios de Chacao y Baruta,
de Caracas, sobre la gestión municipal. ”El pequeño
Manhattan de Caracas”, como tituló una nota de la BBC de
enero de este año, aunque en referencia solo a Las Mercedes. Diez o más
voces y ni un nombre. Es lo que hay. Un denominador común, hay aprehensión,
temor a identificarse, precaución ante cualquier represalia.
¿Por
qué en alcaldías dominadas por “opositores” se puede respirar también cierto
aire viciado? Quizás no sea un clima extendido, pero sí selectivo. Dicen que
falta transparencia, que hay asuntos opacos, petitorios sin responder, derechos
de palabra que se niegan. Mientras asisten, hasta impotentes, a una explosión
urbanística difícil de explicar en un país en los huesos.
“Tampoco
escapa a su crítica el alza de las tarifas de Fospuca, aplicadas sobre todo a
los comercios. Una queja que sueltan otros entrevistados. En la Torre Europa,
en Chacaíto, una factura por pagos atrasados monta los 600 mil dólares, confía
el propietario de un inmueble”
“Por
lo general responden rápido por el chat pero cuando uno pone que le dan más
importancia a los negocios que a los vecinos, hasta ahí contestan”, dice una
diseñadora que vive en Los Palos Grandes y ha oído a gente que cuenta
experiencias de amenazas. “A los vecinos que nos movemos en el tema de las
ordenanzas urbanas nos hacen saber su antipatía”, confía una arquitecta
residenciada en Altamira. Una docente y periodista, con 30 años de
residencia en el municipio, a la que le amarga la indolencia de las
autoridades, también pidió reservar su identidad, igual que una exfuncionaria
de la alcaldía que renunció agotada del reiterado uso de programas
institucionales para fines políticos -“como se cuestiona al otro lado”, dijo-
y por la ausencia de controles. “Nadie pone la lupa”, afirmó.
La
historia se repite, palabras más, palabras menos, en Baruta. “¿Pongo
su nombre?”, pregunto; “Déjeme consultar”, dice otra arquitecta que le sigue la
pista a los cambios de uso y de ordenanzas en el eje norte del municipio que ha
permitido levantar torres enormes, sin que el alcalde actual, Darwin
González, sepa quién las construyó o quiénes están detrás, como admitió en un
programaradial.“Deben haber enchufados pero no todos”,
dijo González.
Fuerza
Vecinal, formado en buena parte por exmilitantes de Primero Justicia,
se define en su página web como una “organización política democrática, centro
humanista, plural e inclusiva que nace de los vecinos para los vecinos”. Hay
quien lo pone en duda e, incluso, ese remate de que “nace de los vecinos para
los vecinos”.
En la
creación de Fuerza Vecinal participaron tanto Duque (Chacao)
como González (Baruta). Fue en junio de 2021, seis meses después
compitió en las elecciones regionales y obtuvo medio millón de votos. A una
periodista de la fuente política le llamó la atención en sus recorridos durante
la campaña electoral por barrios y otros sectores del municipio Sucre del
estado Miranda la abundante propaganda de FV. “Era el que más tenía con
diferencia”, recuerda.
Logró
inscribirse como partido en un momento en que, en apariencia, el Consejo
Nacional Electoral (CNE) no fue tan exigente con las firmas por tratarse
aún de períodos de restricción por la COVID-19. “En Delta Amacuro presentaron
800 firmas y sacaron 800 votos”, dice, como dato curioso, la periodista.
La llave de lo que hacen la llaman “innovación social”, que definen como
“el resultado del trabajo de personas tratando de que haya un cambio positivo”
y -añaden- “ocupándose de los problemas en su origen”. Un “origen”, en
relación a cuestionadas obras en ejecución, que se desconoce y se suele
atribuir a “gobiernos anteriores”.
Chacao:
aquí nació la idea de “Manhattan”
A
quienes han vivido por años en este municipio del este caraqueño les impacta el
cambio brusco de su fisonomía comercial. La aparición y desaparición de
negocios. Un día abren como licorería, poco después son una ferretería, un
tiempo más tarde peluquería, o estética o restaurante. “Promocionan a los
comerciantes y relegan a los vecinos”, cuenta una residente de la primera
avenida de Los Palos Grandes que soportó por un año el ruido de un extractor de
humo de un restaurante japonés que ya cerró. El edificio, en cuyo bajo estaba
el restaurante, tardó cinco años en hacerse. La gente lo bautizó: “la
lavadora”.
Otra
vecina relata la construcción de un club privado de pádel que se presentó como
la remodelación de una vivienda unifamiliar. “Nos dijeron en la Alcaldía que no
había pruebas de que fuera un club porque podía tratarse de una familia
numerosa que le gustaba el pádel”, dice. Ahora es un centro de actividad
permanente con el golpeteo constante de la raqueta y la pelota y, además, el
impacto de la iluminación en las noches que penetra las viviendas a su
alrededor. Se reunieron con el alcalde Gustavo Duque en persona quien les pidió
dos días para dar una respuesta. Siguen esperando. “Es indignante, comenta otro
residente, desayunar, almorzar, cenar y vivir con el ruido de la
bendita pelota”.
“Un
área de suma atención es la entrada a Altamira Sur para la cual fue presentado
en febrero del año pasado ese plan de zonificación especial para las
Urbanizaciones El Dorado y Bello Campo”
Una
arquitecta y profesora de la Universidad Central de Venezuela (UCV), muy metida
en los temas vecinales, afirma que se incumplen las ordenanzas urbanas,
que toda la permisología se tramita de forma poco transparente, de manera
bastante discrecional y cuando piden explicaciones, las respuestas son vagas y
contradictorias. “Eso ya venía de otra gestión”, repiten.
Ella
se remonta en el tiempo para explicar que el municipio Chacao desde
su creación se posicionó como un lugar de renta alta, buena calidad de vida,
con una población homogénea en lo económico y educativo, que atrajo en un
principio la instalación de las sedes de grandes corporaciones bancarias en
los tiempos de Irene Sáez y Leopoldo López como alcaldes. Fue Ramón
Muchacho el que concibió la idea de un pequeño Manhattan pero no vio
realizado su “sueño” porque lo inhabilitaron, le dictaron auto de detención y
se fue del país. Gustavo Duque, quien era el director de Justicia Municipal,
fue designado entonces (2017) como alcalde encargado. Duque compitió como
independiente en las elecciones de diciembre de ese año y ganó. En 2021 fue
reelecto con una muy alta votación.
Los
vecinos siempre han tenido la aspiración de contar con un Plan de
Desarrollo Urbano Local (PDUL), que se abortó durante el ejercicio de
Muchacho y finalmente encontró en 2018 una suerte de salida con la aprobación
de una “ordenanza paraguas”, como si fuera un plan urbano maestro, que
contempla el desarrollo de planes especiales. Una decisión que dio pie a Duque,
explica la arquitecta, para inventar la figura del plan especial de reordenamiento
urbano, cuyo primer experimento es la zonificación especial de Bello Campo y El
Dorado. “Muy combatido por los vecinos”, dice.
Un
modelo a seguir
Gustavo
Duque cuenta en su perfil
de la página web de la Alcaldía que aunque nació en Caracas, en
febrero de 1975, creció en Margarita y pronto descubrió su interés por el
servicio público. Cursó Relaciones Industriales pero esa no era su
verdadera vocación, la que descubrió mientras jugaba una partida de dominó
con unos amigos, entre ellos un par de abogados. No se sabe si ganó la
mano pero decidió estudiar Derecho, lo que implicaba trasladarse a “la gran
capital”. “Los grandes cambios que se suscitan en el mundo parten, normalmente,
de una decisión arriesgada” y este de venirse a Caracas parece que lo era: se
hizo abogado en la Universidad Santa María. Al evaluar sus primeros
cuatro años de gestión -ahora ya lleva seis- asienta que puede mostrar
“una gestión que se considera un modelo a seguir, ofreciendo soluciones
innovadoras y cercanas a la gente”. El modelo lo siguen, según varios
comentarios, sus compañeros de viaje a la Cumbre de Ciudades.
La
arquitecta, que es memoriosa y toma nota, recuerda que Duque en su campaña
electoral prometió una política centrada en la alineación de estrategias entre
el ejecutivo y el legislativo municipales, lo que habría conseguido a costa de
sacrificar, remarca ella, la separación de poderes. Eso facilitaría
contravenir las ordenanzas e incluso el reglamento interno que señala que el
presidente de la cámara municipal en su primer período legislativo
es el concejal que hubiera obtenido más votos. No fue así.
“El
enfrentamiento entre los vecinos organizados y Fuerza Vecinal, como poder
político, es una constante tanto en Chacao como en Baruta”
En
plena pandemia, en el año 2020, se hizo evidente para esta arquitecta el cambio
de usos en las zonas residenciales de Los Palos Grandes, que ya había
comenzado mucho antes en La Castellana, que permitieron incumplir los
retiros de frente y modificar las escalas de las edificaciones. Igualmente
se reducen los tiempos para la participación ciudadana en la modificación de
las ordenanzas que está establecido en 60 días hábiles por la Ley Orgánica de
Desarrollo Urbano. “Dicen que son ordenanzas internas para lo cual solo están
previstos 15 días y de esa forma hemos quedado fuera de muchas decisiones”,
señala.
Un
ejemplo, muy cuestionado por los vecinos consultados, es el Hard Rock
Café levantado en la cuarta transversal de Los Palos Grandes en la
esquina con la Avenida Andrés Bello, con capacidad para 500 personas, que ha
alterado la rutina diaria de la zona, con parqueros de autos que
obstaculizan las vías de acceso a un sector de casas y música a cualquier
hora del día.
Un área
de suma atención es la entrada a Altamira Sur para la cual fue presentado
en febrero del año pasado ese plan de zonificación especial para las Urbanizaciones
El Dorado y Bello Campo. La zona, próxima a la Autopista del Este, está ocupada
por galpones y talleres mecánicos que, ciertamente, no deberían estar ahí. Como
es un plan especial solo se otorgan esos 15 días para la consulta vecinal.
Aún así los vecinos se movieron pero el proyecto fue aprobado en el Concejo Municipal
aunque en apariencia está engavetado. Lo que teme la comunidad de esas
urbanizaciones, y de La Floresta, que está del otro lado, es que esos
terrenos sean adquiridos por negocios prósperos que integren parcelas y
levanten centros comerciales. “El caos vehicular en esa entrada y salida
hacia la Autopista, en uno y otro sentido, sería inimaginable”.
Otra
arquitecta, también formada en la UCV y quien perteneció a la Asociación de
Vecinos de Altamira, es aún más severa en sus apreciaciones. Cree que hay
una “ingeniería del rediseño para el aprovechamiento de la cosa pública”,
orquestada en todas las instancias de la Alcaldía que data, dice, desde el
2013, para blindar una gestión con mayoría de concejales y haciendo caso omiso
a la participación vecinal. “Hay una metodología diseñada, con lapsos
calculados y con fecha tentativa para la aprobación de la ordenanza
respectiva”, abunda.
Y
enumera más rasgos de la gestión: control de las autoridades sobre la
ciudadanía para montar partidos políticos, la no respuesta de los
petitorios, ausencia de rendición de cuentas, proyectos a dedo, la
deforestación como negocio con contratistas inexpertos que no saben
manejar el arbolado e iluminación sin degradación que es una luz de autopista
que se usa incluso para los parques. “La data de los grupos de Whatsapp que se
crean para atender a los vecinos es luego usada para la promoción política. Eso
debería estar penado”. Tampoco escapa a su crítica el alza de las tarifas
de Fospuca, aplicadas sobre todo a los comercios. Una queja que
sueltan otros entrevistados. En la Torre Europa, en Chacaíto, una
factura por pagos atrasados monta los 600 mil dólares, confía el propietario de
un inmueble.
Fomento
de Servicios Públicos Compañía Anónima (FOSPUCA, C.A.) fue fundada en 1980
junto con un consorcio español, y desde 2006 es 100% de capital venezolano.
Comenzó su servicio de recolección y traslado de desechos en toda el Área
Metropolitana y luego solo en el municipio Libertador. En la actualidad
está integrada por ocho empresas, y entre algunos de sus clientes se
encuentran los municipiosChacao, Baruta, El
Hatillo, Los Salias, San Diego, Maneiro. “Es la principal
financista de Fuerza Vecinal”, comenta un residente que suele estar bien
informado.
La
pregunta sin respuesta que se formulan muchos vecinos de Chacao es de
dónde proviene el dinero para todas esas construcciones en el municipio, con la
industria venezolana paralizada. “Las sanciones lo que hicieron fue aupar todas
esas inversiones porque no tenían como sacar el dinero”, es una de tantas
explicaciones.
La
exfuncionaria que trabajó en actividades vinculadas con el área cultural,
y renunció, no lograba explicarse cómo, a pesar del menguado presupuesto de la
Alcaldía de Chacao para esos fines, se programaban grandes eventos cuyos
costos de algunos servicios eran cancelados en efectivo, sin explicación de
donde provenían los fondos. También percibió que había un interés permanente de
mover las obras de arte -originales de Jesús Soto y Carlos
Cruz-Diez, entre otros- de la Fundación Cultural Chacao dentro de
direcciones de la institución sin ningún control. “Y un empeño en venderlas”,
añade.
Reconoce
que Duque es un tipo amable y simpático y, a la vez, obsesionado en que su
imagen estuviera presente en pendones y en cualquier impreso asociado a una
actividad institucional. “Era algo demencial, los morrales llevan el logo del
alcalde, que también está en los uniformes y en los sombreros de los palmeros
de Chacao”, relata. A ella le quedó claro, porque así la instruyeron, que el
asunto clave era la promoción política.
Baruta:
rock y una curiosa ordenanza
Darwin
González, alcalde de Baruta, es un barinés de 46 años, criado en Vista
Alegre, graduado de administrador en la Universidad Santa María, con una
Maestría en Gerencia Pública en la Universidad Metropolitana, donde también
sacó un título de magister en Gobierno y Estudios Políticos. “Mi formación
ideológica viene del rock, los buenos ideales, el sentimiento de libertad, de
tolerancia”, dijo en Par
de Calvos, donde habló a sus anchas: de lo inteligente que fue Chávez
al adueñarse de los símbolos patrios aunque buscó la confrontación, de
cómo él no se dejó secuestrar por los extremismos y cuestionó a los
opositores que impulsaron el interinato y ahora se descalifican entre ellos y
ninguno participó.
Sobre
el tema de las ordenanzas hubo, entre tanta chanza del programa mencionado, una
pasada rasante. González refirió que a las ordenanzas se le hicieron tres
modificaciones. “Se habla de lavado (de dinero, se supone) y todo ese tipo de
cuestiones pero, la verdad, yo no era alcalde…”, dijo. Explicó que se sabe que
en la época de Cadivi daban dinero, compraban dólares, los sacaban y construían
un edificio. “Les salía gratis”, acotó. Le resulta interesante que esas
“inversiones” se hayan focalizado en el municipio que ahora sí dirige, porque
sus ganancias crecen exponencialmente. “Es un sitio de la ciudad privilegiado,
hay seguridad jurídica”.
Antes
de ser alcalde, Darwin González fue concejal entre 2013 y 2017 postulado
por Primero Justicia. Tiene 10 años vinculado al trabajo municipal en
Baruta. Debe estar enterado, por tanto, de cómo y por qué se aprobó la
ordenanza del eje norte del municipio que permite el crecimiento “incontrolado”
de Las Mercedes, la gran burbuja del sureste caraqueño y símbolo efímero de que
“Venezuela se arregló”.
Los vecinos
de Baruta se quejan también de la ausencia de participación y consulta.
Siempre ha habido organización comunitaria muy involucrada en los asuntos
municipales. El segundo de sus alcaldes electo por elecciones
directas, Ángel Zambrano (1992-95), surgió del movimiento vecinal
organizado tras haber fundado la primera asociación de vecinos de El Cafetal. La
gestión, recuerdan en la zona, terminó entre sombras pero no desalentó la
expansión de las agrupaciones vecinales, en la actualidad están agrupadas en la
Red de Organizaciones Vecinales de Baruta y en Baruta en Movimiento.
Una
mujer muy activa en esas lides siente que Fuerza Vecinal “usurpó” la identidad
del movimiento y asegura que actúan a espaldas de los intereses de los vecinos,
y señala como promotor de tal idea a David Uzcátegui; con quien intentaron en
las elecciones de 2017 integrar una opción electoral en la cual los vecinos
postularían nombres para el concejo municipal. “Dijo que no nos necesitaba
para ganar”, recuerda. Los vecinos compitieron por su cuenta, lo que
dispersó la votación y como consecuencia el chavismo logró la presidencia de la
cámara municipal. “Nos culpan por eso pero nosotros buscamos la unidad”,
defiende.
El
enfrentamiento entre los vecinos organizados y Fuerza Vecinal, como poder
político, es una constante tanto en Chacao como en Baruta. Otra constante
-parece que van juntas- es el manejo urbanístico y uso acomodaticio de las
ordenanzas para que -subraya una arquitecta, una más y muy documentada- se
permitan los grandes desarrollos urbanísticos y se incremente la
rentabilidad de las parcelas. “En el municipio predomina el caos, la
inseguridad, el abuso urbanístico y de poder de los políticos de turno, se
niega la información y la participación, lo que abona el terreno para la
corrupción”, afirma.
El
caso emblemático que está en ese origen que le resulta escurridizo al alcalde Darwin
González es, según esta arquitecta, la ordenanza vigente para Las Mercedes que
fue aprobada en la cámara municipal en julio de 2019. Un verdadero ejercicio de
“ingeniería política”. La historia es así:
En
2018 se presentó a trámite la Ordenanza de Zonificación del Eje Norte: Colinas
de Bello Monte, Las Mercedes, Chuao, que fue aprobada solo en primera
discusión. El trámite se retomó en 2019 pero haciendo cambios
significativos: 1. Aunque conserva su nombre se específica que solo
regirá para Las Mercedes. 2. Luego de asignadas las variables urbanas
fundamentales, se permite solicitar adicionalmente sótanos, estacionamientos
superficiales y más pisos siempre y cuando el promotor contribuya financiando
una obra de mantenimiento urbano. 3. Se permite un aumento
poblacional desproporcionado.
Se
asume que es la misma ordenanza de 2018 y solo se le da segunda discusión y se
aprueba. La arquitecta dice que se trata de dos instrumentos jurídicos
diferentes y que si procedía algo, era comenzar de nuevo la discusión. Lo que
obligaba a un llamado a consultas que nunca ocurrió. Pero hay más: la
presidencia de la Cámara Municipal de ese momento había solicitado en marzo de
2019 el retiro de la iniciativa legislativa. “Al retirarla, nunca pudo
haberse sometido a una segunda discusión”, precisa.
¿Esto
es despropósito o innovación social?, ¿por qué conservar el nombre de la
ordenanza original y legislar solo sobre una parte del área concernida? La
arquitecta tiene la respuesta: la Urbanización Las Mercedes, la propia burbuja,
cuenta con una reforma de su ordenanza realizada en 2015 y la Ley Orgánica de
Ordenación Urbanística (LOOU) en su artículo 46 establece que se requieren 10
años para poder realizar una nueva reforma a la ordenanza original. Por
eso el interés de reutilizar el nombre de la zonificación del eje norte que
incluye a Las Mercedes.
La
arquitecta argumenta que la ordenanza perjudica la calidad de vida en el
municipio Baruta, destruye la estructura urbana y olvida el concepto de
pertenecer a la ciudad. “Dicen que legislaron con criterio de progreso pero el
propósito fue el de beneficios económicos. El espacio se sobrevalorará con
supuestas exquisitas construcciones que negarán el bienestar y no se podrá
contar con la mínima suficiencia de servicios públicos”, remata.
Y un
detallito nada menor: ¿Quién se lleva el tributo de la plusvalía urbana, que es
competencia municipal?, la arquitecta responde: El artículo 23 de la reforma
parcial de la ordenanza general de contribución especial por plusvalía en
virtud de los cambios de usos o de intensidad para aprovechar los terrenos
establece la creación de una junta directiva presidida por el Alcalde. El
artículo 146 de la ordenanza de 2019 deroga el 23 y quien preside la junta es
el gobernador de Miranda. ¿Negocio compartido?
Tomado
de: https://lagranaldea.com/2023/05/09/el-pequeno-manhattan-y-sus-pilotes-de-barro/


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